Diario de León

El principio activo de la viagra, un potencial contra el alzhéimer

El sildenafilo, utilizado para la disfunción eréctil y la hipertensión pulmonar, puede prevenir y tratar la incidencia

Usuarios en uno de los talleres en el Centro Alzhéimer de León. MARCIANO PÉREZ

Usuarios en uno de los talleres en el Centro Alzhéimer de León. MARCIANO PÉREZ

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Un grupo de investigadores ha identificado al sildenafilo, el principio activo utilizado para tratar la disfunción eréctil y la hipertensión pulmonar bajo las marcas Viagra y Revatio, como un potencial fármaco para prevenir y tratar el alzhéimer.

La revista Nature Aging publica este lunes las conclusiones de un estudio en el que se analizaron historiales de más de siete millones de pacientes para determinar que el sildenafilo está asociado con una reducción del 69% en la incidencia del alzhéimer.

Los autores del trabajo, del Instituto de Medicina Genómica de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, recalcan la necesidad de llevar a cabo ensayos clínicos para respaldar las conclusiones de ese análisis computacional y comprobar la eficacia del medicamento en pacientes con la enfermedad.

«Este estudio es un ejemplo de un área de investigación en auge dentro de la medicina de precisión, en la que el ‘big data’ es clave para conectar los puntos entre fármacos ya existentes y enfermedades complejas como el alzhéimer», afirmó Un grupo de investigadores ha identificado al sildenafilo, el principio activo utilizado para tratar la disfunción eréctil y la hipertensión pulmonar bajo las marcas Viagra y Revatio, como un potencial fármaco para prevenir y tratar el alzhéimer.

La revista Nature Aging publica este lunes las conclusiones de un estudio en el que se analizaron historiales de más de siete millones de pacientes para determinar que el sildenafilo está asociado con una reducción del 69% en la incidencia del alzhéimer.

Los autores del trabajo, del Instituto de Medicina Genómica de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, recalcan la necesidad de llevar a cabo ensayos clínicos para respaldar las conclusiones de ese análisis computacional y comprobar la eficacia del medicamento en pacientes con la enfermedad.

«Este estudio es un ejemplo de un área de investigación en auge dentro de la medicina de precisión, en la que el ‘big data’ es clave para conectar los puntos entre fármacos ya existentes y enfermedades complejas como el alzhéimer», afirmó  Jean Yuan, investigador del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA, en inglés), que ha financiado la investigación.

Los científicos han comprobado que la acumulación de proteínas beta amiloide y tau lleva a la formación de placas y conglomerados anormales en el cerebro, dos de los principales marcadores del desarrollo del mal de Alzheimer. Hasta ahora, ninguno de los numerosos ensayos clínicos que se han llevado a cabo en la última década con moléculas que prometían contrarrestar esos procesos han resultado satisfactorios.

«Estudios recientes indican que la interacción entre las (proteínas) amiloide y tau contribuye más al alzhéimer que cualquiera de las dos por sí mismas», señaló Feixiong Cheng, autor principal del trabajo publicado en Nature Aging. Ante esa posibilidad, su equipo buscó entre más de 1.600 fármacos ya aprobados por las autoridades sanitarias en Estados Unidos aquellos que pudieran tener efectos en ambas proteínas al mismo tiempo.

«El sildenafilo, que ha demostrado mejorar significativamente la cognición y la memoria en modelos preclínicos, se presentó como el mejor candidato», explicó Cheng.

Su análisis posterior determinó que los pacientes que tomaban sidenafilo tenían un riesgo 55 % veces menor de desarrollar la enfermedad a lo largo de seis años respecto a los que tomaban losartan —candidato a tratamiento contra el alzhéimer— y un 65% menor respecto a quienes tomaban metformina. «Es importante subrayar que hemos determinado que el uso de sildefanilo redujo la probabilidad de desarrollar alzhéimer en individuos con enfermedad arterial coronaria, hipertensión y diabetes tipo 2, todas ellas comorbilidades significativamente asociadas con el riesgo de la enfermedad»,

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