Diario de León

¡Apártate España del mesianismo político compartido!

Publicado por
Jesús Antonio Rodríguez Morilla, doctor en derecho
León

Creado:

Actualizado:

En otras Tribunas venimos realizando algunos comentarios sobre los distintos «cismas y/o desaguisados» políticos, que nos vemos obligados a asistir por culpa de nuestros últimos gobiernos, sean de coalición o no, sobre todo, cuando se dedican a legislar. Es más, no resulta nada difícil aventurar hasta que se vayan aproximando cada una de las tres elecciones, que nos faltan, la posible ampliación de controversias que aún nos quedan por contemplar.

Existe una coincidencia general por parte de historiadores, autores y en su caso, protagonistas de la política (Trump), en la definición del «mesianismo», pero en la certeza de que como cada mortal y más en política son ¡aves de paso¡, pero en grandes y duraderas bandadas.

Por ejemplo, el historiador Enrique Krauze, lo define como la concentración de poder en manos de personajes aparentemente fuertes, carismáticos, redentoristas, y de fuerte culto a la personalidad.

Sean de derechas o de izquierdas, suelen ajustarse a lo que más convenga a sus intereses, fórmula lamentablemente habitual.

Significados.com describe el mesianismo político como a dirigentes que se presentan a sí mismos como la única alternativa de justicia y reivindicación para el proceso histórico de una sociedad. ¿Les suenan estas descripciones? pues no paran de aflorar ejemplos.

Otro punto que sale a colación y con punto de encuentro, es la grave situación que afecta a nuestro Tribunal Constitucional, que viene de tiempo atrás y con un pasado reciente desde 2020, con escaramuzas judiciales, y conflagración abierta posteriormente, y, me van a permitir que por respeto a la institución no me detenga mucho tiempo en el mismo, pero sí, preocupado por lo que pueda suceder las próximas semanas entre bambalinas.

Como se ha manifestado en distintas ocasiones, los nombramientos de sus miembros por los partidos políticos, así como determinados resultados según sus mayorías, supone aquello de «nunca lloverá a gusto de todos».

Podría tratarse de que esta fórmula respondiera a intereses políticos de antaño, así como entenderse optar por lo menos malo de tiempos pretéritos.

¿Estudiar dejarlo a corto/medio plazo, en manos de la Judicatura, visto lo ocurrido en esta Legislatura.

Aquellos de Uds. que hayan seguido mis Tribunas, posiblemente recuerden mis comentarios entonces, relativos a que la sociedad española se ha sentido maltratada y mentalmente entumecida, consecuencia de la aplicación de una política bolivariana trasnochada.

Tampoco, se entiende esa clase de libertad sin límites, para que, a una adolescente de 16 años, se la permita una decisión inmadura y probablemente lesiva, de abortar sin el conocimiento de sus progenitores, sabiendo, por el comportamiento de nuestros hijos y nietos, que sus edades mentales en absoluto de corresponden con los que figuran en su DNI aparte de la desestructuración formativa y familiar que pueda preceder.

O qué pensar cuando se ha legislado sobre «solo sí, es sÍ», irrumpiendo en las bancadas del Congreso, junto a sus cooperadores, sin las reflexiones, conocimientos y experiencia necesaria, rodeados de prisas políticas y ansia de votos.

Todos somos testigos del caos de recomposición de sentencias producido en los tribunales, ya de por sí sobrecargados de trabajo.

Por lo anterior y algunas cosas más, tengo mis dudas, respecto a los próximos encuentros resulten óptimos para el país, ya que su división interna desde 2017, rodeadas de neblinas para unos y otros, han conducido a estos momentos.

Neblinas, que surgen entre la realidad legal y lo real que venimos contemplando de un tiempo a esta parte, que nos lleva al gran dilema o pregunta sobre qué es y lo razonable, y hacia nos dirigimos.

Finalmente, hay que recordar que debemos atender las recomendaciones de la UE sobre la independencia de los tribunales, alejándoles de los manejos políticos, que ya observamos a lo que conducen.

Otro ejemplo más que debería servir como otra piedra angular adicional, para emprender la ¡regeneración política! deseada, y convertir temporalmente, 2023, en año sabático para elecciones como rechazo a sus comportamientos.

tracking