Diario de León

Liturgia dominical

RELIGIÓN | ¡Alegraos! El Señor está cerca

En mitad del Adviento la Palabra de Dios nos hace una gran invitación a la esperanza y a la alegría.

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Publicado por
Florentino Alonso
León

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El profeta Isaías habla al pueblo que se encuentra con el ánimo abatido en su destierro en Babilonia y le recuerda que el Señor le salvará y podrá volver de nuevo a su tierra y aquel día desaparecerán la pena y la aflicción (Is 35,1-6a.10). En la carta de Santiago el autor anima a sus cristianos y les dice que, como el labrador, después de sembrar la semilla, espera pacientemente el fruto de la tierra, así tienen que esperar ellos, porque la venida del Señor está cerca (Sant 5,7-10).

Y el evangelio nos dice a todos que el Reino de Dios ha llegado ya a la tierra con Jesús y que seremos felices si aceptamos pertenecer a ese Reino. Cristo es nuestra gran esperanza. «¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!» (Mt 11,2-11). Realmente, ¿qué esperamos nosotros? Al revisar nuestra vida, fácilmente percibimos que ponemos la esperanza en cosas como el dinero, la comodidad, o el darnos una buena vida.

Esas pequeñas esperanzas nos pueden engañar por algún tiempo. Pero, al final, la experiencia nos dice que tales anhelos nos fallan, acaban abandonándonos y nos dejan vacíos. Hoy, a la luz de la Palabra de Dios, debiéramos preguntarnos si realmente esperamos a Cristo. Como sucedió con los discípulos del Bautista, tampoco a nosotros Jesús nos da una respuesta concreta. Hoy también, como a ellos, nos asegura: tendréis certeza de que Yo he venido al mundo por las obras buenas que hagáis y por la vida de testimonio que ofrezcáis. Allí donde veáis más atención a los pobres y a los necesitados, donde veáis más amor, generosidad y paz, más orden y respeto; allí donde veáis a las personas más ecuánimes y serenas, más serviciales e ilusionadas... Allí ha venido el Reino de Dios. Allí está Dios. No son las palabras las que cambian la sociedad o las personas. Lo que verdaderamente impacta y transforma es Dios a través de sus hijos que aman y sirven.

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