León educa en igualdad desde la cuna

No hay juegos de niñas o de niños ni tampoco se debe imponer que las niñas jueguen con coches y los niños con muñecas. Lo dice la Guía de Juegos y Juguetes que acaba de editar la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de León. Hay juguetes con los que se aprende a pensar, con otros se mejoran los movimientos, los hay que enseñan a compartir y colaborar... Pero, ojo, también existen juguetes que fomentan actitudes violentas y discriminatorias.

Con lenguaje sencillo y ejemplos prácticos introduce en los conceptos básicos de la igualdad, como la diferencia sexo-género. «El sexo es biológico, es determinado en el vientre materno y se corresponde con las características anatómicas y fisiológicas de nacimiento», apunta la Guía de Juegos y Juguetes.

El género, en cambio, es la construcción cultural de qué es ser hombre y ser mujer. Es lo que expresan frases como: «Las mujeres y los hombres somos mundos diferentes», «las mujeres son más sensibles que los hombres» o que «los hombres son más agresivos que las mujeres por naturaleza».

La guía apunta más allá del juego y señala que los niños y las niñas «aprenden por observación desde que nacen» y «más y mejor de lo que ven» que del lenguaje verbal. No vale solo hablarles de igualdad. Desde la infancia deben observar un «reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares» para no perpetuar la desigualdad con sus conductas futuras.

Los roles de género, explica, se imprimen incluso antes del nacimiento por las diferentes expectativas que se crean cuando se sabe si es niño y niña. Pero muchas veces se transmiten de manera explícita con frases como «los niños no lloran» o «las niñas no pegan puñetazos».

«Mediante el juego simbólico las niñas y niños reproducen situaciones cotidianas de comunicación y relación que desempeñan las personas adultas», apunta. Y la publicidad pone el resto. Pese a los cambios en la vida de las mujeres y los hombres —la mayoría de ellas conducen y muchos son corresponsables en el hogar— los anuncios siguen segregando a niñas y niñas con «carritos de muñecas y cocinitas para ellas, coches y juegos de construcción para ellos».

La Guía Juegos y Juguetes es, junto a otra sobre Educación Afectivo Sexual y una tercera sobre Promoción de la Igualdad desde la Interseccionalidad, el colofón a los talleres impartidos a asociaciones de madres y padres y vecinales dentro de las acciones de prevención de la violencia de género y educación en igualdad en las familias subvencionado por la Junta de Castilla y León.

Asesinatos, punta del iceberg

La desigualdad entre hombres y mujeres es la base de la violencia de género. Así lo dicen las leyes que luchan contra esta lacra tanto a nivel estatal como autonómico. También dicen que la educación es el primer pilar que hay que levantar para erradicar un problema que se asienta sobre un gran iceberg de desigualdades cuya punta son las 1.044 mujeres asesinadas desde 2003, 52 en Castilla y León.

Un iceberg que tiene en la base las formas más sutiles de violencia —micromachismos, publicidad sexista, anulación, lenguaje sexista, amor romántico— en su cuerpo la violencia invisible —celos, desprecio, chantaje emocional, ignorar, humillar— y en la punta asoman los gritos, insultos, amenazas, abuso sexual, violación, agresión física y asesinato. Este iceberg se incluye como parte de los contenidos de la Guía de Educación Afectivo Sexual.

Está pensada para «facilitar a las familias el reconocimiento de los cambios asociados a la pubertad y dotar de estrategias y herramientas que permitan realizar el apoyo para alcanzar una transición a la vida adulta óptima y prevenir situaciones de violencia de género en las personas jóvenes».

La importancia de la autoestima, la orientación afectivo-sexual o el concepto de LGTBfobia introducen a las familias en la diversidad sexual como una opción y aclaran conductas que se pueden dar en la adolescencia y no tienen por qué ser determinantes de estas opciones.

Recalca que la sexualidad no tiene únicamente las funciones de la reproducción o dar placer, «es una relación que se establece a nivel individual y, si se desea, se comparte con otras personas».

La guía ilustra sobre las leyes contra la violencia de género e ilustra sobre todas las violencias machistas recogidas por la ONU desde 1998 como son la violación por el marido, el matrimonio concertado por dote, la mutilación genital, la trata de mujeres e incluso la violencia que tolera el Estado.

Violencia con tecnología

También da pautas sobre las nuevas expresiones de violencia con las nuevas tecnologías y a través de las redes sociales: Se considera violencia acosar o controlar a la pareja usando el móvil, interferir en las relaciones de la pareja con otras personas en internet, espiar el móvil o censurar las fotos que la pareja publica y comparte en las redes sociales, entre otras conductas como exigir a la pareja que demuestre dónde está.

Ofrece pautas a las familias para una adecuada escucha ante una situación en una joven esté viviendo una situación de violencia en la pareja.

«Hay que educar en igualdad desde la cuna», asegura la concejala de Igualdad del Ayuntamiento de León, Argelia Cavado a propósito de las tres guías que acaba de editar su departamento en consonancia con las pautas del V Plan de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres 2016-2020 del Ayuntamiento de León.

La tercera guía está centrada en las diferentes situaciones que afrontan las mujeres que hacen aparecer discriminaciones o violencias específicas. Mujeres con discapacidad, gitanas o LGTBI pueden sufrir discriminaciones específicas, pero también la edad, el estado civil, la educación, el estatus familiar, la ubicación geográfica son factores que pueden incidir en la discriminación.

Kimberle Crenshaw, dice la guía, fue quien acuñó el término «discriminación interseccional» en 1989. También lo recoge la Guía para la Prevención de la Violencia de Género y educación en igualdad en las familias de la Junta de Castilla y León como «las múltiples dimensiones de las opresiones de los sistemas de dominación y pone de relieve que las discriminaciones serán diferentes dependiendo de las categorías de discriminación afectadas: género, raza, clase, discapacidad, edad, extranjería, etc.».

Explica que el movimiento feminista tiene tras de sí tres centurias de historia desde que a finales del siglo XVIII la toma de conciencia de la opresión de las mujeres llevó a la creación de este movimiento social y político.