El virólogo leonés Estanislao Nistal inactiva al covid con vidrio y arcilla

El sueño de todo el planeta, aplacar al coronavirus y quitarle su mortífero veneno, está más cerca de convertirse en realidad gracias a un grupo de científicos españoles entre los que destaca el virólogo leonés y profesor de Microbiología de la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal Villán.

Su investigación, azuzada por los meses de confinamiento, ha logrado identificar en colaboración con el Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (Cinn, CSIC-Universidad de Oviedo-Principado de Asturias), un tipo de vidrio y una arcilla (el caolín) que poseen una potente actividad viricida, capaz de reducir la infectividad viral más del 99% en solo diez minutos de contacto.

Se trata de un hallazgo de bajo coste que puede servir para descontaminar superficies, líquidos y aires que contengan partículas virales como el covid. Nistal reconoce que llevaban «años trabajando en materiales con actividad antibacteriana y fungicida (contra los hongos) con el grupo de Belén Cabal del Cinn de Asturias», pero no habían probado cómo se comportarían frente a los virus, «una posibilidad que iniciamos con la pandemia y que ha demostrado muy buenos resultados», indica desde Madrid.

De hecho, en diez minutos, el vidrio y el caolín inorgánicos reducen más del 99% la capacidad de infectar de los virus con los que entran en contacto, por lo que podrían utilizarse para desinfectar o desarrollar fármacos antivirales con baja o ninguna toxicidad. «Se podrían incorporar a filtros de aire para atrapar al covid u otros virus e inactivarlos», apunta.

Los nuevos materiales, cuya eficacia ya se había demostrado para ‘matar’ bacterias y hongos, se han probado ahora con el covid-19, la gripe, el herpes simple y adenovirus. Según explica Nistal, desde el Cinn asturiano se modificó «el caolín, que es una arcilla blanca depurante que ya se usaba en la medicina china por su capacidad de limpiar el intestino y de atrapar virus, para introducirle unas nanopartículas que aumentan aún más esa función de destruir virus». También se mejoró un vidrio que posee solicatos y carbonatos «que induce una agregación del virus al alterar sus proteínas y lo desactiva».

Así que bien por absorción o por agregación, el vidrio y la arcilla se convierten en los mejores guerreros contra los virus, que atrapan, desarman y asfixian. Los resultados de la investigación han sido publicados en «Material Today Bio (MTBio)» y también participaron investigadores del Cisa-CSIC, del Cima (Universidad de Navarra), y de la Complutense de MadriCSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas).

Nistal asegura que los materiales «pueden hacer el trabajo de destruir virus antes de que entren en nuestro cuerpo». Ya sabían que ambos materiales poseían una actividad antimicrobiana potente frente a bacterias y hongos, pero la grata sorpresa llegó al lanzarles a la batalla contra los virus. «Nunca se había probado si son capaces de tener actividad viricida, pero, durante los meses de confinamiento, la única manera de poder seguir trabajando y hacer algo en nuestro laboratorio de utilidad era dedicarnos a este proyecto», confiesa.

Así que la actividad del caolín y el vidrio se probó a distintos tiempos. Los más cortos de 10 minutos de contacto con un líquido que contenía virus, al que inactivaban en más del 99%. Si se deja más tiempo, se logran caídas en la infectividad superiores a un millón de veces, «lo que supone virtualmente la desaparición de partículas infectivas del medio de estudio», matiza.

Un éxito que se repetía frente al virus estomatítico vesicular (de la misma familia que el de la rabia), el del herpes simple de tipo 1, adenovirus, el virus de la gripe de tipo A y lo más llamativo, frente al Sars-Cov-2, causante de la pandemia actual.

Además el caolín y el vidrio tienen la ventaja de ser estables y baratos, lo que los «convierte en materiales excepcionalmente apropiados para la prevención y control de enfermedades víricas y bacterianas».

Nistal indica que en «León, que es una provincia ganadera donde no siempre se puede potabilizar el agua que beben los animales se podría recurrir a estos materiales y evitar enfermedades al ganado».