El papa oficializa la labor que de facto realizan las mujeres en el altar

En una decisión que adapta el Código de Derecho Canónico a una realidad ya existente en la Iglesia católica de rito latino, el papa Francisco estableció con un ‘motu proprio’ publicado ayer lunes que las mujeres puedan desarrollar los ministerios del lectorado y del acolitado. Se institucionaliza así la lectura de la Palabra de Dios durante las celebraciones litúrgicas por parte de las feligresas, así como su servicio en el altar para ayudar al sacerdote o incluso en la distribución de la comunión.

«Los ministerios laicales, al estar basados sobre el sacramento del bautismo, pueden ser confiados a todos los fieles que resulten idóneos, de sexo masculino o femenino», escribió Jorge Mario Bergoglio en este nuevo texto magisterial, que lleva por título ‘Spiritus Domini’. El documento responde a la necesidad de «profundizar» en esta cuestión, como se planteó en varios Sínodos de los Obispos, llegando así a un «desarrollo doctrinal» que distingue los ministerios para los que es necesaria la ordenación sacerdotal de los que solo precisan del bautismo.

Junto al ‘motu proprio’, el Vaticano publicó una carta en la que el Papa justificó las razones teológicas de esta decisión, que convierte en ley una práctica ya autorizada por los obispos en sus diócesis desde hace años. Angelo Lameri, profesor de la Pontificia Universidad Lateranense, explicó que en 1992 el Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, en una aclaración sobre la aplicación del Código de Derecho Canónico, precisó que los hombres y mujeres laicos podían asumir «el servicio al altar» de manera «temporal». No obstante, hasta ahora no existía un verdadero mandato institucional para ello. Francisco afirmó en su misiva que tras el Concilio Vaticano II resulta cada vez «más urgente» la necesidad de «redescubrir la corresponsabilidad» de todos los bautizados, particularmente de los laicos. También recordó el documento final del Sínodo sobre la Amazonia, celebrado en 2019.