Diario de León

Regresan al Sáhara tras unas ‘vacaciones en paz’

Acaba el descanso en la provincia para diez menores de los campos de refugiados, uno en León y nueve en el Bierzo

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Los nueve menores procedentes de los campos de refugiados del Sáhara que han pasado las ‘vacaciones en paz’ en la provincia de León —uno en León y nueve en el Bierzo— regresaron ayer a sus casas tras pasar 37 días con sus familias de acogida. Los menores regresaron junto a los 136 acogidos en Castilla y León y el resto procedente de distintos puntos de España.

Hayat, Babih y Mansur son tres niños saharauis de los 550 que este verano disfrutaron en Andalucía de unos días de descanso gracias al programa «Vacaciones en Paz», que desde 1994 promueve la Federación Andaluza de Asociaciones de Ayuda al Pueblo Saharaui, con el apoyo de las diferentes administraciones.

Este año llegaron a la provincia de Jaén 51 niños y niñas, menos que en otras ediciones, en dos tandas, un primer grupo el 21 de julio y el segundo el 28 de julio, y han estado repartidos entre los municipios de Martos, Jimena, Huelma, Linares, Jaén, Torredonjimeno, Villacarrillo y Jódar.

Después de los dos años de pandemia se han retomado no sólo las actividades lúdico-deportivas, sino que además han recibido asistencia médica, visita al dentista, suministro de las vacunas reglamentarias o rehabilitación a los niños con discapacidad.

Pero quizás la visita al oculista haya sido la más importante porque los niños saharauis vienen con importantes problemas de visión, ya que a consecuencia de la arena del desierto se frotan con frecuencia los ojos y se dañan las córneas y el 70 % de ellos precisa gafas.

Solidaridad

Una asistencia integral que no hubiera podido ser posible si no es por la solidaridad de las familias de acogida.

Es el caso de Juan Antonio Redecillas y Lourdes Damas, padres de acogida de Mansur, con su hijo Jairo, el «hermano» español, ya que es la segunda vez que acogen a un niño saharaui durante el verano, este año con la sorpresa de que se queda con ellos más tiempo del establecido porque está pendiente de una operación.

«Es muy noble, estamos muy contentos con él, el idioma es lo que peor lleva, estos niños tienen la habilidad de adaptarse rápidamente que muchos la quisiéramos», afirma Juan Antonio.

En cuanto a la alimentación «al principio le ha costado un poco porque no quería probar muchas cosas pero, dentro de lo que cabe, bien», señala Lourdes quien se conmueve cuando Mansur los llama «papá y mamá de España».

Otra de las que repite esta inolvidable experiencia es Jenny Ruiz, madre de acogida de Babih, «conforme se van acercando las horas de la partida se me encoje el corazón, los vamos a echar mucho de menos».

Jenny explica que Babih vino con un 10% de visión, es muy gratificante ver que este niño se va con gafas, «los primeros días le tenía que poner una lupa para que viera las piezas de los puzles, me quedo la cara de felicidad»

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