Diario de León

Entrevista

«Con la vacuna tendremos inmunidad de rebaño y el virus dejará de circular»

Marcelino Álvarez Martínez es profesor e investigador de sanidad animal y enfermedades infecciosas en la Universidad de León

León

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Marcelino Álvarez Martínez es profesor del Departamento de Sanidad Animal de la Universidad de León y experto en enfermedades infecciosas. En 40 años de trayectoria profesional ha participado en una veintena de pruebas vacunales de campo con animales para empresas como Merck, Intervet, Pfizer y otras.

Antes de las preguntas, el investigador leonés se adelanta y comenta: «Se ha desplazado el dinero de la investigación hacia esta vacuna, lo que ha supuesto por ejemplo que enfermedades como la tuberculosis hayan reducido su diagnóstico considerablemente en países como India». Y añade: «Sin vacunas nuestra esperanza de vida sería muy corta, como en la Edad Media —de unos 40 años— o poco más, ya que ahora tenemos antibióticos y mejores medidas higiénicas».

—La vacuna de Pfizer-BioNTech que se acaba de estrenar en España tiene una peculiaridad especial: está basada en el ARNm. ¿Puede explicar qué es el ARNm?

—Es el ácido ribonucleico mensajero, lleva la información genética para producir la proteína de la espícula o pico del coronavirus que induce la protección frente a la enfermedad. El ARNm va envuelto en nanopartículas lipídicas que se introducen en la célula humana para que ésta sintetice la proteína del virus y genere inmunidad humoral (anticuerpos) y celular.

—¿Cuál es la diferencia esencial de esta vacuna con otras?

—La diferencia esencial es que no se introduce el virus, sino una parte de su genoma y nunca se incorpora al genoma de las células humanas.

—¿Por qué sabemos que es segura y eficaz la vacuna?

—Todas las vacunas se basan en dos hechos fundamentales. Una que sean seguras y otra la eficacia. La seguridad se garantiza en las diferentes fases de la investigación. En la primera fase se prueban en animales, en la segunda en un grupo de unas 100 personas, en la tercera en grupos de 100 a 1.000 personas y en la cuarta en miles de personas antes de que se implante un programa de vacunación como el que se acaba de empezar con la vacuna del covid-19.

—Hay personas que tienen miedo a las reacciones que pueda tener la vacuna. ¿Están fundamentados esos temores?

—Puede producir efectos secundarios leves y en un reducidísimo número de personas, más intensos, como se ha visto en el Reino Unido, aunque el impacto mediático de estos últimos los hace más relevantes.

—¿Cómo se llega a idear esta vacuna basada en el ARNm?

—Nada en ciencia se presenta de la noche a la mañana. Siempre hay un trabajo detrás oculto. En el caso del ARNm había una base muy amplia. El ‘mensajero’ lleva información para producir única y exclusivamente una proteína del virus en la célula hospedadora y de ahí se desencadenará la respuesta inmunitaria en el organismo frente a esa proteína.

—¿Cómo se transporta el RNAm?

—Va dentro de nanopartículas lipídicas que se introducen mediante un pinchazo en el músculo deltoides y una vez en las células liberan el ARNm. Esta información genética lleva su vida propia y para nada interactúa con el genoma humano.

—¿Esto debería despejar la desconfianza hacia la vacuna?

—Lo que más confianza debe dar es que antes han sido vacunadas miles de personas.

—¿Por qué es necesario conservar esta vacuna del covid a -80 grados centígrados?

—Es la temperatura a la que conservamos todos los virus en los laboratorios de virología. A temperatura más alta, las nanopartículas dejan de funcionar. En el Departamento de Sanidad Animal tenemos tres o cuatro de estos congeladores. En nitrógeno líquido se conservan hasta -196 grados centígrados. Sin embargo, la vacuna de Moderna, que también es de ARNm mensajero, sólo necesita -20 grados centígrados para su conservación.

—Y las otras vacunas, ¿en qué se basan?

—Algunas portan el virus inactivado o muerto, otras, como la de Astra-Zeneca, llevan el ADN vectorizado por virus, otras son de subunidades proteicas, etc.

—Usted ha trabajado en muchas vacunas dedicadas al mundo animal, sobre todo al bovino.

—He realizado muchas pruebas vacunales de campo en animales sobre herpesvirus, pestivirus, virus respiratorio sincitial y parainfluenza, para empresas como MSD, Intervet, Pfizer, etc. Trabajar con empresas es muy satisfactorio. Siempre digo que he tenido mucha suerte de trabajar para ellas.

—Una de las críticas que se ha hecho a la gestión de esta pandemia ha sido la falta de aprovechamiento de la experiencia veterinaria. ¿Lo ve así?

—Los veterinarios vacunamos poblaciones animales en masa, por lo que tenemos una gran experiencia que se debería aportar. En las pruebas vacunales se estudia la respuesta inmunitaria, la eficacia de la vacuna. Muchos virólogos implicados en la producción de vacunas frente al coronavirus vienen del campo de la veterinaria.

—Entiendo que usted se vacunará cuando le toque. ¿Por qué es importante vacunarse?

—Porque es un virus que te puede producir desde una enfermedad subclínica hasta una enfermedad mortal, dependiendo mucho de la edad. Pero no sólo para protegerme a mí, sino para proteger a la población. Con la vacuna tendremos la inmunidad de rebaño y el virus dejará de circular. En mi opinión, deberíamos vacunarnos, pero dado que la vacunación no se puede obligar, ciertas medidas restrictivas del movimiento personal (en viajes internacionales o entre comunidades autónomas) podrían servir como medidas fomentadoras de la vacunación.

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