Diario de León

Qué hacer (y qué no) ante el alzhéimer

Teresa Ugidos y Laura Fuentes, psicóloga y neuropsicóloga de Alzhéimer León. FERNANDO OTERO

Teresa Ugidos y Laura Fuentes, psicóloga y neuropsicóloga de Alzhéimer León. FERNANDO OTERO

León

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Si una persona que padece alzhéimer se extravía, no hay que reñirla. Si repite palabras o actividades, es bueno decirle con poca anticipación lo que tiene que hacer o dejarle escrita la respuesta, pero nunca mostrar nerviosismo o contárselo a otra persona como si ella no estuviera. Si tiene una actividad motora excesiva no hay que gritarle, ni usar sujecciones; hay que distraerle con otra actividad, comprobar que no tiene ganas de ir al baño o siente incomodidad.

Son algunos de los consejos que ofrece la Guía Problemas de Conducta en Alzhéimer del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León y que ha sido elaborada por el grupo de Envejecimiento del Concyl. Es una de las herramientas que han creado para ofrecer soluciones a las personas cuidadoras y mejorar la atención a quienes padecen alzhéimer.

Sobre qué hacer y qué no ante las conductas que presentan las personas con esta demencia y otras similares se hablará hoy en la charla-taller organizada con motivo del Día Mundial del Alzhéimer —21 de septiembre— por el Colegio Oficial de Psicología y Alzhéimer León. Es a las 19.00 horas en el salón de actos del Ayuntamiento de León, entrada por Alfonso V.

El objetivo es dar pautas para cuando aparecen esas conductas que pueden convertirse en problemas si no se da la respuesta adecuada», explica Silvia Muñoz Manceñido, vocal del Copcyl en León.

El alzhéimer es la demencia con más frecuencia en la población y se estima que afecta a unas 800.000 personas en España, 60.000 en Castilla y León y unas 10.000 en la provincia leonesa. Se cree que existe un infradiagnóstico y además no está claro que se cuenten todos los casos diagnosticados. «No hay un registro de demenscias», señala Flor de Juan, gerente de Alzhéimer León.

La enfermedad empieza a detectarse con fallos en la memoria reciente. Las personas olvidan cosas como qué han comido o se pierden en espacios conocidos, también observan cambios en el comportamiento y de personalidad, apunta la neuropsicóloga de Alzhéimer León, Laura Fuentes Amez.

Alzhéimer León atiende a más de 350 personas en la capital y hasta un millar con los otros siete colectivos de la provincia. El trabajo de prevención y las terapias no farmacológicas son, aparte de la potenciación de la investigación mediante el programa de donación de cerebros, los ejes de sus programas de atención.

La psicóloga Tomasa Ugidos Domínguez, responsable de Formación de Alzhéimer León, señala que ante todo «es muy importante la observación». En la asociación aplican la «teoría de las necesidades» para valorar a las personas. «Cuando necesitamos algo, lo pedimos. Pero una persona con alzhéimer puede que no sepa transmitirlo o que lo haga con mayor dificultad», explica.

Apatía, estados depresivos, delirios, alucinaciones, irritabilidad, agitación, deambulación... son algunos de los síntomas y conductas que pueden ‘esconder’ un mensaje que las personas con demencia no pueden expresar de otra forma: «Me está pasando algo, me duele algo, tengo calor, necesito que estés conmigo... Debajo de esa conducta hay una demanda», explica.

Es frecuente que tras una conducta agitada la persona esté dando señales de que tiene una infección de orina y sin embargo, «tendemos a decir que es la enfermedad», añade Ugidos. La psicóloga sostiene que hay que «dar importancia» a estas conductas para poder saber lo que realmente le pasa a la persona enferma pues «son una de las principales causas de institucionalización», añade.

Las gerocultoras de la asociación trabajan en primera línea de fuego con los problemas de conducta que genera el alzhéimer. «Las más difíciles de entender para la familia son los problemas psicóticos y alucinaciones», explica. La psicóloga subraya que al número de personas que padecen la enfermedad hay que sumar a los familiares. «Enfermo y familia son un binomio que no se pueden separar y Alzhéimer León trabaja con los dos», explica.

«Los efectos secundarios a la medicación o la enfermedad y el dolor son algunos de los desencadenantes de los problemas y, en esta ocasión, es necesario acudir al médico», señala Marta Abril del grupo de trabajo de Psicología del Envejecimiento del Colegio de Psicología de Castilla y León. Existen otros condicionantes «que pueden ser atendidos y reducidos por los familiares y la guía del Copcyl recoge posibles soluciones para facilitar la tarea de los cuidadores», añade.

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