Diario de León

Piden una hora sin ruidos en la feria para menores con trastorno sensorial

Somos Diversos estudia presentar propuestas en varios ayuntamientos de León

Pie de foto. NORBERTO

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León

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La presidenta de la Asociación Somos Diversos de León, Gema Fradejas, pide que las ferias de los pueblos de León dispongan de una hora libre de ruidos para que puedan participar en las actividades los menores con trastorno sensorial. El exceso de ruido y de luces afecta especialmente a las personas con un trastorno del espectro autista, que no toleran un exceso de estímulos «y se ponen muy nerviosos».

Fradejas ha lanzado un campaña para pedir que los niños con diversidad funcional no se vean excluidos de las actividades infantiles organizadas para el público general. «Las familias que tenemos menores con este trastorno sabemos lo difícil que es que nuestros hijos disfruten de estas actividades».

El primer ayuntamiento al que se han dirigido es al de La Bañeza, al que presentaron ayer una propuesta para que se adopte una decisión en la feria que se celebra estos días en la localidad. El alcalde, Javier Carrera, aseguró ayer a este periódico que la iniciativa presentada ayer mismo será estudiada, aunque para tomar una decisión de este tipo hay que consultar y tener en cuenta también la opinión de los feriantes, a los que se ha comprometido a consultar.

Propuestas
La primera iniciativa se presentó ayer en La Bañeza, que lo estudiará con los feriantes

Fradejas asegura que la asociación está redactando propuestas para presentar en otros ayuntamientos de la provincia. El siguiente al que se dirigirán será en de Santa María del Páramo «que se ha interesado por ella».

En un comunicado, la presidenta de Somos Diversos se refiere a la reacción que ayer mismo tuvo un menor con este trastorno en La Bañeza. «Un menor de nuestra asociación ha ido con toda la ilusión a la feria a subirse a las colchonetas. Damos fe de que la familia lo ha intentado con toda la paciencia y el cariño del mundo. Por una vez, casi consigue entrar en el recinto ferial, pero la sensibilidad sensorial a todo ese estruendo fue mayor que sus ganas de montar y le fue imposible superarla», mientras que sus amigos se quedaban para disfrutar de las atracciones.

Las personas con sensibilidad sensorial sometidas a ruidos y estrés lumínico sufren alteraciones en el comportamiento que les impide disfrutar de las actividades, destaca Fradejas, por lo que la asociación pide una hora de silencio en las atracciones para estos menores.

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