Diario de León

Ciencia

«No se puede ir al espacio, ver la Tierra y no ser conservacionista»

Se cumplen 20 años desde que el la Estación Espacial Internacional fue habitada por primera vez El ministro Pedro Duque es uno de los astronautas que la visitó

Pedro Duque en una foto reciente como ministro. J.J. GUILLÉN

Pedro Duque en una foto reciente como ministro. J.J. GUILLÉN

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EFE

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«No se puede ir al espacio, ver la Tierra desde allí y no ser conservacionista», según el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, quien fue testigo desde la Estación Espacial Internacional de la fina capa de aire que separa la Tierra del vacío inhóspito, de la radiación nociva del Sol y del resto de cuerpos celestes.

Lo dice como ingeniero aeronáutico, como ministro de Ciencia e Innovación y como candidato ya oficial a dirigir la Agencia Espacial Europea (ESA), pero también como uno de los astronautas que ha visitado la Estación Espacial Internacional (EEI) y visto la Tierra desde allí, cuando se cumplen veinte años desde que el complejo científico y tecnológico fuera habitado por primera vez.

En declaraciones a Efe con motivo de esa efeméride, el titular de Ciencia e Innovación ha asegurado que es una experiencia imposible de olvidar y que ya solo ha vuelto a experimentar la ingravidez buceando o en los «aviones-laboratorio» que se utilizan para simular las condiciones del espacio.

En 1998 participó en su primera misión espacial -a bordo de un Discovey y junto al legendario John Glenn- y cinco años después participó en la Misión «Cervantes» que le llevó a la Estación Espacial Internacional, donde vivió diez días. «Por ambición tecnológica y por presupuesto total, la Estación Espacial merece ser calificada como el mayor proyecto de colaboración científico-técnica hasta el momento», según Duque, quien reconoce que los últimos meses -a causa de la pandemia- han supuesto también un desafío de un calibre similar y se han hecho grandes inversiones; «pero no ha habido tiempo de organizar la colaboración internacional como se hizo para la Estación». A su juicio, la decisión del expresidente estadounidense Bill Clinton de invitar a Rusia a participar en aquel programa espacial constituyó «un hito en la cooperación», y la carrera espacial pasó a ser -ha manifestado- «una carrera por la innovación y económica; es una carrera mucho más noble y en la que los socios pugnan por aportar más».

No esquiva el ministro la comparación con la situación actual y la carrera desatada entre empresas y centros de investigación de todo el mundo por obtener diagnósticos, remedios y vacunas contra la covid-19.

«Es muy loable el papel que ha jugado la Unión Europea para conseguir la cooperación de todos los Estados miembros en la aceleración y compra anticipada de vacunas, pero creo que hubiéramos cooperado más si no hubiera habido tanta sensación de urgencia», ha manifestado.

Cuando se cumplen veinte años de presencia ininterrumpida de astronautas en la Estación Espacial, el ministro ha destacado que el complejo requiere grandes recursos y que los Estados tienen que hacer equilibrios para mantenerla operativa y realizar allí todas las actividades científicas e innovadoras relacionadas con el espacio, aunque se han hecho durante este periodo «grandes progresos» para reducir esos costes.

Pero Pedro Duque insiste en la importancia de seguir realizando ciencia y experimentos en condiciones de ingravidez y de continuar con la exploración espacial con la vista puesta —dice— en el regreso a la Luna, y ha asegurado que los presupuestos unidos de la Nasa, la ESA y la japonesa Jaxa permitirían construir una pequeña estación que orbitara el satélite con capacidad incluso para hacer alunizajes desde ella.

«Solo cuando tengamos asegurada la posibilidad de continuar haciendo ciencia en condiciones de ingravidez, con otras instalaciones o con financiación privada- nos plantearemos la sustitución de la Estación Espacial Internacional». El ministro incide al señalar la Luna como principal reto de la exploración espacial, pero también la llegada a Marte con naves a control-remoto o semi-automáticas, el acceso a otros planetas o satélites de planetas gigantes, la puesta en marcha definitiva del observatorio espacial para las ondas gravitacionales o la puesta en servicio de nuevos telescopios espaciales para estudiar en detalle el Universo.

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