«Todos los niños tienen el mismo derecho a ser cuidados»

«La gestación por sustitución es una realidad en nuestras calles, nuestros colegios, nuestros institutos, nuestros nuevos modelos familiares. No se puede ignorar y nada va a parar su desarrollo en España. Aunque se siga acosando a nuestros hijos. Aunque se siga obligando a los españoles a emigrar para fundar una familia». Con estas palabras defiende Pedro Fuentes, presidente de la asociación Son Nuestros Hijos la aprobación de una ley que legalice la gestación subrogada. Y es que no se puede olvidar que son ya miles los niños españoles que han nacido a través de esta técnica, varios de ellos en la provincia. De momento, el único partido que se atreve a abrir este melón es Ciudadanos, que en el mes de junio presentó la primera iniciativa para regular por ley esta técnica, una norma altruista que exigirá unos ingresos mínimos a la madre gestante, que, no obstante, podrá recibir una compensación resarcitoria.

Pedro Fuentes destaca que ya son más del 50% las parejas heterosexuales que deciden optar por una opción para la que los homosexuales son las más perjudicadas a causa de la ley española. Y es que hay numerosos países, como Rusia, Ucrania o Grecia que exigen un certificado médico que acredite que la mujer no puede gestar, con lo que los matrimonios de hombres no puede presentar ese documento. Denuncia también que, en el caso de las parejas heterosexuales que no dispongan de medios para acudir a Estados Unidos y Canadá, donde los costes son más elevados, la madre ha de poner en marcha un proceso de adopción tras la llegada del niño a España, con lo que carece de los derechos de maternidad. Mientras que en América el registro del bebé se lleva a cabo mediante sentencia judicial, en Europa se realiza a través de un acta notarial, con lo que se inscribe a la madre biológica. El presidente de la asociación Son Nuestros Hijos recuerda que todos los niños tienen el mismo derecho de ser cuidados por sus padres. Por ello, Fuentes reivindica la aprobación de un sistema altruista con una compensación que cubra el esfuerzo físico, emocional y económico. «Que sea un proceso abierto en el que la gestante tenga relación con los padres intencionales y éstos se comprometan a asumir que el niño que nacerá es suyo, con todo lo bueno y todo lo malo», subraya.