Diario de León

Sagitario A*, el monstruo de cuatro millones de masas solares

Fotografían el agujero negro de la Vía Láctea que devora estrellas en el núcleo de nuestra galaxia

CSIC

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«Vamos a ver algo nuevo, raro, extraordinario, en el centro de la galaxia», dijo a las 15.00 horas de ayer el español Xabier Barçons, director del Observatorio Europeo Austral (ESO). «Es muy interesante estar aquí para mostrarles la primera imagen de este enigma», añadió Huib Jan van Langevelde, director del proyecto del Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT por sus siglas en inglés). Así presentaron ayer en Garching (Múnich) los científicos del EHT la primera foto de Sagitario A*, el agujero negro del centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia, que fue recibida con una salva de aplausos. Sagitario A* está a unos 27.000 años luz de nosotros, tiene cuatro millones de masas solares y actúa como un gigantesco sumidero hacia el que se precipitan las estrellas de su entorno. Es lo que ven arriba a la derecha. O, mejor dicho, lo que no ven en el centro de esa imagen, ese círculo negro enmarcado por un anillo brillante de gas supercaliente. El hallazgo se presentó, al mismo tiempo, en conferencias de prensa en Washington, Santiago de Chile, Ciudad de México, Tokio, Taipei y Madrid, y se publica en un número especial de The Astrophysical Journal.

Un agujero negro nace cuando, al final de su vida, una estrella explota como supernova, colapsa y empieza a succionar toda la materia de su entorno. No es un espacio vacío, sino una región con una inmensa cantidad de materia comprimida en muy poco espacio. Eso hace que su atracción gravitatoria sea billones de veces superior a la de la Tierra y ni la luz pueda escapar de él. Los hay de dos tipos: los estelares —de hasta decenas de masas solares— y los supermasivos del centro de las galaxias, como Sagitario A*. Los astrofísicos creen que, si no todas, muchas galaxias tienen en su centro un agujero negro supermasivo.

Una antena como la tierra

El EHT es un conjunto de ocho radiotelescopios de América, Europa, África y la Antártida que funcionan en red como si fueran una antena del tamaño de la Tierra. «La aportación española ha sido muy importante porque el Observatorio IRAM Pico Veleta, en Granada, era en 2017, cuando se obtuvo esta imagen, el único europeo de la red», dijo ayer a este periódico José Luis Gómez, miembro del Consejo Científico del EHT e investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía. La colaboración, en la que participan más de 300 científicos, nació en 2015 para obtener las primeras imágenes directas de agujeros negros, un tipo de astros cuya existencia propuso en 1784 el geólogo y clérigo inglés John Michell y en 1915 predijo Albert Einstein, que no deja de acertar. «Lo sorprendente es lo bien que coincide el tamaño del anillo (de Sagitario A*) con las predicciones de la teoría de la relatividad general de Einstein», apuntó ayer Geoffrey Bower, del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica de Taipéi.

Hay agujeros negros estelares más próximos, pero el EHT centró desde el inicio su mirada en dos lejanos, Sagitario A* y el del centro de M87 —una galaxia elíptica muy brillante y cercana—.

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