Diario de León

Los ‘millenials’, entre la ansiedad y el desencanto

Un estudio sugiere que los jóvenes españoles priorizan su carrera profesional y su formación antes que crear una familia

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Una quinta parte de las nuevas generaciones de españoles se siente «aislada» y «solitaria», a pesar de la gran conexión a la que están sometidos por las redes digitales. Una paradoja de los millenials y la generación Z. Los primeros son los ya no tan impúberes nacidos entre 1984 y 1998, y los segundos son los que han nacido entre 1999 y 2015. Ambos son los nativos digitales, pues no son testigos de la irrupción de las nuevas tecnologías. Nacieron cuando ya habían transformado el mundo. Frente al 26% que se siente «profundamente cuidado», alrededor de la cuarta parte se siente deprimido, aislado o cree «que no hay suficientes oportunidades a mi alcance», según el estudio ‘La generación conectada’, realizada por la organización World Vision.

Como perfil general, en España estos jóvenes trabajan (69%), no están casados (74%) pero sí se han independizado (solo viven con sus padres el 36%). Dos factores les distinguen de los otros ‘adultos jóvenes’ europeos: tienen la mayor tasa de formación universitaria (72%), unos 20 puntos por encima de la media de Alemania y unos 50 por arriba de Suiza, y viven en el centro de una ciudad (68%), cuando en los países del entorno menos de la mitad vive en una ciudad, según la investigación basada en una encuesta a 15.369 jóvenes de 25 países, 500 de ellos en España.

«La prioridad en la edad adulta temprana es establecerse desde un punto de vista financiero y profesional, ya que muchos retrasan el momento de casarse o tener hijos. Para la mayoría de personas de esta generación, la familia va detrás de la carrera y de la formación», diseccionan los autores de un estudio que, aunque tiene como finalidad principal dar herramientas a los «líderes cristianos» para «fortalecer la fe», sirve como prisma para observar a los individuos con edades entre los 18 y los 35 años. En el «retrato emocional de los adultos jóvenes», pocos españoles se sienten «apoyados».

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