Diario de León

El leonés Paco Robles y los últimos niños de la guerra

«Me siento muy español», afirma al cumplirse los 85 años de su evacuación a Inglaterra tras el bombardeo de Guernica

Paco Robles, Mª Luisa Toole, Feliciana Sánchez y José Armolea, niños de la guerra, con Amaya López y Luis Jarero, el domingo en Londres. DL

Paco Robles, Mª Luisa Toole, Feliciana Sánchez y José Armolea, niños de la guerra, con Amaya López y Luis Jarero, el domingo en Londres. DL

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Habían pasado miedo por las bombas y hambre por la carencia de alimentos. Cuenta Paco Robles que en aquellos días de la guerra se comían los gatos de los vecinos. Pero lo peor estaba por llegar para aquellos niños y niñas cuando se acercaron, de la mano de su madre, al puerto de Santurce.

Cientos de niños y niñas se acercaban por tandas al muelle donde estaba amarrado el vapor Habana. Era el 21 de mayo de 1937. Guernica había sido arrasado por los aviones nazis de la Legión Cóndor que apoyaron el golpe de Franco en España contra la II República unas semanas antes, el 26 de abril. Y los planes de evacuación de niños y niñas se aceleraron.

«Mi madre nos tenía apuntados para un barco que iba a Rusia, pero se retrasaba y lo arregló para meternos en el Habana, que iba a Inglaterra», recuerda el leonés Paco Robles, que tenía 10 años y cumpliría los 11 pocos días después en Inglaterra. El vapor Habana llegó el 23 de mayo al puerto de Southampton con 3.861 niños y niñas vascos con excepciones como Paco Robles y su hermana María Jesús, que habían nacido en León, con ascendencia paterna en Mansilla de las Mulas y de madre burgalesa.

«Todavía siento las lágrimas de mi madre en mi cara. Cómo lloraba ella cuando decíamos adiós», dice este hombre de 95 años —cumplirá 96 en junio— tras el encuentro conmemorativo de su llegada que retomaron el domingo en el hotel Meliá de Londres tras dos años suspendido por la pandemia.

En el barco sufrieron el impacto de la separación familiar. Los llantos y gritos llamando a mamá se alternaban con los vómitos por los mareos. Había tantos niños «que a mi hermana y a mí nos pusieron en la sala de calderas con una manta en el suelo para dormir», rememora Robles. «Yo también lloraba. Creíamos que íbamos por tres meses de vacaciones...» y la risa brota entre el dramático relato. Más de medio millar de aquellos niños y niñas Inglaterra no regresaron a España. Ya solo quedan siete. Cuatro asistieron al recuerdo de su llegada cuya llama mantiene encendida la Basque Children Assotiation.

El entusiasmo con que fueron recibidos en Southampton se ha transmitido de generación en generación. En el muelle les esperaban cientos de personas, periodistas y la banda de música del Ejército de Salvación tocó en su honor. Junto a la duquesa de Atholl, presidenta del Comité de Ayuda a la República Española, se encontraba una leonesa, Amelia Diz, esposa de Pablo Azcárate, embajador de España en Londres hasta febrero de 1939.

«Había banderines decorativos por todas partes y pensamos que era por nosotros. Luego nos dijeron que ¡había sido por la coronación del rey Jorge VI unos días antes!», apunta Paco Robles. Cuando se le pregunta cómo se siente después de 85 años viviendo en Inglaterra responde al instante: «Muy español». Y siempre pendiente de León y de su familia y amistades de Mansilla de las Mulas.

«Yo estuve dos semanas en el campo al lado de Southampton. Vivíamos en tiendas de campaña. Todos cogimos sarna. Lo pasamos muy mal», recuerda. Después empezó el periplo por las colonias. «A mí me mandaron a Ipswich» y luego pasó por media docena más hasta recalar en Londres durante la II Guerra Mundial. Fue separado de su hermana, otra de las supervivientes, que reside en Bristol.

El vapor Habana evacuó a 16.872 niños y niñas desde el País Vasco entre el 6 de mayo y el 13 de junio de 1937. La mayoría fueron a Francia —incluido el hermano pequeño de Paco y María Jesús, Pedro, que por su corta edad no embarcó rumbo a Inglaterra— excepto los 1.600 que llevó a Leningrado. Fue una operación coordinada por el Gobierno Vasco y asociaciones extranjeras. En el viaje a Inglaterra iban acompañados de 95 maestras, 150 ayudantes y 15 sacerdotes. Sin olvidar a Leah Manning la diputada laborista que, junto con la duquesa de Atholl, diputada conservadora, organizó la evacuación en Bilbao y acompañó a los menores en el vapor Habana. Han pasado 85 años y un hule con el mapa de España cubre aún la mesa camilla en la cocina de la casa de Paco en Londres, como un manto de sus raíces.

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