Diario de León

ENTREVISTA

Mariano de Prado, pionero de la cirugía mínimamente invasiva: «Tras la salud bucodental, es el momento de cuidar los pies»

El introductor en España y en Europa de las técnicas que revolucionan los quirófanos participa en el Hospital de León en operaciones en directo en las IX Jornadas de Pie y Tobillo de Castilla y León

Mariano de Prado, en un receso tras terminar una de las cirugías realizadas en directo en el Hospital de León. J. NOTARIO

Mariano de Prado, en un receso tras terminar una de las cirugías realizadas en directo en el Hospital de León. J. NOTARIO

León

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La IX Jornada de Pie y Tobillo de Castilla y León incluyó este viernes cuatro cirugías en directo con técnicas mínimamente invasivas en el Hospital de León. Los especialistas contaron con la participación del introductor de estas técnicas en España y en Europa. El cirujano Mariano de Prado instruyó a más de 170 especialistas procedentes de distintos puntos de España y Portugal.

 —Usted apostó por la cirugía mínimamente invasiva en el pie cuando las sociedades científicas dudaban de su efectividad.

 —Empezamos hace 25 años. Al principio se utilizaba sólo para hacer unos tipos de cirugía y gracias a la tecnología y la pericia de los cirujanos se han ampliado las indicaciones. No es una técnica que está en contra de la cirugía abierta, a la que no me gusta llamar tradicional porque parece que es como antiguo. La mínimamente invasiva nos permite utilizar técnicas menos agresivas para el paciente y resultados similares. Cuando empezamos no existía causística que validara su utilización y había una reacción de las sociedades científicas que pedían resultados imposibles por el poco tiempo que se llevaba operando. Hoy día el número de publicaciones y evidencia científica crece exponencialmente y es un arma más en manos del cirujano de pie y tobillo para resolver los problemas.

—Fue el primero. 

—No sólo en España. Esta cirugía empezó a finales de los años 40 en EE UU. La utilizaban los podiatras con resultados malísimos. En los años 80, los cirujanos ortopedistas de pie y tobillo dijeron que no había que usarla. Lo que pasaba es que se utilizaba mal la técnica. En el año 1994 estuve con Stephen Isham, un cirujano de EE UU, de los pocos que siguió haciéndolo. Gracias a eso y los trabajos con  el anatomista Pau Golanó, que murió hace pocos años, hicimos todos los estudios anatómicos que nos permitieron demostrar que si las cosas se hacían con las vías y las puertas de acceso adecuadas las complicaciones desaparecían y los resultados eran espectaculares. Eso ha sido lo que ha cambiado la cirugía del pie.

—De esa prohibición de la técnica a imaginar que los resultados pueden ser espectaculares tuvo que haber un punto de inflexión para convencer a las sociedades científicas.

—Eso fue lo que sucedió. Stephen Isham fue de los pocos que continuó con la técnica pese a la prohibición. Eso me llamó la atención. Pensé que tal y como son los temas judiciales en EE UU, si uno hace una técnica que no va bien, dura poco, por los juicios. Yo pensaba que si había  alguien en EE UU que lo hacía, aunque no estuviera aceptado por las sociedades científicas, era porque funciona. Y efectivamente. Lo que pasaba era que le faltaban las bases científicas y anatómicas que lo apoyaran, y ese fue el mérito que pudimos tener nosotros. A partir de ahí se han desarrollado prácticamente todas las técnicas.

—La perseverancia pese al fracaso inicial.

—Lo que hay que evitar, desde  un punto de vista científico, es que las modas invadan nuestro ejercicio profesional. Aquellos a los que algunos nos llaman líderes, los que influyen en cambiar las cosas, tenemos que dar los pasos para no ir por el lado que no es adecuado. A Pau Golanó le debemos muchísimo.

—León tiene una unidad especializada en pie y tobillo y se utilizan las técnicas mínimamente invasivas cuando son necesarias. ¿Están implantadas en todos hospitales de España?

