Diario de León

José Luis Mostaza. Jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital de León

«La mayoría de ingresos y muertes son mayores de centros con brotes»

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León

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El jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital de León alerta del aumento de ingresos hospitalarios en los últimos cinco días. La mayoría son personas mayores derivadas tras los brotes detectados en los centros sociosanitarios, pero también hay pacientes más jóvenes.

—¿Cómo define ahora mismo la situación de Medicina Interna?

—Está aumentando rápidamente el número de ingresos. Hoy tenemos entre el Monte San Isidro y el Hospital a 185 pacientes —13 en la UCI—. En la última semana ha aumentado un 50%s. Esperamos que las medidas de confinamiento consigan estabilizar estas hospitalizaciones. Ahora mismo somos el hospital de Castilla y León que más ingresos está teniendo. Espero que seamos capaces de contener la incidencia en León.

—¿En qué se parece esta segunda ola a la primera y en qué se diferencia?

—Aunque los ingresos suben mucho el crecimiento no es tan rápido como en la primera ola. En la primera se doblaba el número cada tres días. La presentación de la enfermedad es muy parecida y persistente. La diferencia es que ahora sabemos lo que tenemos y no tenemos que utilizar.

—¿Con qué síntomas llegan los pacientes que ingresan?

—Vienen con los síntomas de una infección respiratoria, muchos con neumonías, algunas graves. También son frecuentes las complicaciones tromboembólicas. Con menos frecuencia vemos manifestaciones cardiovasculares, renales, alteraciones cutáneas y neurológicas. La enfermedad tiene muchas manifestaciones.

—¿Cuál es el perfil del paciente que necesita ingreso hospitalario? En un principio se dijo que eran personas más jóvenes y con patologías menos graves que en marzo.

—Ahora tenemos una mayor capacidad diagnóstica de la que teníamos en la primera ola. Se diagnostican positivos a personas con síntomas leves o incluso asintomáticos. Alrededor de un 40% ó 50% de los pacientes pueden ser asintomáticos o presintomáticos y eso en la primera ola no se diagnosticaba. Por eso se pensó que los primeros casos detectados parecían más leves, pero ahora la impresión que tenemos es que la proporción de pacientes graves que ingresan es similar a la primera ola. El porcentaje de pacientes que necesitan soporte ventilatorio o ingresar en UCI es en torno al 10%, igual que en la primera ola.

—¿Ahora mismo qué porcentaje de pacientes están graves?. En las cifras que ofrece la Junta vemos una media de tres o cuatro muertes diarias.

—Uno de los motivos por el que aumenta el número de hospitalizados en estos diez días han sido los brotes en varias residencias de ancianos, de persona dependientes con mucha comorbilidad a los que una infección de este tipo supone una complicación muy grave. En este tipo de pacientes una gripe también tiene una mortalidad bastante alta. Gran parte de los que han fallecido son personas muy mayores y dependientes procedentes de residencias.

—¿Qué tratamientos nuevos reciben los pacientes ahora y que antes no tenían?

—Todos los tratamientos se aplicaron ya en la primera ola, salvo un antiviral nuevo que estamos usando ahora, que es el Remdesivir. Los antivirales que utilizamos antes no funcionaron y eran muy tóxicos, pero se ha visto que no tenían mucha actividad. Se utilizaron porque eran útiles en otros virus, pero los ensayos clínicos que se pusieron en marcha demostraron que no tenían mucha utilidad. Ahora disponemos del Remdesivir que se desarrolló para el tratamiento del ébola, que lo que consigue es disminuir la duración de los síntomas, pero tampoco ha demostrado reducir la mortalidad. Lo que se ha visto es que tratamientos antiinflamatorios como los glucocorticoides, que utilizamos también entre marzo y junio, como la desametanosa, sí produce un descenso de la mortalidad en pacientes graves.

—¿El suministro de estos medicamentos está garantizado?

—Si. Hay que solicitarlo y justificarlo para pacientes que realmente lo necesiten, pero no hay problemas para administrarlo a los pacientes que cumplen con los requisitos

—Estos días hemos asistido a una rápida aparente recuperación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. ¿Es posible esta evolución dependiendo de los tratamientos que se administren a los pacientes?

