Diario de León
Publicado por
José Antonio Izquierdo Primo. Ingeniero
León

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El diputado Baldoví (Compromis) dice: «la derecha me acusa desde ayer, (¿22/04/2020?), en redes de «camarero», «de campo» y «defensor de payasos». Mi opinión es que esos tres calificativos no son, ninguno de los tres, una acusación denigrante. Yo entendería que este diputado tuviera que responder, a quien o a quienes, han publicado esas ¿acusaciones?, que con seguridad tienen nombre y apellidos, y un DNI, para identificarlos, pues aunque con mi nombre y apellidos hay unos cuantos españoles, con mi número de DNI, no hay ni uno más.

Entendería que este diputado y todos los que han hecho comentarios sobre su respuesta, debieran preguntarse: ¿se trata de una acusación despectiva?, o por el contrario, se trata de una actitud honorable.

Se da por supuesto que esa acusación, en la que las profesiones de «camarero», ¿»labrador»?, ¿pastor»? y «payaso»?, son más o menos denigrantes, que para mí no son tal, la ha, o han, hecho personas de mala condición que le odian a él y a todo lo que representa «la izquierda», por lo tanto son de «la derecha»; aún sospechando que fuera así, no se dice quien lo ha escrito; no se aportan pruebas y se está faltando a la presunción de inocencia.

Recomendó que aprendieran del homólogo de su partido en Portugal, pero no resaltó, por eso lo hago yo, que la señora ministra de Portugal es médico de gran prestigio y el ministro de sanidad español sabe tanto de sanidad como de curar ovejas

¿Cuál sería la reacción si luego resultara que dichos calificativos, estuvieran hechos por personas que no votan o incluso son izquierdas?.

A mí me daría exactamente igual, ya que los calificativos son los mismos, me gustaría saber si este diputado respondería con el mismo discurso.

Personalmente, me agradarían tales calificativos. Ya me gustaría tener la habilidad que tienen los camareros para moverse con soltura, con una gran bandeja llena de cosas; en cuanto a payaso, sería una exageración, pues no me considero con tales dotes, pues incluso no soy buen contador de chistes; y por último como de campo, me molestaría que alguien lo dudara, pues como dice una persona amiga, soy más de campo que las amapolas, por lo que acusarme de labrador o de pastor, en términos despectivos sería una auténtica estupidez; ya que son dos de las profesiones más antiguas y honorables, además requieren un coeficiente intelectual y una memoria, bastante superior a la media, (piensen la memoria que tiene que tener un buen pastor, para conocer a todas las ovejas de un rebaño de más 500 cabezas, cuando a los urbanitas todas les parecen iguales), aunque no me extrañaría nada, pues sería una constatación más, de la verdad que encierra la frase: «Dos cosas son infinitas, el espacio y la estupidez humana y no estoy seguro sobre el espacio» Albert Einstein.

A mí me molestaría que me acusaran de: mentiroso, vago, corrupto, y en general de todos aquellos calificativos que llevan implícitos el calificativo de mala persona.

El día del debate para la prórroga del estado de alarma, 09/04/2020, me tragué todas las intervenciones, primero la del presidente del Gobierno y después las de todos los portavoces, lo cual requiere una gran dosis de paciencia, muy cercana a la del santo Job, pues resultó ser un dialogo de besugos. El presidente, a las intervenciones y a las preguntas que le hicieron, los portavoces de Ciudadanos, Vox y PP, tanto en las réplicas, como en las contrarréplicas, no contestó ni a una sola de las preguntas y eso que el portavoz de Cs le tendió la mano izquierda, no sé lo que hubiera hecho si le hubiera tendido la mano derecha, a los demás le faltó poco para saltarse la cuarentena y darles efusivos abrazos.

En ningún caso me pareció un ataque tan furibundo como el que hizo el diputado Baldoví, al que, al menos no recuerdo, le citara ningún portavoz de los «tres partidos de derechas». El diputado Baldoví comenzó su intervención: «Había borrado un adjetivo de mi discurso (...) pero, después de haber oído a la derecha, lo recupero: vaya oposición de derechas más miserable que tenemos. Una oposición zafia, irresponsable, sucia...». Supongo que para los afiliados y votantes de esos partidos, los adjetivos: «miserable», «zafia», sucia», «irresponsable», «niños mal criados», acusarles «de cargarse la sanidad pública», « que «volverá a intentarlo», «son patriotas de crispación y de odio», no les parecerán nada bien; supongo que a quien interpreta como injurias : «camarero», «de campo» y «payaso», los adjetivos anteriores ¿le hubieran llenado de satisfacción?

También les recomendó que aprendieran del homólogo de su partido en Portugal, pero no resaltó, por eso lo hago yo, que la señora ministra de Portugal es médico de gran prestigio y el ministro de sanidad español sabe tanto de sanidad como de curar ovejas.

En otro momento hizo referencia a su modo de vestir. A mí me resulta incómoda la corbata y no digamos la pajarita, así como descalzarme para entrar en una mezquita y otras normas de protocolo, pero no dudo hacer si es necesario.

Pienso que a las dos cámaras, Congreso y Senado, se debe acudir con traje y corbata.

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