Diario de León

Agradecimiento en el 116 aniversario de la Asociación Leonesa de Caridad

Publicado por
Félix Llorente
León

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El hombre necesita comer y beber. Sin alimento y salud es muy difícil poder caminar y seguir el paso de los demás. Esas necesidades y otras personales se atienden en la Asociación Leonesa de Caridad.

Por mi parte, quiero reconocer en este aniversario sin celebraciones especiales ni reconocimientos sociales tan en boga actualmente, la labor diaria e impagable de todos los que, en estos tiempos convulsos y complicados, siguen sin miedo y con entrega total, ayudando a los más pobres y marginados.

Así pues, nominamos para nuestro particular homenaje de 116 años de existencia:

A la Junta Directiva, heredera de aquellos generosos y notables leoneses que el 19 de noviembre de 1906, preocupados por las familias que sufrían privaciones y dificultades iniciaron, no sin contratiempos, el itinerario y las pautas que hoy se continúan para que la Casa siga en pie en medio de algunas tormentas pasajeras.

A las Hijas de la Caridad, que desde el principio se involucraron en una labor ardua y difícil, con espíritu de hermandad y colaboración. Nunca, ni siquiera en los días mas duros del covid-19, dejaron a los pobres sin su protección, y sin un trozo del pan que amasa la amistad y el amor fraterno.

Tienen en su poder tres armas necesarias e imprescindibles que saben conjugar perfectamente y que son la fe, la esperanza y la caridad. Con ese bagaje recibido de las Virtudes Teologales, lo pueden todo y no desmayan ante las adversidades.

Al voluntariado de mujeres y algunos hombres, sin cuyo concurso todo sería mucho mas difícil, por no decir imposible. Es gente buena, solidaria, excepcional. Entregan su tiempo y su trabajo a los demás, sin mirar para atrás y dando lo mejor de lo que tiene cada uno, sin esperar nada a cambio. Es un ejemplo de altruismo y de generosidad en tiempos en que todo lo que se hace, se cuantifica en sueldos, dietas y comisiones.

A los socios, a los donantes, a los bienhechores, y a las sociedades, entidades e instituciones públicas, privadas y religiosas que con su apoyo moral y sus aportaciones económicas y en especie, hacen posible que sigamos manteniendo en León, a pesar de todo, esta vetusta Casa de Caridad, que nos confiaron con los mejores deseos nuestros mayores.

Por último y como despedida, un llamamiento a cuantos quieran colaborar de alguna forma con nuestro ideario, que seguimos estando a la disposición de todos los leoneses en la Plaza de Puerta Obispo, número 13 de León, a los pies de la Catedral, donde los recibiremos con los brazos abiertos y en son de paz.

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