Diario de León

Laura Carreras

«Tengo muchos problemas de memoria y ansiedad y me preocupa no poder afrontar el estrés laboral»

Problemas de memoria y ansiedad. Laura Carreras debe incorporarse esta semana al trabajo tras un año y cuatro meses de baja. Las secuelas del covid le impiden llevar una vida normal.

RAMIRO

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León

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No sale en una radiografía ni en un análisis de sangre, pero la pérdida de memoria es uno de los síntomas más habituales que refieren las personas que han pasado el covid, aunque la infección no haya causado una enfermedad grave. También son comunes los problemas de ansiedad. Laura Carrera tiene 45 años y está diagnosticada de covid persistente con una retahíla de síntomas que le provocan un plus de estrés y de incertidumbre.

«Me infecté el 1 de octubre de 2020, Estuve en casa con fiebre y con muchos dolores. Me pasé aislada 14 días, que era lo que había que esperar antes de que cambiasen los protocolos. Desde entonces no he estado bien porque sigo teniendo síntomas y secuelas. Me han diagnosticado covid persistente, con problemas de fatiga, cefaleas terribles, dolores de piernas y dificultad para dormir y pesadillas, entre otras cosas».

El 1 de octubre de 2020 estaba en auge la tercera ola y las vacunas todavía no había irrumpido en el control de la pandemia. «Estaba deseando salir a la calle. El primer día, mi marido mis dos hijos y yo nos organizamos para ir de compras y cuando llegué a la puerta del supermercado ya no podía andar. Mis piernas eran como dos bloques, no podía andar. Nos tuvimos que marchar». Entonces empezaron los miedos y cuando salía de casa le daban ataques de ansiedad. «Primero me trató el médico de cabecera, por si era algo físico, y después sigo en tratamiento con el psicólogo y el psiquiatra. Tengo mucho miedo y ansiedad y temblores en todo el cuerpo».

A los problemas psicológicos se unen los fallos de memoria. «Tengo que llevarlo todo apuntado». Mientras cuenta su historia en la redacción del Diario de León pregunta constantemente a su marido por el nombre de las cosas que le pasan.

Después de un año de baja laboral —trabaja en un laboratorio de medicina animal— el INSS la obliga a incorporarse al su puesto de trabajo. «Cuando me llamaron llevaba todo apuntado en el móvil para explicarles cuáles eran mis síntomas, para que no se me olvidara nada. Me dio un ataque de ansiedad y tuve que tomarme una pastilla. La persona que me atendió me dijo que no podía leer nada y no me creyó. Me habló enfadada y con voz muy alta, no sé muy bien, y me dijo que después de estar un año de baja tendría que saber cuáles son mis síntomas. He presentado informes de mi psiquiatra, que me dice que no estoy preparada todavía para trabajar, aunque estoy haciendo progresos. Cuando dices que tienes problemas de salud mental no suelen creerte, piensan que quieres engañar, pero mis médicos saben cómo me encuentro. Las secuelas del covid se pueden ver o no, pero ahí están. Además, los médicos me han dicho que en el INSS tienen acceso al historial médico». Los dolores y la fatiga no desaparecen, como tampoco los mareos y los ardores. «Mi médico de cabecera me dice que considera que no estoy para trabajar».

Esta semana se incorpora al trabajo, en una prueba de fuego en la que se podrá a prueba su capacidad para afrontar el estrés laboral. «En la empresa se han portado bien, me dicen que esté tranquila, que todo lo que necesite, pero me da miedo de fallar, de equivocarme, de cometer errores por mi falta de concentración y despistes. Es un trabajo que requiere mucha concentración y exigente en el que hay que prestar mucho cuidado en el envasado de los medicamentos y ahora mismo no puedo entrar en ninguna superficie comercial porque me dan ataques de ansiedad, que me han llevado tres veces al urgencias» ,

Es el lado B del coronavirus, las secuelas que no se ven. Un estudio publicado por F.J. Carod-Artal en junio de 2021 en la revista de neurología digital neurología.com, destaca como síntomas crónicos durante semanas o meses tras la infección, los de carácter neurológico, cognitivo o psiquiátrico. «El impacto sobre la salud mental y cognitivo es notable, y al menos un 30% puede tener síntomas de ansiedad y/o depresión tras la recuperación de la fase aguda». El sueño no reparador y las alteraciones cognitivas forman parte de los síntomas del covid persistente.

«Ahora estaba consiguiendo pequeños logros y temo volver para atrás. Yo no quiero una incapacidad, quiero volver a mi trabajo. Llevo un año y cuatro meses sin poder salir de mi casa con normalidad y lo único que quiero es poder recuperar mi rutina. Ahora tengo que quedarme en casa haciendo lo que no puedo».

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