Diario de León

La Asociación de Mujeres Operadas de Cáncer de Mama recupera la carrera solidaria

La Asociación de Mujeres Operadas de Cáncer de Mama se vuelca estos días en la organización de la carrera de la mujer, que vuelve presencial tras dos años de parón.

La Asociación de Mujeres Operadas de Cáncer de Mama se vuelca estos días en la organización de la carrera de la mujer, que vuelve presencial tras dos años de parón.

León

Creado:

Actualizado:

Mañana día 20 se abre el plazo para inscribirse en la tradicional carrera de la mujer que organiza Almom (Asociación de Mujeres Operadas de Cáncer de Mama) para recaudar fondos destinados a la investigación de la enfermedad. La carrera vuelve este año presencial y se celebra el día 23 de octubre tras dos años de parón por la pandemia en la que sólo se ha podido organizar de manera virtual. La carrera es de mujeres, sólo de mujeres, fiel a la tradición de la asociación, que mantiene este formato. Gracias a esta iniciativa, Almom ha donado 138.000 euros desde 2012 al centro de investigación del cáncer de Salamanca . La última convocatoria presencial, en 2019, logró sumar 35.000 euros para este objetivo. El dorsal cuesta este año 8 euros y los puntos de inscripción están en Drasanvi en Burgo Nuevo, en la planta de deportes del El Corte Inglés y en el stand de Drasanvi en el centro comercial, en la sede de la asociación Almom y en la clínica Ezedent.

María Teresa González Robles es la presidenta en funciones de Almom, cargo que ocupará hasta marzo, mes el que se celebrarán elecciones a las que espera que se presenten mujeres más jóvenes que den un impulso a la asociación de cara a los nuevos retos. Almom cumple 20 años de actividad en 2023.

—¿Desde cuándo está en la asociación?

—Hace quince años. En 2023 es el veinte aniversario de la creación de la asociación, pero yo me incorporé hace quince años.

—¿Y se acercó a la asociación cuando tuvo e cáncer de mama?

—Cuando yo me acerqué a asociación ya había pasado todo el problema. A mí me avisaron de que estaban creando la asociación, me llamaron para formar parte, pero en aquel momento estaba bien y no quería tener contacto con la asociación, dije que no quería.

—¿Por qué?

—No lo sé. Yo estaba bien. A mí me gustaba mucho conocer todos los avances en medicina, pero desde que me pasó fue un corte general. No lo oculté a nadie de mi familia, no tuve ningún problema físico ni psicológico, simplemente corté con todo lo que supusiera hablar del cáncer.

—¿Esa reacción es frecuente en las afectadas?

—A lo mejor sí. De hecho, hay gente que no quiere venir a la asociación porque cree que aquí estamos hablando todo el tiempo de la enfermedad y llorando penas, y les cuesta trabajo y dicen que no quieren estar hablando continuamente de lo mismo. Otras mujeres, sin embargo, necesitan hablarlo en un primer momento. A mí me ocurrió lo primero y después tuve contacto con ellas y me hice socia y desde aquel momento no he tenido ningún problema de ninguna clase.

Carrera de Almom en 2019. JESÚS F. SALVADORES

Carrera de Almom en 2019. JESÚS F. SALVADORES

—¿Usted cuando tuvo el cáncer?

—Ha hecho 28 años en mayo. Tenía 47 años. Me lo detectaron en una revisión. Yo no me notaba nada ni el médico tampoco, pero me pidió una mamografía de control, porque iba a un médico privado. Cuando recogí la mamografía la puse encima del comodín en mi habitación, ni la miré. Yo no sospechaba ni entendía que pudiera haber nada raro en la mamografía. Hasta que un día me dijo mi marido que llevase la mamografía a que me dijeran los resultados. Entonces se la llevé al ginecólogo y me dijo que tenía unas microcalcificaciones, que no era experto en eso pero que si fuera su mujer me mandaría a Faes, que entonces era el especialista de mama en León. Él mismo me pidió la cita desde su consulta y cuando fui me repitió otra mamografía con más resolución y me dijo: ‘Lo que usted tiene aquí no es un una bomba de relojería, pero no creo que tenga usted nada mejor que hacer que quitárselo’.

—¿Y usted entendió en ese momento lo que tenía?

—No. Entendí que tenía algo que había que quitar.

—¿No pensó que pudiera ser cáncer?

—No. Él fue muy honesto. Me dijo que si iba por su consulta además del precio de, que era muy elevado, si me tenía que quitar la mama me costaría un millón de pesetas de hace 28 años, que ahora se nos va un poco la referencia de ese dinero, que no son los 6.000 euros de ahora, eran más. Yo tenía una conocida que se lo habían hecho en la Seguridad Social, conocía al cirujano y se lo dije. Faes me dijo que en la Seguridad Social había muy buenos cirujanos y me dio libertad para hacer lo que quisiera. Me fui a la Seguridad Social y allí me operaron en San Juan de Dios, con el que entonces tenía un convenio. Me hicieron una mastectomía y un a ovariectomía preventiva, me quitaron los ovarios, en la misma operación.

 

—Pasó de no tener ningún síntoma, no poner nombre a lo que le pasaba, a una intervención de ese calibre. Eso indica lo importante que es la prevención y la detección precoz

—Si. Pero a pesar de todo hasta que el cirujano no me dijo que tenía que ir al oncólogo, en mi cabeza no estaba la palabra cáncer. Con el tiempo lo he pensado y creo que fue un mecanismo de defensa, es difícil de explicar. Me dieron quimioterapia y, considerando lo que oigo a otras mujeres, lo mío no fue nada. Me dieron muy poca por prevención. Tenía algún efecto secundario, estaba dos o tres días peor, pero no muy mal. El día que me la daban dormía toda la tarde y al día siguiente estaba bien, con energía.

