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«Quedan muchas barreras mentales que eliminar»

Aspaym Castilla y León cumple 27 años como entidad de referencia de las personas con discapacidad en general y la lesión medular en particular. Hoy es la invitada por el Club de Prensa de Diario de León. A las 20.00 horas en el Palacio de Gaviria, desde del Colegio de Arquitectos de León

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Aspaym Castilla y León nació hace 27 años de la mano de pacientes del Hospital de Parapléjicos de Toledo y ligada a la federación estatal para contar un punto de referencia en la Comunidad que diera respuesta a sus necesidades. Abrieron primero la sede de Valladolid y al año siguiente se empezó en León. Actualmente también tiene sedes en Ávila, Burgos y Palencia. Su presidente Ángel de Propios Sáez habla hoy en las II Jornadas de Divulgación de la Labor Social del Club de Prensa de Diario de León sobre esta entidad de referencia de la discapacidad en general y la lesión medular en particular, que cuenta con 2.027 personas asociadas en la Comunidad —653 en León— y 287 en plantilla, 35 en la provincia leonesa.  

—¿Cómo ha evolucionado en estos 27 años el perfil de personas que acuden a Aspaym?  

—Hay menos personas que llegan por lesión debido a que hay menos accidentes de tráfico y llegan más personas por ictus, que atendemos con el programa Ictia. Atendemos en rehabilitación a cualquier tipo de discapacidad y a personas sin discapacidad, principalmente cuidadores que sufren físicamente. Trabajamos para promover la autonomía personal desde una visión integral de las personas, especialmente de aquellas con discapacidades sobrevenidas, como lesiones medulares graves, daño cerebral, enfermedades neurodegenerativas; que en estos últimos años están aumentando.  

—¿Qué ha significado para León la apertura del centro de la calle San Juan de Sahagún?  

—El centro de León, al igual que todos nuestros centros se han convertido en centros de referencia de la rehabilitación. Nos preguntan de otras entidades para poner en marcha proyectos similares. Es nuestra sede desde el 2013. En sus 922 metros cuadrados se centralizan todos los servicios que prestamos: Centro de Fisioterapia, Unidad de Daño Cerebral Adquirido (Ictia), así como inserción laboral, programas de empleo, voluntariado y el Programa Operativo de Empleo Juvenil para menores de 30 años.  

—¿Cuántas personas acuden a su servicio de rehabilitación en el Centro de Fisioterapia?  

—Desde la apertura del nuevo centro en 2013 han pasado por este servicio más de 2.500 personas. A lo largo del año 2019 han recibido tratamiento 938 personas, de las cuales alrededor de 200 asisten de forma regular y habitual; el resto acude de forma puntual.  

—¿Qué objetivos persigue el tratamiento?  

—Está dirigido a mejorar las habilidades motoras y a prevenir un mayor deterioro. Se interviene para favorecer la movilidad, la estabilidad, la fuerza, el tono y la resistencia muscular; para potenciar las funciones relacionadas con el patrón de marcha y minimizar las sensaciones de rigidez y espasmos musculares. Se trata de conseguir, en definitiva, una mejora de la autonomía funcional.  

—¿Cuentan con algún servicio para el dolor?  

—La Unidad de Prevención del Dolor, Discapacidad y Dependencia tiene como fin mejorar la calidad de vida de los usuarios, así como frenar o retrasar la evolución de patologías crónicas.

—¿Qué demanda tiene la Unidad de Daño Cerebral y en qué se distingue?  

—Presta una atención individualizada centrada tanto en la persona como en su entorno más próximo. Al llegar se establecen unos objetivos comunes entre la persona, la familia y el equipo de profesionales acordes con las capacidades conservadas tras la lesión. En función de los déficits y necesidades de cada personas se aplican técnicas de neuropsicología, terapia ocupacional, logopedia y fisioterapia con personal especializado. Desde su puesta en funcionamiento han pasado por este servicio aproximadamente 80 personas. Y a lo largo del 2019 se ha atendido a 38 personas.  

—¿Cuál es el reto que tiene actualmente Aspaym en León?  

