Diario de León

Testimonios

"Nos han quitado hasta el miedo"

Viven protegidos en León por Amnistía Internacional. Jota Ramos, activista por los derechos humanos y artista, y Coral Hurtado, licenciada en Arte Dramático y profesora de universidad, huyeron de Colombia hace un año. Los paramilitares amenazaron de muerte a Jota. Desde entonces viven en León. En este reportaje cuentan la partida, los miedos y la preocupación de escapar con un niño de 5 años.

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Carmen Tapia | león

 La población extranjera que más llega a León en los últimos meses es de origen colombiano (210) y venezolano (143), según el informe del primer trimestre de esta año publicado por el Instituto Nacional de Estadística.

Coral Hurtado (37 años) y Jota Ramos (32 años) son colombianos, activistas y defensores de los derechos humanos acogidos por el Programa de Protección Temporal de Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos. Viven en León desde hace un año. En marzo de 2019 salieron casi con lo puesto de su país bajo amenazas de muerte. Jota es  líder social afrocolombiano y artista y utiliza el hip hop como herramienta  para reivindicar la paz y los derechos humanos. Coral es licenciada de Arte Dramático y profesora universitaria. Están casados y tienen un hijo de seis años. Los dos integran el grupo Haga que pase y utilizan el hip hop de pueblo a favor de la paz. 

Entre el 1 de enero del 2016 y el 20 de mayo del 2019 fueron asesinados en Colombia 837 líderes sociales y defensores de derechos humanos y ex combatientes de Farc, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz). «Los líderes sociales son asesinados por defender la tierra. Al final la guerra es un negocio. Yo estaba en el municipio Villa Rica, en Cauca, defendiendo el agua del control de las empresas azucareras. Muchos líderes fueron asesinados en el proceso. En lo que va de año ya han matado a 22». 

En el conflicto armado interno de Colombia son frecuentes las amenazas de muerte a los defensores y defensoras de derechos humanos, activistas sociales, sindicalistas y dirigentes comunitarios. «La mayoría de estos ataques se atribuyen a grupos paramilitares. Los grupos guerrilleros también atacan a quienes consideran una amenaza para sus intereses», explica un informe de Amnistía Internacional. 

Coral Hurtado, profesora. DL

Jota Ramos dice que ya no tiene miedo. «¿Qué es tener miedo? Nos han quitado hasta el miedo». Tanto han perdido que el día de la huida, alertado por compañeros de que los paramilitares iban a por él para matarle, metieron en la maleta esas cosas que hacen la vida imprescindible. Y el dinero no está en esa lista de preferencias. ¿Qué había en esa maleta  además del dolor y el temor por la propia vida?. Jota metió libros y un tambor. Coral recorrió la casa para no olvidar algunos objetos de decoración, esos que hacen hogar y que reflejan lo que son. «Mi abuela era muy pobre, pero tenía la casa muy limpia», recuerda Coral. «Para mí eso es un ejemplo de dignidad, por eso intento tener siempre nuestro nido limpio y digno. Mi hijo tiene un vínculo muy fuerte con su familia. Es tranquilo y feliz y yo quiero darle ese rincón que es nuestro hogar y que nadie nos puede arrebatar».

"Metí en mi maleta libros y un tambor. Cuando tienes ganas de hacer algo el miedo se convierte en fortaleza. A los líderes no los matan en las ciudades, los matan en las comunidades pequeñas"- JOTA RAMOS

Ayer se reactivaron en Colombia las protestas contra e gobierno de Iván Duque por el malestar social incluyen medidas para la implementación de los acuerdos de paz, mayores fondos para la educación pública hasta la desigualdad o los asuntos ambientales. «En este momento hay un gobierno que promueve la guerra porque tiene vínculos con los paramilitares, mafias y narcotraficantes. Han traspasado todas las entidades del Estado y el Gobierno justifica las muertes porque los poderosos del país manipulan y hacen creer a la población que toda la oposición son guerrilleros».

Clandestinidad

Los activistas sociales trabajan en la clandestinidad, dentro y fuera del país. «Cuando nos encontramos en España con otros colombianos no nos atrevemos ni a preguntar porque tenemos miedo de hablar entre nosotros».

En 60 años de guerra en Colombia «se ha normalizado la muerte» y la tortura. Coral lamenta que la fuerza de la costumbre a las prácticas «mafiosas» del gobierno «han hecho que el pueblo sea un pueblo indolente, al que le cuesta movilizarse porque el gobierno es tramposo. Los águilas negras, como se conoce allí a los paramilitares, tienen prácticas de la mafia colombiana y mexicana, con mecanismos de tortura como cortar la cabeza y colgarla de un palo. Nadie investiga esos crímenes, pero se han encontrado pruebas de que tienen armas que pertenecen al ejército colombiano. Tenemos bandidos en el Estado y en todas las instituciones».

Visibilidad

Después del miedo llegan las ganas de seguir luchando, pero ya no desde la clandestinidad sino de la visibilidad. A Jota Ramos y a Coral Hurtado se les termina la protección del paraguas de Amnistía Internacional y desconocen cuál será su próximo destino. «Si te haces visible es como un mecanismo de protección. A los líderes no los matan en las ciudades los matan en la selva, en las comunidades pequeñas. El anonimato es lo que te convierte en un blanco fácil». 

"Mi abuela era muy pobre pero tenía la casa muy limpia. Para mi eso es la dignidad. Mi hijo es un niño feliz y tranquilo. Donde estemos tendremos un hogar limpio, digno y lleno de amor"- CORAL HURTADO

  A Jota Ramos le cuesta recordar sus últimos meses en Colombia y, con gesto serio y pensativo, hay preguntas a las que prefiere no contestar. «Desde Amnistía Internacional les aconsejamos que no cuenten algunas cosas por seguridad», asegura Carmen, la voluntaria de la organización que los acompaña a esta entrevista. Recuerdos que Jota resume: «Me avisaron de que me iban a matar, estuve escondido en Colombia, después viajé a Haití y me enviaron para España. Es difícil para mí recordar aquello. Trabajaba en Villa Rica y me concedieron  un premio de innovación por ser un líder  afrodescendiente. En Villa Rica empezaron las muertes en 2016. Yo rechacé el premio pero quería subir al estrado para denunciar todas las muertes y la vulneración de derechos. Entonces empezaron a perseguirme. La oficina de la ONU en Cali, donde vivía, me aconsejó que saliera del país».

"No se sabe si es mejor morir allí, en el mar o aquí psicológicamente poco a poco", dice Jota

  Jota lanza un aviso. «Lo estamos viendo en España ahora. En Colombia también comenzó así, por lanzar mensajes de odio al diferente. Manejan un discurso en contra de la vida. La gente joven absorbe esa idea negativa que lanzan los poderosos en Colombia, que son los que manejan los medios de comunicación. Clasifican a la población que protesta como la mala y asustan al resto para conseguir beneficios. Allí las multinacionales pagan mucho al gobierno. Las mayores empresas mineras son las que están promoviendo allí las guerrillas».

La mirada de Jota de pronto se nubla, se apaga la sonrisa y dice: «A mí me han preguntado si he llegado a España por mar, en patera. La verdad no se sabe muy bien si es mejor morirse allí, en el mar o morir psicológicamente poco a poco aquí».

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