Desigualdad de género
Los rebrotes recaen en las madres
El aumento de la desigualdad por la pandemia se debate en unas jornadas de la ULE La profesora Rodríguez Escanciano alerta de más feminización de la pobreza
La pandemia agudizará la desigualad de género en el trabajo en los próximos meses de la misma manera que ocurrió durante la crisis económica de 2008. La profesora de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la ULE, Susana Rodríguez Escanciano, señala que «la caída en la producción de bienes y servicios que ha acompañado al confinamiento de la población y a las recomendaciones de distancia social, como consecuencia de la pandemia Covid-19, han traído de la mano un crecimiento de las tasas de desempleo cuya escala está todavía por determinar».
Factores como «la segregación vertical y horizontal del mercado laboral, las brechas salariales de género, la asimetría en las tareas de cuidados, la sobre-cualificación e infra-representación, la falta de formación en tecnologías digitales, las dificultades para ascender, el acoso sexual y otros paradigmas que siguen caracterizando la desigualdad por género en el mercado laboral español, se manifestarán con más crudeza en los próximos meses», advirtió en la inauguración de las jornadas ‘Cerrando brechas por razón de género: impulso desde la Responsabilidad Social Empresarial en el escenario post-covid-.9’, que se desarrollan online y de manera presencial con aforo restringido en el salón de grados de la Facultad de Derecho y la Facultad de Ciencias del Trabajo de la ULE.
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La crisis sanitaria y social guarda similitudes con la de 2008 pero también «irá acompañada de connotaciones propias que exigen una visión ad futurum en aras a evitar una falta de planificación estratégica que la legislación de urgencia no ha tomado en consideración, al haber sido dictada con miras cortoplacistas a modo de aluvión acompañado de grandes dosis de inseguridad jurídica», subrayó.
En las jornadas, que codirige con la profesora de la ULE Henar Álvarez Cuesta, con la financiación económica del Ministerio de Trabajo, se ha puesto de manifiesto que uno de los «efectos especialmente dramáticos» de esta crisis «se refiere al incremento en el tiempo de cuidados derivado de las condiciones de rebrotes constantes en el curso 2020/21, que un diseño de un improvisado trabajo a distancia no ha hecho más que acentuar».
La mayor debilidad de las personas mayores respecto a la pandemia «‘destruirá’ las denominadas cadenas de cuidados, aumentando así la presión sobre las madres para la prestación de atenciones a sus descendientes menores y ascendientes», indicó Rodríguez Escanciano.
Como fichas de dominó que caen unas detrás de otras, «cabe esperar que la pérdida de puestos de trabajo de mujeres se trasladará a una menor demanda de personas que cuidan de forma remunerada (cuidados formales), un sector muy feminizado y con una alta representación de mujeres migrantes». La situación será aún más difícil para las mujeres que asumen los cuidados no profesionales asociados a la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de promoción de la autonomía personal y de atención a las personas en situación de Dependencia.
La feminización de la pobreza se agudizará, pronostica la profesora, por las peores condiciones laborales de las mujeres, con especial incidencia sobre los trabajos temporales y a tiempo parcial o marginales.
La brecha digital de género difoculta el desarrollo por las mujeres del teletrabajo a domicilio, que además es inviable en los sectores feminizados que exigen un trabajo presencial. El déficit de mujeres en el ámbito científico-tecnológico, «va a impedir el acceso a los nuevos yacimientos de empleo vinculados a la robótica y a la digitalización».
En las jornadas se abundará en el papel de la dirección empresarial, unilateral o consensuado con la representación de los trabajadores, para detectar decisiones en detrimento de la posición jurídica de las mujeres en la empresa que se acrecienta con la crisis, dada la intensificación en el tiempo de actividad, la distribución irregular de las jornadas, la disponibilidad constante para trabajar en cualquier momento y desde cualquier lugar y las frecuentes modificaciones o decuelgues, cuya repercusión negativa afecta de forma exponencial a las féminas.