Diario de León

Nary Ly, entre setas y bombas en Camboya

La atleta y bióloga, superviviente del genocidio del jemer rojo, abre hoy la Semana Micológica de León con su excepcional vida

Nary Ly con dos ejemplares de boletus pinophilus en una de sus salidas micológicas por León. DL

Nary Ly con dos ejemplares de boletus pinophilus en una de sus salidas micológicas por León. DL

León

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Nary Ly, bióloga y atleta superviviente del terror del jemer rojo, afincada en León desde hace algo más de siete años, regresará hoy a su más tierna infancia, marcada por el genocidio que la obligó a salir de Camboya a los ocho años, pero en la que no faltan recuerdos felices.

Algunos de estos momentos están ligados a las setas. Y de hecho, las setas le han acompañado toda su vida. Tanto, que cuando llegó a León una de las cosas que hizo fue apuntarse a la Asociación Micológica San Jorge para vincularse con un mundo, que formaba parte de la cotidianidad de su vida en Camboya.

«Cuando era pequeña cogía setas, porque somos de campo y los niños íbamos a buscar a comida o cuando estaba en el campo de refugiados», cuenta Nary Ly, que hoy abre la Semana Micológica de León con la conferencia La superviviente camboyana y las setas , a las 20.00 horas en el salón de actos del Ayuntamiento de León de la calle Alfonso V.

El presidente de la asociación leonesa invitó a Ly a relatar su experiencia vital que tomará como punto de partida su vinculación con las setas en Camboya. La variedad que más recuerda son las setas de paja de arroz. «Crecen con la lluvia y la humedad en los paja del arroz, cuando llega la estación de las lluvias y se empieza a pudrir la paja», explica. Curiosamente, señala Ly, ha encontrado este tipo de setas en León, de cultivo, pero en lugar de usar la paja de arroz, con paja de trigo, que es el cereal predominante en Europa.

Otra seta que recuerda de su infancia en Camboya son las conocidas como ‘orejas de ratón’, cuyo nombre científico es Auricularia auricula-judae , también conocida como el hongo de la oreja de madera en España. Ahora se encuentran en los supermercados también fruto del cultivo de hongos en su país. «Ahora la gente no tiempo para ir a buscar las setas y se cultivan y se venden en el mercado», explica.

La zona norte de Camboya es la más propicia para los hongos debido a que cuenta con las «temperaturas adecuadas» y todavía se conservan bosques donde nacen de forma natural. Pero son muy pocas las personas las que salen a coger setas. La atleta y bióloga camboyana, que ahora tiene 50 años, menciona que es una actividad que practican los monjes budistas con los niños y poco más.

Nary Ly arrancará con las setas camboyanas la extraordinaria historia que ha vivido. «Sobreviví al genocidio de los jemeres rojos, salí como refugiada política a Francia con nueve años, donde pude estudiar, volví a mi país y luego regresé a Francia para el doctorado», explica.

«En Francia fui a recoger setas con mis padres adoptivos. Vivíamos en los suburbios de París en Roissy in Brie, y descubrí y aprendí los nombres de las setas que se encontraban en el bosque». Desde entonces, el boletus y la trompeta de la muerte se han convertido en dos de sus favoritas.

«¡Me encantan todas las setas!», asegura con su entusiasmo habitual. Y a continuación precisa: «Las que son comestibles, claro, pero sobre todo los boletus y las trompetas de la muerte», subraya. En León aprende sobre hongos con los expertos de la Asociación Micológica San Jorge. en las salidas al campo durante la temporada que está ahora en pleno apogeo y a veces también en invierno, época en la que se aventura a probar suerte «cuando no hace demasiado frío».

Nary Ly ha relatado su épica vida en el libro L a Historia de Nary Ly - Superviviente Científica Olímpica: Cómo una niña de los Campos de la Muerte corrió una maratón olímpica e inspiró a su nación devastada, que acaba de presentar en su versión inglesa en Nueva York. En Francia se doctoró y completó sus estudios posdoctorales en Nueva York y también trabajó con la U.S. Navy Medical Research. Esta bióloga ha investigado sobre las enfermedades infecciosas reemergentes. Pero un buen día, en uno de sus viajes a Camboya, decidió renunciar a su carrera científica para coger maratones y convertirse en representante olímpica de su país. Este reto y el leonés que conoció en Camboya y se convirtió en su pareja la trajeron a León hace siete años. Y sabe más de setas que muchos leoneses..

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