Ahora no, ahora sí, ahora no...
Se ha dicho tantas veces que somos incapaces, o eso parece, de responder a las incongruencias y mentiras del Gobierno español que, creo yo, está perdiendo fuerza el propio argumento de tanto usarlo, como dice la canción. Necesita nuestro país, España, más pragmatismo y menos castillos en el aire, de nuestros políticos. El propio Gobierno es consciente que nos maneja con sus mentiras, sus rectificaciones, sus vaivenes y, de seguir así, sin poner remedio, la desastrosa situación actual puede enquistarse y convertirse en casi eterna.
No íbamos a enviar armas a Ucrania, pero sí, enviamos armas a Ucrania. Y se hace con rapidez no sea que alguien del propio Gobierno, se encocore, se arrepienta de haber enviado las armas y monte el número que ya está bastante montado. Y, esto es solo un pequeño ejemplo. El presidente mentiroso, no hace más que pedir al todos unidad pero ignora, no le interesa, la falta de unidad en su ejecutivo. ¡Qué ejemplo! Por supuesto a él le da igual.
A nosotros, no, a nosotros, nos da vergüenza ajena tener un Gobierno, único de la Unión Europea con miembros del Partido Comunista entre sus ministros. ¿Es eso presentable? Pues así estamos. Estas dudas, estas rectificaciones, estas mentiras, consiguen, estoy seguro, que el ciudadano de a pie, el que entrega su voto pensando en lo mejor, ya está al cabo de la calle de la categoría de quien nos gobierna.
La historia viene de largo. Son demasiadas las ocasiones en que se debe rectificar para encontrar la situación adecuada. Y la oposición dice poco o casi nada. El PP ha vivido unas semanas de enorme tensión, gracias a la inoperancia de ellos mismos. Ha sido como hacer un master que, por supuesto no han aprobado y, ahora, por resumir, hay que comenzar prácticamente de cero. En estos momentos existe unanimidad en que debe llegar a la presidencia nacional del PP, Alberto Nuñez Feijóo. Es cierto que su curriculum de gestor es, seguramente el mejor de Europa. Reúne las cualidades que debe tener un político de centro derecha. Un político actual. Mira a los ojos cuando habla. Mira hacia abajo cuando escucha y tiene un tono persuasivo, comunica bien, y tiene y maneja eso que los de su tierra, Galicia, hacen como nadie. Mano izquierda. O derecha. Pero mano.
No es fácil la tarea que tiene por delante Núñez Feijóo. Pero sabe rodearse de gente buena a la que respeta y valora y habiendo conseguido lo conseguido en Galicia, en cuatro legislaturas consecutivas con mayoría absoluta, es de esperar que repita la jugada siendo, que será, presidente del Gobierno. Tiempo al tiempo. Bienvenido sea este cambio que ya ha comenzado a tomar forma para el arreglo definitivo de nuestro país. No se merece España, un Gobierno como el actual que es sin ninguna duda el peor que hemos tenido durante la democracia.
Hay talento en nuestros hombres y mujeres políticos. Ahora se necesita calma para tomar las decisiones adecuadas y tener seguridad y voluntad de que se hará un trabajo bueno para el PP, pero bueno para España. Estamos, parece, saliendo de la pandemia y eso ha exigido mucho esfuerzo, sacrificio y trabajo. Los profesionales sanitarios han dado el ‘do de pecho’ y eso se ha notado. Ahora, nos está tocando vivir el desastre y la masacre que está suponiendo la guerra en Ucrania.
Llama la atención la ausencia de aquellos gritos de ‘No a la guerra’ que escuchábamos antaño y que veíamos en camisetas de los mejores modistos mundiales, y que ahora han desaparecido. Otra mentira más de este gobierno, que trata las decisiones del dictador Putin como si fueran órdenes, ¿lo son? nacidas en el Kremlin y obedecidas por estos pobres hombres y mujeres que nunca se habían visto en otra y que son comunistas hasta que poseen algo en propiedad y que entonces no quieren compartir.
Vamos a esperar que la Unión Europea se capaz de encontrar la llave que frene a este sicópata narcisista que se quiere convertir en uno de aquellos zares que, por gente como él, fueron derrocados y asesinados. En todo caso viviremos una prueba más que volverá a demostrar que para combatir al invasor y opresor, es cierto que la unión hace la fuerza. Ojalá Europa haga gala de esa unión como talismán para que en Ucrania vuelva la paz y en Rusia la mesura y la lógica.