Diario de León

Nacen los primeros bebés del año... y del confinamiento

Los ginecólogos anticipan una caída de nacimientos este nuevo año. La primera bebé en ver la luz en la Comunidad este 2021 es de León. Es una de las primeras no solo del año sino de los alumbramientos tras el estado de alarma, que obligó a un confinamiento general. El estrés, la incertidumbre de las familias y el aplazamiento impuesto por las sociedades científicas en los procesos de reproducción asistida reducirán los partos en los próximos meses.

Fotografía de archivo de un bebé en una incubadora en un hospital. EFE

Fotografía de archivo de un bebé en una incubadora en un hospital. EFE

León

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Una niña nacida en el Hospital de León a las 00.25 horas del 31 de diciembre es la primera cara del año 2021, el de la esperanza. No es solo la primera bebé del año, es también una hija del confinamiento porque en estos días nacen los niños y niñas cuyas madres tuvieron la última regla sobre el 25 de marzo, en pleno encierro por la pandemia. La familia no quiso dar su nombre ni que se hicieran fotos. También una niña, Gala Galindo Cachón, fue la última en nacer en la provincia en el año 2020, esta vez en el Hospital del Bierzo a las 23.09 horas. Pesó 2,670 kg y midió 46 cm. También forma parte de esta generación condebida durante la pandemia, como Paz Colinas Soto, la primera en nacer el Hospital del Bierzo a las 09.05 horas de ayer con un peso de 3,330 kg y 52 cm de talla. El último bebé del año alumbrado en el Hospital de León es un niño nacido a las 20.08 horas. En la clínica San Francisco no nació ningún bebé ni el último ni el primer día del año.

Aunque es demasiado pronto para certificar con cifras la caída de la natalidad que se espera en los próximos meses, los ginecólogos de León no dudan en que la pandemia se notará en el número de nacimientos. «Algunos vaticinaron apresuradamente la posibilidad de un incremento de embarazos, fruto de una etapa de confinamiento prolongado. Creemos que no ha sido así, sino que tendremos una acentuación de la caída que ya había de los embarazos, derivada de las difíciles condiciones que hemos vivido provocadas por la pandemia», asegura Marisa Alija, especialista en Obstetricia y Ginecología del Centro Ginecológico de León, HM San Francisco. El estrés y la incertidumbre pesó sobre las familias. «Es imposible olvidarse de las semanas en las que se acumulaban las personas fallecidas y vivíamos una situación de caos sanitario sin precedentes». Pero no sólo el miedo y la incertidumbre pesó sobre las familias. La Reproducción Asistida sólo fue considerada un servicio esencial hasta finalizar los tratamientos iniciados, explica el ginecólogo especialista en Medicina de Reproducción del Centro Ginecológico de León,, HM San Francisco, Florentino Garrido González. La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) junto a la Europea (ESHRE) y la Americana (ASRM) aconsejó el 15 de marzo una serie de medidas ante el desconocimiento existente en eses momento sobre la influencia del virus en el campo de la reproducción y el avance de la epidemia. «Recomendaban que los tratamientos de Reproducción Asistida debían ser pospuestos y aconsejaban sólo finalizar los ciclos iniciados y no iniciar nuevos ciclos, diferir todas las transferencias y suspender los ciclos de inducción de ovulación y de inseminación». El Centro Ginecológico de León suspendió toda su actividad en el área de fertilidad. «Este cese de actividad impuesto, sin límite de duración, no tenía en cuenta que la variable tiempo es crucial en pacientes que, por edad u otras limitaciones, tienen mal pronóstico para las técnicas de reproducción asistida», asegura Garrido. Estas pacientes representan el 30-50% de las que solicitan tratamiento y tienden a perder su potencial de fertilidad más rápidamente. «En mujeres de más de 35 años o con baja reserva ovárica disminuyen sus posibilidades de gestación un 2% cada mes». Garrido destaca que tampoco se tuvieron en cuenta indicaciones como la preservación de la fertilidad en pacientes oncológicos o en riesgo de perder su fertilidad por otras enfermedades. El Ministerio de Sanidad no autorizó a abrir de nuevo los centros hasta el 24 de abril. «En esa fecha reanudamos nuestra actividad adoptando las medidas de seguridad más exigentes y siguiendo las guías de buenas prácticas que se actualizan en todo momento. Hemos recuperado nuestra carga de trabajo con picos máximos en el último trimestre del año».

Caída de embarazos
El miedo y el aplazamiento de los tratamientos de fertilidad anticipan una caída de nacimientos

Pero la repercusión de ese parón será evidente en los próximos meses.

«La escasa evidencia sobre si el coronavirus podía afectar en el embarazo también hizo que el temor se instalara en las parejas y venciera al deseo de ser padres en aquellos primeros momentos. Muchas tuvieron que asumir durante el encierro una carga mayor de las tareas domésticas, cuidado de hijos, teletrabajo, otras se enfrentaron a una inestabilidad laboral y a dificultades económicas», recuerda la ginecóloga Marisa Alija.

«Nuestra impresión es que en nuestro medio, pocas mujeres decidieron quedarse embarazadas en un momento de incertidumbre, como el que vivimos en marzo y abril de 2020. Pensamos y tenemos la impresión de que han disminuido los embarazos y por lo tanto ha habido menos partos al menos en diciembre de 2020 y posiblemente habrá menos en enero y febrero de 2021».

Un documento publicado por el Instituto IZA de Economía Laboral predice en Estados Unidos una caída del 15% en los nacimientos  mensuales entre noviembre y febrero, un 50% mayor que la disminución posterior a la crisis financiera de 2007-2009.

«Ya ocurrió con la crisis de 2008, que vino acompañada por un descenso del número de nacimientos que  se ha prolongado hasta la actualidad. Y esa caída no será buena en un país donde la tasa de fecundidad (número de hijos que una mujer puede esperar tener a lo largo de su vida) es de 1,23 hijos por mujer, muy lejos de la necesaria para renovar generaciones (2,1)». Para Alija, la gran pregunta es cuánto durará la repercusión de la pandemia en la natalidad. «En nuestro centro los tratamientos de reproducción sufrieron una pausa porque actualmente ya se han recuperado. El reloj biológico no deja de correr. Hemos implementado sistemas de calidad y protocolos sobre esta infección para conseguir realizar con éxito y seguridad estos tratamientos. En cuanto a los embarazos espontáneos, en nuestro centro, también están repuntando. Hemos tenido en todo el año un 4,7% más de partos, pero esto ha sido debido posiblemente al temor de las pacientes a acudir a un centro sanitario grande colapsado en los primeros momentos por el gran número de casos de covid-19».

El año 2018 fue el primero en el que hubo más fallecimientos que nacimientos en España. «Una inquietante estadística que posiblemente se agrave en 2020 debido a la pandemia».

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