—Hay pacientes que se recuperan rápido. Hay un compañero que ha estado con su madre de más de 90 años y una demencia y ha pasado el covid en su casa, sin ninguna complicación. Para la inmensa mayoría de los pacientes el covid es una infección respiratoria leve, pero a un pequeño porcentaje se le complica y puede entrañar bastante gravedad. No tengo información de la evolución de Trump. En relación al tratamiento, la administración de anticuerpos se está ensayando. El Hospital de León participa en un ensayo clínico en la administración de plasma de pacientes recuperados, que también se le ha administrado a pacientes de León que han aceptado participar en este ensayo.

—¿A cuántos pacientes?

—Seis u ocho.

—¿Y ha funcionado el tratamiento?

—Hay que analizarlo porque por ese número de pacientes no podemos saber si mejoraron por ese tratamiento o por otro. Eso se sabrá al final de las conclusiones del ensayo.

—¿Cómo definiría la situación actual del Hospital?

—En la primera ola llegamos a tener hasta 400 pacientes ingresados en un día. Aquella fue más rápida y arrolladora. Lo que pasa ahora es que ya se está poniendo en apuros al Hospital.

—El personal sanitario se enfrentó en marzo a una pandemia sin apenas protección y con poca información. ¿Cómo están ahora?

—Estamos bien de materiales y de equipos de protección. Hay que reforzar Atención Primaria para que no se vean desbordados. En el Hospital hay que reforzar a los servicios que se encargan de tratar las infecciones respiratorias graves, como Medicina Interna, Neumología y UCI, y, también, dejar organizada una estructura flexible que permita la colaboración de médicos de otras especialidades, los famosos ‘equipos covid’, en caso de desbordamiento de los servicios anteriormente citados.

—¿Qué le pediría a los gestores sanitarios?

—Teníamos una estructura epidemiológica débil que hay que reforzar. Hay que reforzar Atención Primaria porque si funciona, los hospitales estaremos mucho mejor. Creo que es importante que se estructuren bien las instituciones que se dedican a atender a ancianos. Sería bueno que hubiera equipos móviles desplazados de los servicios sanitarios para ayudar a la atención de los pacientes en las residencias. En el Hospital abría que diseñar una estructura flexible para que esté preparado para adaptarse a la intensidad de ingresos en una segunda o tercera ola.

—¿Espera una tercera ola?

—Si las medidas de confinamiento se relajan, mientras no haya una inmunidad de rebaño que contenga la infección, si se relajan las medidas y la gente no es responsable y no se cortan las cadenas de transmisión a tiempo claramente habrá una tercera ola, si no aparece antes una vacuna eficaz.

—¿Qué le pediría a los políticos?

—Tienen que tomar las decisiones bien asesorados por los técnicos sanitarios. Que no entren en confrontaciones estériles y se dediquen a tomar las medidas necesarias. Debería ser más fácil un consenso que el que hemos visto estos días.

—¿Qué le pediría a la ciudadanía?

—Creo que en general se comporta adecuadamente. Tenemos que ser todos responsables de lo que se nos han dicho sobre la distancia social, mascarillas, higiene de manos. Es muy importante para protegernos todos.

—¿Y qué le diría a los trabajadores del Hospital?

—No les tengo que decir nada porque han demostrado en los últimos meses la capacidad de esfuerzo y la solidaridad en la atención a los pacientes y vamos a seguir así.

—Si hubiese que visibilizar qué pasa cuando el coronavirus causa una enfermedad grave ¿cuál sería la frase?

—Se trata de una pandemia en la que nunca hemos tenido una experiencia parecida desde hace cien años. Ningún médico de estas últimas décadas nos hemos enfrentado a nada parecido. Es una infección que afecta a personas mayores o con factores de riesgo, pero los grandes diseminadores del virus es la gente joven, que no tiene miedo a la enfermedad y toma menos precauciones. Pero todos tienen padres, abuelos y tíos con factores de riesgo y si no toman medidas comprometen su salud. Llamaría a la responsabilidad de todas las personas, incluidos los jóvenes, que estoy seguro de que la mayoría lo son.

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