—El programa Fisiomer, llevar la fisioterapia al mundo rural, para acercar nuestro centro de rehabilitación y también como una forma de fijar población. En León tenemos uno en Sahagún y pronto abriremos otro en Camponaraya. Es un proyecto que se hace en colaboración con los ayuntamientos, las diputaciones y la Gerencia de Servicios Sociales. El de Sahagún es uno de los más importantes pues también atiende a personas del Camino de Santiago. Desde el inicio en 2016, este centro ha atendido a más de 1800 personas del ámbito rural de la zona. En lo que va de año han sido cerca de 850 personas las que se han beneficiado de este. El perfil más común es de personas mayores y personas dependientes con y sin discapacidad  

—¿Qué queda pendiente en barreras arquitectónicas?  

—Es verdad que en barreras arquitectónicas hemos avanzado mucho. Creo que quedan aún muchas barreras mentales. Mucha gente no respeta las plazas de aparcamiento de personas con movilidad reducida o aparca encima de la acera. Dicen que es un minuto pero para nosotros significa que no podemos pasar. En Valladolid, León y Palencia hemos hecho la campaña ‘Por aquí no puedo, por aquí no paso’ para concienciar a la sociedad del buen uso de las aceras y de los rebajes.  

—¿Tienen algún servicio de asesoramiento para adaptar las viviendas y espacios públicos?  

—Contamos con un servicio de asesoramiento para adaptación de espacios, productos y servicios, así como la eliminación de barreras arquitectónicas. En muchas ocasiones la adecuación de estos entornos lleva a recomendar la adquisición de productos de apoyo (ayudas técnicas) existentes en el mercado con un asesoramiento individual a cada usuario. También está dirigido a entidades públicas y privadas.  

—Cuando una persona sufre una discapacidad sobrevenida sufre un impacto emocional. ¿Cómo les ayudan?  

—Tenemos el programa Individualizado de Recuperación e Integración Social de Personas con Discapacidad Sobrevenida) subvencionado por la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León y desarrollado por equipos multidisciplinares de Aspaym Castilla y León en toda la Comunidad. Ofrecen terapia ocupacional, psicología, logopedia y neuropsicología. En 2018, se atendió a 32 usuarios en León de forma gratuita y domiciliaria.  

—¿Qué dificultades encuentran en el mundo laboral las personas con discapacidad?  

—Sabemos que el empleo está difícil para todo el mundo. Desde Aspaym hacemos una labor de concienciar a las empresas. Las personas con discapacidad hacen el doble de esfuerzo por el hecho de que se les contrate. Poco a poco también se van adaptando los puestos de trabajo.  

—¿Han tenido que recurrir muchas veces al Defensor de las Personas con Discapacidad o figuras similares?  

—En León se trabaja bastante bien. Hay buena comunicación con las administraciones y las empresas. Siempre nos abren las puertas y nos escuchan.  

—¿El transporte público es totalmente accesible?  

—León cuenta con autobuses urbanos adaptados, aunque siempre están los inconvenientes de las averías o de que el espacio reservado a veces se queda pequeño y hay que esperar al siguiente. En algunas provincias donde no se hacía hemos pedido la gratuidad o descuentos en el billete para las personas acompañantes.  

—¿La figura del asistente personal qué aporta?  

—El asistente personal es una figura muy importante para tener una vida autónoma que te permita ir a trabajar, de vacaciones o participar del ocio. Hay gente que aún no sabe muy bien en qué consiste. En Aspaym hemos hecho formación para su implantación.  

—¿Qué ha significado El Bosque de los Sueños de Cubillos?  

—Empezó con nuestros campamentos de verano inclusivos pioneros y actualmente es un referente para otras entidades que pueden usar las instalaciones a lo largo del año. Las cabañas rurales están totalmente adaptadas para cualquier época, aunque el verano es la más demandada por contar también con las piscinas.  

—¿Es la ciudad a la que aspiran?  

—Sería ideal que en la sociedad estuviera todo adaptado y fuera todo inclusivo, como en El Bosque de los Sueños.  

—¿Qué mejora pediría?  

—La accesibilidad en las nuevas tecnologías es muy importante, al igual que el desarrollo de la lectura fácil y la implantación de lengua de signos en actos públicos.

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