Diario de León

Hospitales

Los sofisticados bulos de la covid logran agravar la saturación sanitaria

Tres de cada cuatro médicos han atendido, al menos, a un paciente con información falsa sobre el virus, que le había llegado por el móvil

Pacientes con covid-19, se recuperan en una unidad de aislamiento en un hospital de Argentina.

Pacientes con covid-19, se recuperan en una unidad de aislamiento en un hospital de Argentina.

Publicado por
Doménico Chiappe
León

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Los bulos sobre la covid corren por el móvil .

El 44% llega por Whatsapp , que ha suplantado el boca oreja, y otro 35% se difunde por redes sociales, mientras que los medios tradicionales colaboran en menor medida, un 8% la televisión y un 1% la prensa, según un estudio de la plataforma Salud Sin Bulos, que ha presentado su 'III estudio de bulos de salud covid-19'.

El efecto de los contenidos falsos no es anecdótico y tiene connotaciones sanitarias , como la saturación de las consultas o el retraso en la detección precoz.

Fake news

"Tres de cada cuatro profesionales de la Salud ha atendido a un paciente debido a un bulo por coronavirus", asegura Frederic Llordachs, socio de Doctoralia, una de las asociaciones que ha participado en el trabajo basado en 327 encuestas a médicos.

"El 84% dice que sus pacientes consultan internet antes que a ellos y el 74% cree que el exceso de información hace que el paciente dude del personal sanitario. Lo más usado, según los médicos, han sido los artículos de internet (33%) y los vídeos y audios (17%)".

Las 'fake news' de la covid buscan agravar la saturación sanitaria.

"La propagación de bulos a través de redes sociales tiene similitudes con la transmisión de las infecciones", mantiene Carolina Moreno, catedrática de la Universidad de Valencia y directora del grupo ScienceFlows, que ha seguido la pista a los mensajes falsos, sobre todo a los que llegan por WhatsApp.

En el 62% de los casos contenían nombre y apellido de la fuente de información

"Algunos mensajes podrían provocar el agravamiento de la saturación de los sistemas sanitarios, puesto que llegan a provocar quemaduras o intoxicaciones. Además generan una sensación de confianza en el uso terapéutico de un remedio, mientras la covid avanza y agrava su estado antes de acudir al centro de salud".

La investigación de ScienceFlows ha logrado determinar que estos mensajes siguen patrones específicos que aumentan su impacto y alarma. En el 62% de los casos contenían nombre y apellido de la fuente de información, que en su mayoría decían ser médicos o trabajadores sanitarios, siempre más hombres que mujeres.

Con el tiempo, los mensajes han adquirido una mayor sofisticación. "Usan terminología médica para apoyar el argumento de autoridad", analiza Juan Gómez, investigador de la Universidad de Granada. "Esto va unido a la falsificación del emisor de mensajes, o a la supuesta aparición en medios o documentos".

Dos tipos de bulos

Los tipos de bulos pueden segmentarse en dos grandes categorías, según el estudio de Salud sin Bulos.

El primero, el origen del virus. Más de la mitad (55%) de los engaños repite el nacimiento artificial del coronavirus. El segundo, los tratamientos milagrosos, como que los fármacos contra el cáncer son efectivos.

"Hemos escuchado de los pacientes que su evolución depende de la cloroquina, cuando en realidad el mayor factor de riesgo es la obesidad", expone la médico de familia Alicia Taboada. En esa realidad paralela se hace el juego a los conspiracionistas y negacionistas. Por ejemplo, la tercera parte de los contenidos difunden que las vacunas tienen microchip y otro tanto apoya las acciones de los antivacunas.

 

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