Diario de León

Conferencia

De ‘narcisistas’ a avance psicosocial: 127 años de reconstrucción mamaria

El servicio de Cirugía Plástica realiza 115 intervenciones de reconstrucción de mama al año a las mujeres con una mastectomía por un cáncer. La ciencia ha permitido extender las técnicas tras los «dogmas» del siglo XlX y XX que trataban a las mujeres que lo pedían de «narcicistas e inmaduras». Hoy está en la cartera de servicios y es un avance psicosocial.

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León

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Lugar: Salón de actos del Ayuntamiento de León (Alfonso V)

Hora: Hoy a las 20.00 horas.

Entrada: Libre hasta completar aforo.

Las técnicas de reconstrucción mamaria para las mujeres operadas de cáncer de mama cumplen 127 años, aunque las primeras intervenciones para ‘recuperar’ el pecho de las mujeres tras una mastectomía se iniciaron en el servicio de Cirugía Plástica del Hospital de León en 1995. El cirujano plástico del Hospital Universitario de León, Rubén Álvarez, imparte hoy una conferencia sobre los 127 años de cirugía reconstructiva mamaria. Evolución histórica y perspectivas futuras , un encuentro organizado por la Asociación de Mujeres Leonesas Operadas de Cáncer de Mama ( Almom ).

El servicio de Cirugía Plástica del Hospital de León realiza cada año 115 intervenciones de reconstrucción mamaria en sus distintas modalidades como son los implantes, colgajo dorsal ancho, colgajo Diep, lipotransferencias y reconstrucciones del complejo areola pezón. Aproximadamente una veintena son reconstrucciones mamarias inmediatas tras la intervención de un tumor. «Aunque raras, la intervención mamaria den varón también se realiza y representa un porcentaje inferior al 0,5% de todos las intervenciones».

La primera reconstrucción mamaria en el Hospital de León se realizó en 1995 con técnicas de expansión cutánea e implantes. Posteriormente se introdujeron las técnicas autólogas como TRAM pediculado y el dorsal ancho. En octubre de 2009 se realizó en el Hospital de León la primera reconstrucción con Diep (colgajo de perforantes de epigástrica inferior profunda) una técnica que en ese momento sólo realizaban quince hospitales en España. «Desde entonces, más de 150 pacientes de la provincia de León se han beneficiado de esta técnica, con unas tasas de éxito y supervivencia de las transferencias titulares superiores al 96%», explica el cirujano plástico Rubén Álvarez.

115 intervenciones
El Servicio de Cirugía Plástica realiza al año 115 operaciones de reconstrucción de mama

Llegar a este grado de conocimiento científico y desarrollo de técnicas para que las mujeres que sufren un cáncer de mama recuperen su aspecto físico tras una mastectomía radical no ha sido sencillo, explica Álvarez. Vincenz Czerny está reconocido como el primer cirujano en reemplazar el volumen mamario con un lipoma mayor que un puño, obtenido de la región lumbar derecha. La operación se realizó en 1895, trece años después de que el cirujano Willliam S. Halsted describiera la mastectomía radical, una técnica que eliminaba la glándula mamaria, la piel, los músculos pectorales, el tejido adiposo circundante y los ganglios de la axila. Halsted desaconsejaba un procedimiento reconstructivo, una influencia que se extendió en EE UU y Europa hasta mediados de los años 60. «Se trataba de una técnica mutilante, con infecciones locales, inflamación del brazo y restricción de la movilidad de la extremidad superior. Este cirujano desaconsejaba la cirugía plástica amparándose en los beneficios de las cicatrices como barrera para la diseminación del cáncer y el posible enmascaramiento de una recidiva tumoral si se practicaba la reconstrucción», asegura Rubén Álvarez. El conocimiento científico de la enfermedad y de las técnicas quirúrgicas permite abordar la reconstrucción con una mayor seguridad.

