Diario de León

Un nuevo espacio de solidaridad

Solidarios por León nace para ofrecer un espacio que integre a personas con discapacidad intelectual ligera o límite y a familias en situaciones de pobreza, soledad o exclusión

Los voluntarios que integran Solidarios por León son en su mayoría profesionales de la enseñanza y de la educación social. F. OTERO PERANDONES

Los voluntarios que integran Solidarios por León son en su mayoría profesionales de la enseñanza y de la educación social. F. OTERO PERANDONES

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PABLO RIOJA | LEÓN

Surgió en la capital el pasado mes de noviembre de 2015 pero no será hasta mayo cuando su actividad comience a dar los primeros frutos. «Queremos fomentar la solidaridad entre la gente e ir a la raíz de los problemas», señala Rosa González García, presidenta de Solidarios por León, una asociación dispuesta a «crear un espacio de encuentro y canalización de proyectos innovadores que transformen realidades de manera profunda y sostenible».

En un principio, Solidarios por León parte con dos planes en mente; el proyecto Convivo y el de Valores en Familia. El primero se centrará en la integración, autonomía y socialización de personas con discapacidad intelectual ligera o límite, que «en la actualidad afecta al 2% de la población», remarca la máxima responsable de la asociación. «La Organización Mundial de la Salud establece que una persona con inteligencia límite es aquella cuyo coeficiente intelectual se sitúa entre 70 y 85 —justo por debajo de lo que se considera normal—. Por su parte, la discapacidad ligera se encuadra entre el 50 y 70 del coeficiente», aclara González.

Precisamente, con la atención a estas personas y a sus familias, Solidarios por León cubrirá a partir de ahora un hueco que ninguna otra asociación abarcaba como tal en la capital. «Aunque algunos de los afectados han acudido a Asprona, no encuentran su verdadero sitio porque su grado de discapacidad es menor».

Pese a que los afectados no presentan alteración de los rasgos físicos, existe un desfase entre su edad cronológica y su edad mental. «Tienen dificultades en el aprendizaje y en la capacidad de interacción social». Un hecho que también afecta de manera directa a sus familiares. «Si hablamos de niños o jóvenes, se puede decir que casi el 100% de sus familias no saben cómo actuar, ni si es bueno exigirles, ni hasta dónde», señala. Se dan casos —prosigue la presidenta y logopeda en el colegio Quevedo— «en el que los estudiantes salen de sexto de Primaria para comenzar la Enseñanza Secundario Obligatoria con un nivel de aprendizaje de primero de Primaria. Los niños lo pasan fatal, porque existe rechazo y sobre todo porque son conscientes de que sus compañeros asimilan conceptos a un ritmo que ellos no pueden seguir». Un hecho que sin embargo no significa que no sean capaces de «desarrollar un lenguaje completo y entender los contenidos de los primeros cursos de la enseñanza Primaria. «Hablamos de personas que pueden ejercer un oficio perfectamente siempre que no les obligue a tomar decisiones que impliquen abstracción», puntualiza.

Merced al programa de Solidarios por León, tanto niños a partir de diez años como adultos podrán acudir a la asociación y participar en actividades de ocio, tiempo libre, espacios de encuentro, grupos de apoyo, talleres, habilidades sociales o autonomía, entre muchos otros. «La idea es construir un lugar abierto para familias y discapacitados intelectuales donde fomentaremos su autonomía y socialización, potenciando la inteligencia emocional y promoviendo el acceso al trabajo de estas personas con DILL», explica. Pero sobre todo, «ofrecerles la posibilidad de encontrar amigos y salir de un entorno donde suelen estar siempre solos».

Profesionales

Todos los miembros de esta asociación sin ánimo de lucro son voluntarios y profesionales relacionados —en su gran mayoría— con el mundo de la enseñanza y la educación social. «También tenemos padres con hijos afectados por este tipo de discapacidad en la junta directiva». Ya que todavía no han cumplido su primer año como asociación, no pueden optar a subvenciones públicas. «Se nos ocurrió organizar rastrillos solidarios». El primero tuvo lugar en enero y la recaudación sirvió para pagar la sede, que echa raíces en la calle República Argentina 3, 1ºA. «Del 13 al 30 de junio organizaremos otro en el Centro Cívico de El Crucero». También pondrán en marcha eventos culturales y deportivos.

El segundo proyecto que tienen en mente —Valores en familia— se centrará en prestar ayuda a familias con pocos recursos que tienen dificultades para organizarse, que están desestructuradas o que no son capaces de sacar adelante a sus hijos.

«Aquí de lo que se trata principalmente es de escucharles, ofrecerles asesoramiento y derivarles a las asociaciones u organismos pertinentes según sea su caso». Hacerse socio de Solidarios por León tiene una cuota mínima de 20 euros al año, aunque también se aceptan donativos, así como objetos que puedan ser vendidos en los rastrillos. «Es importante sensibilizar a la población en general sobre las desigualdades sociales y la violación de derechos humanos que existen en nuestro entorno», finaliza Rosa González García.

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