Diario de León

La última del Diario

El trashumante poeta se va al cielo

Adiós a Raimundo Díez Escanciano, el último de los cuatro yegüeros que compusieron el Cantar de la Trashumancia en un épico viaje de Riaño a La Mancha

León

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Raimundo Díez Escanciano, el yegüero que salió de León pastor y llegó poeta a La Mancha, cual Quijote de la trashumancia, dio su última cabalgada ayer. A los 95 años de edad, este hombre, del recio linaje de trashumantes de Tejerina, se fue dejando tras de sí el lejado que tejió, durante veinte días que duró el viaje, con otros tres compañeros. Una aventura que narraron en 1.304 versos que justamente fueron rescatados el año pasado en el libro Cantar de la Trashumancia por iniciativa del profesor Joaquín Serrano.

La historia empezó en la estación de Palencia, un otoño de 1948, cuando se disponían a transportar cerca de 5.000 ovejas desde los puertos de Riaño hasta el valle de Alcudia, en la provincia de Ciudad Real. Había vagones para las merinas, pero no para las 78 yeguas que formaban parte, y muy valiosa de la expedición. Los mayorales encargaron a los cuatro muchachos hacerse cargo de las caballerías y llevarlas hasta las dehesas de Carneril y Quitillo, poco más allá de Puertollano. Para pasar el rato, por la noche, antes de echarse a dormir bajo el manto de las estrellas, iban narrando lo que les acontecía por el camino en versos.  

Les pasó de todo y se toparon con gente de todo pelaje. Un coche que espantó a las yeguas, y las que tuvo que detener Tomasón, el yegüero mayor, con un garrote; «un herrador que no es que herrara bien las yeguas, pero soplaba los cuartos» y el «madrileño usurero amigo de cobrar bien al que posase en su finca». Pero llegaron sanos y salvos y con las yeguas y sus crías intactas. «Eran un capital», relataba a Diario de León.  

Raimundo Díez Escanciano se reunió ayer con su querida esposa Matilde Fernández y seguramente se encontró ayer en el cielo con Fausto Rodríguez, Onésimo Villarroel y Tomás del Blanco, coautores del cantar que fueron a preparar los pastos de San Pedro antes que él. Deja este hombre longevo familia larga y querida. Siete hijos e hijas, tres hermanos, nietos, biznietos. Hoy le despiden en la iglesia de San Claudio a las 12.30. Descanse en paz.

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