—Empieza a ser un arma más y en Castilla y León pueden estar contentísimos por la calidad de la unidad de pie y tobillo del Hospital de León. Casi no hubiera hecho falta que yo estuviera aquí porque tienen un nivel más que sobrado.

—¿Qué porcentaje de la cirugías del pie es ya mínimamente invasiva? 

—Depende de las escuelas. En medicina, para resolver un mismo problema hay varias alternativas. Yo hago prácticamente el 100% de la cirugía del antepié, todo lo que tiene que ver con los dedos y los juanetes, con técnicas mínimamente invasivas. Tiene una parte que es espectacular, que es lo que popularmente más llama la atención, y es que el paciente sale andando del quirófano. Antes tenía que estar mucho tiempo sin apoyar el pie. Pero nunca quiero llevar yo un cirugía abierta vs cirugía mínimamente invasiva. He dado la vuelta al mundo diciendo esto en las charlas y conferencias porque siempre me sentaban con un cirujano que usaba técnicas abiertas. Eso se ha acabado, afortunadamente. Esto es un arma más. Es como cuando empezamos con la artroscopia. A un residente de hace 30 años le decías que no hacía falta abrir para quitar un ligamento cruzado en la rodilla y no sabía hacerlo. Hoy en día lo que no sabe es operar un ligamento cruzado abriendo la rodilla.

—La tecnología ha ayudado a todos estos avances.

—Claro. Lo que hemos hecho nosotros es desarrollar gran parte del instrumental que hoy día se utiliza, como los tipos de motores, de fresas... pero sobre todo hay que cambiar la mentalidad, porque tienes que aprender a operar sin la tercera dimensión. Operamos en dos dimensiones con un sistema de fluoroscan, que es como un rayo, pero no ves la tercera dimensión. La curva de aprendizaje es un poco más lenta.

—¿Cuánto tiempo lleva aprender estas técnicas?

—Está calculado que cuando has operado los 150 primeros casos ya estás en disposición. Para eso está la formación con el adjunto siempre a tu lado, como toda la formación seria.

—Los pies siempre nos soportan, a veces con poca atención por nuestra parte.

—Los pies van a ser como los dientes de hace treinta años. Hace treinta años nadie pensaba que los niños tenían que ir al dentista cada poco, no se veían aparatos correctores y hemos decidido cuidar la boca con educación sanitaria. Siempre pongo como ejemplo una manifestación de mujeres pidiendo el voto en EE UU. ¿Quién nos iba a decir que estas mujeres son las que más han cambiado la cirugía del pie en el mundo? Luchaban por los derechos civiles que les hicieron incorporarse a la vida laboral y social, no quedarse en casa, pero sin renunciar a la estética. Las mujeres piden que se les resuelvan los problemas en los pies sin renunciar a la estética y eso ha hecho que nosotros desarrollemos técnicas. No es una cirugía estética, nunca se puede operar un pie por estética. Otra cosa es que consigas un pie anatómico, funcional y si es bonito, mejor.

—¿Cuántos problemas se pueden evitar si prestamos atención a los pies? 

—En la mujer, por encima de los 65 años, el 87% tienen problemas en los pies, y es por el calzado. En los hombres ronda el 40%. Eso es por la moda del zapato de punta fina y el tacón, es una realidad.

—¿Y el sobrepeso?

—También. Y hay otro factor, y es que vivimos más tiempo para el que estamos fabricados, que son unos 40 años. El avance científico ha hecho vencer muchas enfermedades. Llega un momento en el que el pie fracasa y aparece lo que se llama pie plano del adulto, una patología que antes no se veía. Son personas que nunca han tenido el pie plano y a partir de los 50 años el pie se hunde. Hace falta hacer un buen estudio  biomecánico que nos enseñe cuáles son las fuerzas que favorecen esa deformidad, Nos va a permitir hacer intervenciones quirúrgicas y utilizar zapatos determinados o un tipo de plantilla que nos ayude a evitar la progresión de las deformidades.

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