Las urgencias crecen en agosto como en invierno

El servicio de Urgencias del Hospital de León casi colapsa el pasado lunes. El personal sanitario, con un 15% menos de efectivos por las vacaciones tras el estrés sufrido en los meses de pandemia, tuvo que atender ese día a casi 400 pacientes, tantos enfermos como en los días más duros de los picos de la gripe en invierno.

Tras el bajón de las peticiones de asistencia durante los tres meses que duró el estado de alarma y con los centros de salud aún con restricciones en la atención presencial, los pacientes vuelven a las urgencias hospitalarias para, en esta ocasión, solicitar atención por dolencias mayoritariamente veraniegas.

A los traumatismos provocados por caídas, accidentes laborales y de tráfico por los desplazamientos a las zonas de vacaciones, y que representan casi la mitad de las atenciones en el servicio del Hospital de León, crecen considerablemente las dolencias estomacales.

Las gastroenteritis y problemas causados por la deshidratación representan en estos días el 15% las dolencias con las que acuden los pacientes al centro hospitalario, diez veces más que en invierno, cuando estas enfermedades representan el 5%.

Durante los tres meses del estado de alarma las urgencias de los hospitales casi desaparecieron por completo. La prohibición de los desplazamientos redujeron casi hasta una manifestación anecdótica los traumatismos graves por estas circunstancias, que bajaron de las 227 asistencias del mes de abril del año 2019 a las 15 personas atendidas en abril de este año.

Sin embargo, las estadísticas reflejan que los meses de julio de los dos años ya tienen cifras parecidas. En el séptimo mes del año 2019 llegaron al servicio 159 personas lesionadas por accidentes en la carretera y el mes pasado sumaron 222.

También bajaron los accidentes laborales, que pasaron de 127 en abril de 2019 a 47 de ese mismo mes de este año.

La mayor parte de las urgencias que se atienden en invierno están relacionadas con los problemas respiratorios y neumonías, que en verano, en ausencia de Covid, apenas son frecuentes. Lo que no suele variar en las distintas épocas del año son los pacientes que acuden con enfermedades coronarias y por ictus.

«Este primer fin de semana de agosto hemos atendido a muchas personas que llegan desplazadas a León, sobre todo de Madrid, País Vasco y Cataluña», explica el jefe del servicio de Urgencias del Hospital de León, Saúl Escudero, que destaca que casi la mitad de las personas que acuden al Hospital para ser atendidos podrían tratarse en Atención Primaria.

El papel farmacéutico

El cierre de las consultas presenciales en los ambulatorios y centros de salud ha dirigido también las peticiones de ayuda a las farmacias.

«Nosotros no hemos cerrado, hemos estado al pie del cañón, y eso la Consejería de Sanidad nos lo tiene que reconocer», pone en valor el presidente del Colegio de Farmacéuticos, Javier Herradón.

A las boticas llegan una media de 2.000 personas al año, según la estimación del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, una red sanitaria que en León suma 232 farmacias.

«La farmacia, debido a su accesibilidad, recibe a diario numerosas consultas. Recogen las preocupaciones de la población, se resuelven dudas relativas a la medicación, se garantiza su acceso, se promueve un uso racional de los medicamentos y se informa de cuantas dudas puedan surgir a quien se acerque a la farmacia bien relacionadas con el medicamento en sí, o con su vía de administración, tomas, etc».

Margarita María González, vocal del colegio profesional, destaca que la mayoría de las dudas que los pacientes tienen sobre su salud y los tratamientos pasan primero por las farmacias. «Infinidad de dudas pasan por la farmacia, tanto en zona urbana como rural, hay que tener en cuenta que el farmacéutico es el único profesional sanitario presente en muchos pueblos, y desde allí se cubren espacios y necesidades que hemos detectado en estos meses de pandemia. La Covid-19 ha dificultado el acceso a otros profesionales sanitarios y desde la farmacia se ha tratado de dar la mejor solución posible».

Durante el verano, la mayor parte de las consultas que se reciben tienen relación con las actividades propias de la época. «Numerosas consultas sobre foto protección bien sobre cómo utilizar los fotoprotectores o de cuál es el tipo más adecuado, pero también sobre el exceso de exposición solar, quemaduras...»

Otras consultas

Llama la atención las consultas sobre las picaduras de insectos, tanto para su prevención con el uso de repelentes como para tratar la propia picadura».

La farmacéutica coincide en que en verano, al aumentar los desplazamientos, se consulta mucho sobre la interferencia de la medicación y la conducción, «así como los mareos provocados por los medios de locomoción».

La pandemia del coronavirus ha introducido nuevos hábitos en los pacientes que acuden a las farmacias. «Ha aumentado el uso de los productos o habituales para la población antes de esta crisis, como las mascarillas y los geles hidroalcohólicos y sobre su uso, sus posibilidades de reutilización y sobre cómo desecharlos. Sobre todas estas preguntas respondemos a diario».

«De la farmacia salen los medicamentos y a la farmacia vuelven los restos de los tratamientos que se recogen en el punto Sigre en una clara preocupación de la farmacia por el medio ambiente».