—¿Cree que hay mujeres que no se acercan o no buscan el apoyo de la asociación porque piensan que aquí se está hablando todo el tiempo de cáncer?

—Siempre les decimos que no es así. No es que lo diga yo ahora, es que siempre se lo decimos a las mujeres. Aquí se habla de lo que cada una quiera hablar en ese momento, de todo, de las noticias, de nosotras, de lo que puede hablar un grupo de amigas en cualquier otro momento. Si hay alguna que quiere hablar de su problema en ese momento, en vez de estar en grupo, venimos a esta salita y se habla.

—¿Cada cuánto se reúnen?

—Todos los jueves en la asociación. En vez de tomar el café en la cafetería lo tomamos aquí. Hubo un momento que estábamos un montón, pero ahora varía, igual un día nos juntamos seis y otro día somos veinte.

—¿Y qué hacen?

—Manualidades, jugamos al parchís, las cartas o simplemente charlamos de todo.

—¿Están perdiendo socias?

—La pandemia ha sido una ruptura, como en todas las cosas. El número de socias se mantiene, pero activamente sólo las que llevamos más tiempo, a la gente más joven le cuesta más trabajo participar.

—Sin embargo se están detectando cánceres de mama a mujeres cada vez más jóvenes.

—Si, cuando vienen aquí las recibimos con los brazos abiertos.

—¿Por qué cree que las jóvenes participan menos?

—En primer lugar porque están trabajando. Aunque tengan un periodo de baja se incorporan al trabajo. No es que el trabajo de la asociación lleve mucho tiempo, pero hay que tener una dedicación.

—Decía que la pandemia ha afectado al trabajo de la asociación. ¿Han notado algún cambio en la asistencia hospitalaria?

—No, no se ha notado. Han seguido con la detección, con los tratamientos. Nuestra relación con los especialistas del hospital es cordial, si necesitamos algo siempre tenemos allí a alguien con quién hablar.

—¿Este otoño empiezan ya con las actividades a pleno rendimiento tras la pandemia?

—Si. La sede siempre está activa telefónicamente. Vamos a seguir con las mismas rutinas que teníamos, excursiones, grupos para trabajar con la psicóloga, talleres de pilates, cuestación y carrera, que este año es el día 23 de octubre.

—¿Han pensado en abrir la participación de los hombres?

—No. La carrera de la mujer es la carrera de la mujer. Nos apoyan, el Ayuntamiento está con nosotras. No vamos a abrir a los hombres. Sabemos que van hombres en la carrera y nadie les ha dicho nada, algunos se ponen camiseta rosa y peluca o se apuntan con nombre de mujer, pero eso forma parte de las anécdotas de la carrera. Hay otros que van en la carrera con la camiseta de la asociación o con otra.

—¿Tienen socias en Ponferrada?

—Socias no, pero tenemos colaboraciones si piden venir a la asociación. La asociación es la única que hay en toda la Comunidad.

—Almom es una asociación específica para mujeres de cáncer de mama, pero la AECC también tienen socias mujeres operadas de mama.

—Si. Cada uno tenemos nuestros caminos, pero hay buena relación, si necesitamos algo contamos con ellos y nos echan una mano, hay muy buena relación. La Asociación Contra el Cáncer todos sabemos que es grande y muy potente, nosotras somos un granito de arena.

—¿Por qué es necesario una específica para las mujeres operadas de cáncer de mama?

—Esta asociación la puso en marcha una enfermera con un grupo de mujeres que estaban afectadas en aquel momento y lo llevaron adelante. No me pregunto los motivos, la realidad es que ha resultado positiva, estamos funcionando y ayudamos a la gente que viene y nos necesita.

—¿Qué ayudas tienen para mantener las actividades de la asociación?

—Ayudas oficiales sólo la del Ayuntamiento de León, que nos da una subvención. Hubo un momento en que también colaboraba la Junta de Castilla y León, pero dejaron de apoyarnos. Nosotras nos autofinanciamos con las cuotas de las socias, que pagan 40 euros al año, con la lotería, las cuestaciones, etc. Tenemos servicio de fisioterapia para abordar los problemas del linfedema, que es una secuela de la operación. La subvención del Ayuntamiento da prácticamente para ese servicio

—¿De lo que se saca de la carrera no hay una parte para la asociación?

—No, va todo íntegro para la investigación, después de descontar todos los gastos exclusivos de la carrera.

—¿Qué avances ha habido en la investigación en el grupo del centro de Salamanca, que es donde va el dinero de la carrera?

—Estamos muy en contacto con el doctor Atanasio Pandiella , que es el investigador. Cuando hay algún avance nos lo comunica. En noviembre va a venir a dar una conferencia sobre los avances que ha habido. Algunos cánceres de mama que tenían un mal pronóstico antes ahora tienen una supervivencia mayor.

—¿Cuál es la primera inquietud de la mujer que llama por primera vez?

—Algunas llaman cuando empiezan con la quimioterapia, otras para interesarse por la reconstrucción mamaria. Algunas se hacen socias en el momento y otras no vuelven porque consideran que no lo necesitan.

tracking