Diario de León

Las apariencias engañan. La realidad, no

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Sí, es cierto. La Cumbre de la Otan celebrada en Madrid ha sido un éxito de organización y ha hecho mucho y bueno para lo que se ha dado en llamar «marca España». El mundo se ha enterado de que, cuando queremos, hacemos bien las cosas. Ahí están como ejemplo para siempre, la Expo de Sevilla y la Olimpiada de Barcelona, ambas en el 92.

Pero todo no consiste en organizar algo y dejarlo ahí. Hay que continuarlo y hacer realidad lo que allí se decidió. Ese es el punto y en eso estamos ahora. Han finalizado los juegos florales y los piropos a la organización. Ahora, hay que desmaquillarse y mostrarnos tal como somos y tal como trabajamos. En cualquier caso, analizando la Cumbre y su hacer, hay que estar contentos. Las formas han sido impecables. El fondo es otro cantar. ¿Va a ser capaz España de cumplir los acuerdos que ha comprometido en esa Cumbre? Ahí comienza la realidad. Y la realidad no miente.

Me viene a la memoria la situación de nuestros compatriotas isleños de La Palma. Hubo promesas, compromisos, buenas intenciones, te quiero mucho, y bla, bla, bla, para ayudar lo más posible a la recuperación de aquellos ciudadanos que se vieron sorprendidos por ese depredador, que no daba tregua, como fue el volcán. ¿Dónde están las ayudas prometidas, donde los compromisos acordados y donde el amor que se derrochaba hacia todos aquellos sufridores, necesitados de verdad de ayuda? ¿Solo interesaba la foto y las declaraciones amabilísimas de ayuda? Parece que sí.

Pues ojo con los compromisos de España con la Cumbre de la Otan. Nos van a vigilar y controlar desde Bruselas. Y esos no gastan bromas ni dicen las cosas para quedar bien. El que promete, cumple. El que dice colaborar no tiene opción de no cumplir. De modo que ya saben nuestros políticos a que se enfrentan.

Ojo con los compromisos de España con la Cumbre de la Otan. Nos van a vigilar y controlar desde Bruselas. Y esos no gastan bromas ni dicen las cosas para quedar bien

Y todo ello, sin dejar de atender lo que tenemos en casa; La vergonzosa inflación, a pesar de las declaraciones de la Sra. Calviño, qué manera de mentir manteniendo la sonrisa, la enorme carestía de vida, la situación absurda pero tremenda del gas y la electricidad, si hablamos de sus precios y de su disponibilidad en el caso del gas, que veremos como termina. Y no digamos la situación de los precios del combustible. En otras palabras, un verdadero desastre el que está viviendo nuestra sociedad.

Si alguna vez tuvo sentido la frase de que tendremos un otoño caliente es en esta ocasión. Creo sinceramente que no sabemos, en su importancia, lo que se nos avecina. Estamos llegando al límite y no valdrán, como hasta ahora ha sido, las disculpas y las tonterías declaradas que adjudicaban la culpa de todo esto, al PP, al presidente Aznar, cuando no a Franco. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Estos muchachos, que cogen el Falcon con unas amigas y se van a Nueva York, se reúnen, vaya usted a saber con quién, y después a La Gran Manzana de Shopping. De paso no dan la cara mientras se desarrolla en Madrid, la Cumbre Otan. Como diría Chiquito, cobaardes!!!!

Este país nuestro, España, que está sufriendo lo indecible con este Gobierno que ya no se sabe si es de coalición, de confusión, de concentración o de colisión, más bien de esto último, este país nuestro, digo, se está jugando su futuro en los próximos meses y se puede perder el tiempo. No es normal que el presidente y sus monaguillos, Sanchez Lage dixit, vayan por un camino que indefectiblemente nos lleva a la ruina total.

No se puede deber más de lo que debe España, con un nómina de asesores que clama al cielo, no ya por su enorme coste, que también. Pero especialmente por su escasa, escasísima preparación que, como es lógico, nos está llevando a la ruina total. Y aunque la historia dice que un país en muy difícil que quiebre, estamos comprobando que nos aceraos a esa situación.

El presidente, sigue hablando de la finalización de la legislatura. Eso es lo que le gustaría a él. Pero por la senda que vamos, se nos hará cada vez más difícil llegar hasta 2023. El tiempo dirá si tenemos razón, pero antes que el tiempo está Bruselas que no cejará en pedir resultados o, en caso de no obtenerlos, pedir cabezas.

Acabamos de conocer que las cifras de el paro se han reducido en 40,000 desempleados menos, argumento que ha aprovechado el presidente mentiroso, diciendo que la situación de España, es formidable.

¿Estaremos viviendo en el mismo país? Pero ya lo advertí al comienzo. Las apariencias engañan. No caigamos en la trampa. La realidad es como el algodón, no engaña

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