Diario de León

Superación

El reto de ponerse en pie tras superar el covid en la UCI

Setenta y tres pacientes del Caule han pasado por el Servicio de Rehabilitación a partir del 14 de abril, cuando se empezaron a realizar terapias con las personas ingresadas por covid en la UCI. La rehabilitación poscovid es una lucha titánica contra las secuelas de la enfermedad.

León

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Era una patología desconocida, los pacientes estaban muy fatigados y enseguida perdían saturación de oxígeno en sangre. Bajo estos condicionantes y con el lema de «no por hacer, perjudicar», comenzó el 14 de abril el primer tratamiento de rehabilitación con una persona ingresada en la UCI en el Hospital de León.

Antes de empezar con el plan individualizado de rehabilitación se tienen en cuenta que los pacientes cumplan «unos criterios de estabilidad clínica», explica la doctora María Soledad Medina Martos, jefa del Servicio de Rehabilitación del Caule. Sobre todo al principio, estos criterios de estabilidad «se llevaron a rajatabla», matiza.

Casi tres meses

El primer paciente covid empezó la rehabilitación el 14 de abril en el Caule y terminó el 4 de julio

Diariamente se valora la frecuencia cardiaca, la temperatura axilar, la presión arterial sistólica, la saturación de oxígeno y que el nivel de conciencia del paciente fuera suficiente. Todo ello para iniciar unos ejercicios respiratorios cuya misión es recuperar la función pulmonar de las personas que han sufrido gravemente la enfermedad del covid.

Es un proceso lento y complejo. El primer paciente que entró en rehabilitación a mediados de abril, cuando aún estaba ingresado en la UCI de coronarias, continuó con el programa hasta el 4 de julio, fecha en la que fue dado de alta en planta del hospital.

Para recuperar la función pulmonar de personas que han sufrido una neumonía grave hay que reeducar el patrón respiratorio, mejorar la movilidad del tórax mediante expansiones costales. También les entrenan en técnicas de drenaje y manejo de secreciones.

Una fisioterapeuta trabaja la movilidad del brazo de una nueve en las unidades de críticos paciente. JESÚS F. SALVADORES

Cambiar de postura a alguien que ha pasado días y semanas prácticamente boca abajo es otro reto. «Iniciamos cuidados posturales adecuados en cama, movilizaciones pasivas, activo asistidas o libres o incluso con pequeña resistencia según el estadio evolutivo del paciente y la capacidad física del mismo», explica la doctora Medina.

Progresivamente, los pacientes se van levantando. Es un ritmo lento, muy lento. De estar tumbados completamente a sentarse, luego a ponerse en pie y, por fin, a iniciar la marcha poco a poco. Los fisioterapeutas dan pautas de entrenamiento en domicilio pues la rehabilitación no finaliza, ni mucho menos, cuando estos pacientes son dados de alta en el hospital.

Ha habido pacientes que han precisado también tratamiento de terapia ocupacional y/o logopedia. Dentro de las personas afectadas gravemente por el covid, aparte de neumonía grave en casi todos los casos, las hay que han sufrido «múltiples patologías que precisan tratamientos muy individualizados», apunta la jefa del Servicio de Rehabilitación.

Accidentes cerebro-vasculares agudos con secuelas como hemiplejias y afasia, amputaciones que con prótesis posterior, lesiones de nervios periféricos, frecuentemente del nervio ciático poplíteo externo corregidas con férulas.

Plurineuropatías, miopatía esteroidea —por efecto de los tratamientos de corticoides no se tenían literalmente en pie— y el síndrome de deshabituamiento por encamamiento prolongado, son las secuelas más frecuentes que tratan en Rehabilitación.

Mónica Vara y María Soledad Medina. JESÚS F. SALVADORES

Un total de 73 personas que han sufrido el covid de forma muy grave han sido valoradas por los médicos rehabilitadores y han pasado por las manos de fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas con el apoyo de tcaes y la celadora del servicio.

Durante la primera ola atendieron un total de 31, de los cuales 23 fueron tratados en las salas de críticos tanto de la UCI como las habilitadas en Coronarias, REA y quirófanos. Otros ocho fueron atendidos directamente en planta.

Durante la segunda ola, han tenido rehabilitación 42 pacientes hasta el 21 de diciembre. Diecinueve en las unidades de críticos y 23 directamente en planta. El conocimiento de los patrones de las secuelas ha servido para consolidar la rehabilitación hospitalaria de estos pacientes.

implicación del paciente

«Una vez dados de alta si el paciente tiene que continuar lo realiza en régimen ambulatorio o bien hemos utilizado también la rehabilitación domiciliaria que está concertada y en estos momentos ha sido de gran utilidad», explica la doctora Medina.

Una de las cosas que ha distinguido la rehabilitación de las personas afectadas por el covid es su implicación en el proceso. «El paciente se ha ido perfectamente instruido del fisioterapeuta, terapeuta y logopeda del tratamiento que debe realizar. Han sido pacientes que se han implicado mucho en el proceso de mejora. Se han hecho cargo de su enfermedad, conscientes de que, o se ponían las pilas o no mejorarían», añade la responsable del Servicio de Rehabilitación.

valoración individual

En cuanto al tipo de tratamientos, en un primer momento se pensó que «tendríamos que hacer terapias novedosas». El desconocimiento de la enfermedad, no saber a qué se enfrentaban y ni siquiera estar familiarizados con las medidas de seguridad contribuyó a esta expectativa. Con la experiencia, se dieron cuenta de que «el paciente precisa una valoración individual, con un tratamiento específico, como cualquier paciente que llega al Servicio de Rehabilitación».

Los síntomas que presentan los pacientes que han pasado por la UCI o han sufrido el covid de manera severa afectan sobre todo al aparato neuromuscular y respiratorio, y las técnicas para su recuperación son de sobra conocidas por los profesionales. El reto fue compatibilizar su seguridad con el estrecho contacto con los pacientes «por la alta generación de aerosoles de nuestras terapias», subraya María Soledad Medina Martos.

«Había que proteger a los trabajadores para que no fueran un vector de transmisión; la gente quería trabajar, pero «no podíamos estar las 52 personas juntas», como estabana organizadas antes del covid-19.

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