«Es un avance muy importante para las mujeres mastectomizadas por un cáncer de mama», explica la presidenta en funciones de Almom, Teresa González, asociación a la que pertenecen doscientas mujeres de León.. «Las mujeres que se someten a estas intervenciones de reconstrucción muestran después una satisfacción inmensa». A Teresa le practicaron una mastectomía hace 28 años. «Entonces las técnicas no estaban tan extendidas y no se lo ofrecían a todas las mujeres, no era tan fácil. Ahora, cuando el médico se lo propone optan por la reconstrucción y animan a todas las demás a que se lo hagan, siempre con el criterio médico. Mejora la autoestima»

«Desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX la reconstrucción mamaria no era una preocupación y las mujeres que se interesaban por ella eran consideraras ‘narcisistas, inmaduras y desagradecidas’. Existía un contexto social y médico dominado por el sexismo que obstaculizaba el desarrollo de la reconstrucción mamaria, Sin embargo, eso no evitó que se realizasen los primeros intentos reconsrtructivos, ya que algunos cirujanos de la época observan que era el miedo de las pacientes a que le mutilaran el seno lo que añejaba a los pacientes y permitía que un tumor siguiera su curso progresivo».

En el varón
Aunque muy rara, la reconstrucción de mama en el varón representa un 0,5% de las operaciones

Czerny fue un profesor de cirugía alemán que publicó en 1895 un caso de mastectomía subcutánea por fibroadenoma y mastitis crónica. «Durante las primeras décadas del siglo XX se realizan las primeras reconstrucciones mamarias con injertos de grasa, transferidas de tejido de la mama contralateral y colgajos tubulalizados, que en muchos casos requerían cirugías largas, ofrecían resultados deficientes y dejaban cicatrices importantes». Los implantes mamarios, utilizados en la década de 1970 «no estaban exentos de complicaciones en forma de altas tasas de fallo con fugas de silicona, lo que llevaba a la aparición de contracturas capsulares y deformidades dolorosas», asegura Álvarez, que en su conferencia de hoy explicará el desarrollo posterior de los expansores tisulares y la colocación del implante en el plano submuscular en 1978. «De este modo se consiguieron acortar la duración de los procedimientos y realizar cirugías menos invasivas evitando la creación de cicatrices adicionales».

La mejora de las técnicas y los resultados impulsa la aparición de otros procedimientos como la reconstrucción con colgajo dorsal ancho, descrito por Olivari en 1896 «pero que quedó en el olvido por la falta de vías de la transmisión de la información médica y el contexto social de la época con respecto a la reconstrucción mamaria».

El procedimiento de transferencia de tejido abdominal para reconstruir la mama lo introdujo en los años 80 Hartrampf. «Esta técnica tampoco estaba exenta de complicaciones entre las que destacaban la formación de hernias abdominales y la necrosis parcial del colgajo. El advenimiento de las técnicas de microcirugía y la descripción de los territorios vasculares cutáneos permitieron el desarrollo de los colgajos de perforantes, que posibilitaron la transferencia de tejidos con una baja morbilidad para la zona donante». Con estos conocimientos de llegó a la descripción en 1994 de la reconstrucción Diep (el gráfico que acompaña a esta página) por el doctor R. Allen. «Esta técnica se sigue considerando el ‘gold estándar’ porque ofrece los resultados más similares a la mama original en cuanto a textura, naturalidad y tipo de piel, con un resultado perdurable en el tiempo».

La ciencia y la técnica avanzan y con posterioridad se han descrito zonas de colgajos como el obtenido del muslo o de la región lumbar «reservándose para personas muy delgadas o en aquellas en las que el colgajo Diep no está indicado. Durante el siglo XXI se ha estandarizado el uso de injertos de tejido adiposo gracias a los avances en el conocimiento de los métodos de extracción y procesamiento de la grasa para su utilización en el quirófano». El cirujano plástico Rubén Álvarez destaca que sus aplicaciones incluyen la corrección de defectos volumétricos de cirugías conservadoras de mama, de reconstrucciones con colgajos o como técnicas híbridas para una mayor naturalidad de los implantes».

La incorporación de matrices dérmicas acelulares para mejorar los implantes y facilitar las reconstrucciones en un tiempo quirúrgico, así como la cirugía del linfedema «que mediante anastomosis linfático-venosas o transferencias de ganglios linfáticos se puede mejorar en casos de inflamación del brazo».

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