Diario de León

Llamada de atención

Más cribado y menos vida social para parar el virus en León

Casi 42.000 leoneses en cinco días de test masivos, con 244 casos asintomáticos

León

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#SolosNoPodemos. Con esta llamada de atención, pintada negro sobre blanco, en los monos que les protegen de contagios, los equipos sanitarios del cribado masivo de León llaman la atención a la población. «Viene mucha gente, pero el cribado no es suficiente, para parar el virus hace falta menos vida social», afirman las enfermeras Inés Álvarez y María José Sánchez, que ayer tomaron muestras en el cribado. La jornada marcó otro récord con 10.087 test y 55 positivos, pero las enfermeras hacen hincapié en que a diario se sienten «tocadas» con las conductas de riesgo de la población que ven a pie de consulta.

Sin que se les haya dado el caso de encontrarse con personas aisladas en el supermercado, como ocurrió en Gijón, «cuando rastreamos vemos que no se están haciendo bien las cosas en la vida social y estamos como en marzo o peor», afirma Álvarez.

«La gente se ha volcado», conforma su compañera. Con las personas que acudieron ayer en masa, con casi dos horas de espera en la mañana y 55 minutos por la tarde, son ya 41.621 leoneses que se han hecho el test en este cribado con 244 casos positivos detectados, en su mayoría asintomáticos, que suponen un 0,5% de positividad.

«Hemos venido más que por seguridad personal por la relación con la sociedad», señalaron Isabel y Pascual, jubilados de Muface. «Es importante que si hay más casos los encuentren», afirmaron. La espera no les agobió: «No llegó a dos horas», aseguraron. El frío tampoco desanimó ni siquiera a las numerosas familias que acudieron con menores. «Han venido muchos niños y lo hacen muy bien», destacan las sanitarias.

Noemí Robles y José Antonio Gutiérrez consolaban a su hija Naia, de ocho años, que se resentía de la molestia que queda en la fosa nasal. «Estamos encantados», señaló Noemí. José Antonio, que forma parte del personal de mantenimiento del Hospital de León, es la segunda vez que acude a un cribado. Destacó la «respuesta abrumadora de la población».

La organización del cribado da fluidez a las filas. MARCIANO PÉREZ

Rita Menéndez Valle fue una de las personas que por sus dificultades de movilidad —se apoya en un andador— fue apartada de la cola por la Policía Local para reducir su tiempo de espera. «Vine por si tengo el virus, no soy yo sola y si te contagias lo pasas a otros», comentó. La pandemia ha pasado factura a su estado de ánimo. «Tengo días muy malos. Ves a la gente triste, agresiva, se enfada por nada», confesó. La voluntaria de Protección Civil, Fátima Silva, entrega a la mujer el papel informativo con las indicaciones que hay que seguir en caso de dar positivo y le acompaña por una puerta con salida más directa.

«Tengo el corazón encogido por los más pequeños y estoy orgullosa de la gente porque se está implicando mucho», comenta esta voluntaria que se enroló en Protección Civil hace un año sin saber que vendría la pandemia casi al mismo tiempo que abría un bar que tuvo que cerrar a las pocas semanas. Durante la cuarentena llevó la compra a personas mayores y con dificultades de movilidad. «Me llena ayudar», comenta. Después de algunas sustituciones en residencias, volvió a la cola del paro. Emilio Martín Villa, el jefe de la agrupación de Protección Civil del Ayuntamiento de León, destacó la respuesta ciudadana, la de los profesionales remunerados y el voluntariado no remunerado. «Gracias al comportamiento de la población, mañana se continúa», comentó.

El engranaje de los cribados se pone en marcha con el montaje de las tiendas por el Ejército del Aire. Cada día a las 7.30 de la mañana se arranca la máquina en las sedes de Protección Civil y la Gerencia de Atención Primaria. Pero no funcionaría sin los equipos sanitarios entrenados en un protocolo que sirvió de base para poner en marcha los cribados en Castilla y León en noviembre. Enfermeras como Navitividad Majo Bodelón, con 65 años, siguen al pie del cañón a pesar de que podía haberse jubilado hace meses, O de ‘maestras’ de la profesión como Conchi Cartón y Milagros García Abella. «Hay que tener capacidad de trabajo y respeto por el trabajo de los compañeros», asegura Ana Rivero, la jefa de Enfermería de Primaria, que en menos de una hora reclutó ayer por la mañana al personal para seguir hoy el cribado masivo.

La gente camina en busca del final de la cola. MARCIANO PÉREZ

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