Diario de León

León salvó medio millón de vidas en 50 años gota a gota de sangre

El hito de la donación altruista. La Hermandad de Donantes de Sangre de León cumple 50 años. Desde la primera donación en abril de 1972, 70.000 leoneses han dado gota a gota su sangre y llenado las 530.000 bolsas que han salvado otras tantas vidas.

Inmaculada Benéitez, secretaria general de la Hermandad de Donantes de Sangre de León, Martín Manceñido, presidente, y Santiago Villares secretario general. RAMIRO

Inmaculada Benéitez, secretaria general de la Hermandad de Donantes de Sangre de León, Martín Manceñido, presidente, y Santiago Villares secretario general. RAMIRO

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En casa de Pepe se cuenta que cuando nació la hija pequeña, Rosa, allá por 1962, la madre sufrió una gran hemorragia tras el parto. Solo una transfusión podía salvar a mujer. El marido salió a la calle en busca de un donante. Contaba la protagonista de la historia, que fue un hombre de etnia gitana el que salvó la vida de Mercedes. A este hombre anónimo le están eternamente agradecidos en la familia.

En aquel tiempo había que pagar por la sangre si no se encontraba a un familiar que fuera compatible. Tuvieron que pasar diez años más hasta que en León se puso en marcha el sistema de donación altruista que pervive modernizado medio siglo después y ha sido el referente para la donación de órganos.

El 15 de abril de 1972 se realizó en León la primera donación bajo el paraguas de la recién constituida Hermandad de Donantes de Sangre. El médico Deogracias Vicente Mangas fue el encargado de realizar la extracción, según los archivos de la hermandad.

Desde aquel primer autobús en el que hicieron cola reclutas, estudiantes... hombres y mujeres anónimos hasta hoy han pasado 50 años y miles de kilómetros recorridos. Más de 70.000 leoneses han donado, gota a gota su sangre, hasta sumar unas 530.000 unidades (450 cc cada una). Han salvado más vidas que habitantes como habitantes tenía entonces la provincia de León.

León se subía al carro de la donación altruista que se había iniciado en España en 1965. Valladolid la creo en 1971 y Burgos en 1972, igual que León. Hasta entonces la sangre solo quienes podían pagarla o encontraban un familiar compatible podían recibir una transfusión en caso de necesidad. Y ya se había avanzado algo.

La Caja de Ahorros de León donó la primera unidad móvil, un autobús que empezó a recorrer pueblos y ciudad en busca de donantes. La dispersión poblacional entonces era un obstáculo que se salvó con una logística que hoy perdura en las 170 delegados que articulan el territorio donante del área de salud de León.

Ahora el envejecimiento es otro handicap a esta labor altruista que protagoniza apenas el 4% de la población leonesa. «Hay un 12% de personas que tienen miedo a las agujas y a la sangre, un 30% que no pueden donar por la edad y otro tanto por enfermedades crónicas o puntuales», explica Martín Manceñido, presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de León.

«Con el 4% que dona su sangre de forma regular se cubren las necesidades», añade Manceñido, que está vinculado a la organización desde hace 43 años. «Trabajaba en la Vidriera y entré como secretario general cuando José Antonio Lemonche era el presidente —fue el primero— y me dediqué a informatizar las fichas de los donantes», explica.

El primer año sólo se inscribieron 96 donantes y se hicieron 146 donaciones. En enero de 1975 se entregaban dos mil nuevos carnés de donantes. Actualmente son unas 15.000 personas las donantes activas (2-3 donaciones al año). De lunes a viernes se consiguen llenar las 45-50 bolsas que necesita el Hospital de León y los privados del área sanitaria.

Los hospitales públicos fueron los receptores y procesadores de la sangre desde el comienzo hasta 2006. Este año se creo el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León, que centraliza en Valladolid la recogida y procesamiento de los bolsas donadas.

«Cada día reciben la sangre, la analizan, la procesan y la devuelven según las necesidades de abastecimiento de cada centro», explica Manceñido. La asociación tiene un equipo de 5-6 profesionales de medicina y 16-18 de enfermería. Cada día, un equipo acude a un sitio o dos, aparte del punto fijo de donación establecido en el centro de salud José Aguado.

pcr desde hace 25 años

La sangre pasa por ocho pruebas antes de ser procesada para su uso sanitario. Dos de esas pruebas son PCR —ahora popularizadas para la detección del covid-19—. Manceñido explica que las dos PCR que se realizan a la sangre donada son para comprobar que está libre de VIH y Hepatitis C. «La técnica de la reacción a la polimerasa, que ahora conocemos por el covid, se hacen con la sangre desde hace 25 años», subraya.

«Es una garantía para los receptores y un control de salud para los donantes», puntualiza, pues también se analiza el hierro y otros parámetros sanguíneos (otras hepatitis, comprobación de grupo sanguíneo). Una vez analizada, la sangre se fracciona en glóbulos rojos, plaquetas y plasma.

Existe la posibilidad de hacer una donación de un solo componente mediante la plasmaféresis y plaquetoférisis. Una sola persona puede donar el equivalente a tres y cinco unidades respectivamente de una sola vez.

El 34% de las transfusiones son para las personas en tratamientos oncológicos, pues la quimioterapia destruye lo malo y también lo bueno. La cirugía se lleva otro 25%. Ningún quirófano se abre sin tener garantizada la transfusión aunque no esté prevista. Por último hay personas que precisan transfusiones por falta de hierro u otros problemas de salud.

Si no existiera el fraccionamiento necesitaríamos el triple de sangre. El proceso «optimiza de manera extraordinaria» toda la sangre, elemento vital que hasta ahora no se ha conseguido producir de forma artificial y no parece que esté en el horizonte de la ciencia conseguirlo, comenta el presidente de los Donantes de León.

Tras intentos de reproducir la célula de la sangre, el problema de que lleve incorporado el oxígeno no ha sido superado en los laboratorios. «Solo la naturaleza es capaz de producir este producto y va a ser así durante mucho tiempo», sostiene Martín Manceñido. La gasolina del cuerpo seguirá pasando de cuerpo a cuerpo gracias a la donación. Larga vida a la hermandad.

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