Diario de León

Bicentenario provincial berciano

Publicado por
Javier Lago Maestre, autor del libro 'El BIerzo provincial'
León

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El decreto de de Cortes de 27 de enero de 1822 aprobó la provincia de Villafranca de El Bierzo, una más entre las 52 de España, con 86.385 habitantes, a cual correspondía un diputado nacional. Esta provincia se consiguió después de importantes debates políticos, tanto en Madrid como en El Bierzo, aunque esta institución duró poco, ante la presión militar del realismo español y europeo.

El bicentenario provincial berciano ha posibilitado profundizar en la investigación de la existencia de esta institución berciana, durante el Trienio liberal, mediante el trabajo histórico de Miguel García González. Y el otro libro, El Bierzo provincial , ha favorecido el estudio de la llamada anterior provincia de El Bierzo, la que se desarrolló a lo largo de todo el Antiguo régimen, siglos XVI al XVIII. Por supuesto, esta provincia del período absolutista presenta una caracterización muy diferente de la posterior liberal de Villafranca.

La provincia de Villafranca fue totalmente independiente de la de León. Era una institución propia, gobernada por la Diputación de Villafranca, que estaba formada por 7 diputados, elegidos democráticamente, según el sistema liberal de la época. Mientras que la anterior provincia de El Bierzo, de la época moderna, presentaba una dependencia parcial de León, a nivel fiscal (del regimiento capitalino), judicial (del Adelantamiento leonés) y militar (Sargentía mayor de León). Aún así, El Bierzo manifestó su rechazo al centralismo capitalino en numerosos ocasiones (pleitos, protestas, etc).

Los llamados Reyes Católicos concedieron una denominación especial, la provincia de El Bierzo en 1486. Esta peculiar provincia pervivió a lo largo de toda la Edad Moderna. Se caracteriza por su diferenciación parcial respecto a territorios vecinos (reino de Galicia, reino de León, principado de Asturias, etc). Además hay una clara delimitación territorial (según los censos fiscales). La Corona fija la capitalidad de esta provincia en Ponferrada, y es en esta villa donde tiene su sede el principal oficial real, el corregidor.

A lo largo del Antiguo Régimen se ejecutan sucesivos procesos políticos (fiscales, gubernativos, judiciales, etc) que refuerzan la institucionalización de la provincia berciana bajo el mando de los corregidores reales. Además, la pervivencia secular de esta singular provincia y su reconocimiento foráneo (Cortes, Consejo real, Chancillería de Valladolid, etc) favorecieron su consolidación en la conciencia colectiva berciana. Sin embargo, no podemos olvidar que se trata de una provincia fragmentada ante la presencia de diversos señoríos con jurisdicciones propias de origen medieval.

Conviene saber que la supresión de la provincia de Villafranca y la creación de la de León, en 1833, no debilitaron las demandas autonomistas de El Bierzo. La documentación histórica analizada nos informa de sucesivos intentos políticos bercianos por la recuperación de la provincia a lo largo del siglo XIX. Incluso hubo propuestas foráneas de creación de la provincia berciana (Pascual Madoz, Fermín Caballero, Lucas Mallada…).

Por todo lo visto, hay un revisionismo histórico que dignifica las dos provincias bercianas, la del Antiguo régimen y la de Villafranca. La del Trienio liberal siempre ha sido desprestigiada por su cortedad temporal, y la otra, del período absolutista ignorada por su dependencia parcial de León. Lo cierto es que ambas provincias forman parte del proceso institucional histórico. Incluso la actual Comarca legal está fundamentada en «sus singularidades y su trayectoria institucional», que se reconoce expresamente en el propio Estatuto de autonomía de Castilla y León (artículo 46.3).

Por todo ello, sería de esperar un reconocimiento político de este bicentenario provincial berciano, tanto por parte de las Cortes de Castilla y León como de la Diputación leonesa. No se puede ignorar el provincialismo histórico berciano y su importancia en las aspiraciones descentralizadoras actuales. En esta dinámica hay una deuda política con la reforma de la propia Ley de la Comarca, para reconocer las reivindicaciones bercianas pendientes (territorialidad, símbolos, competencias, elección directa, financiación, etc). Para integrar mejor esta Comunidad autónoma no hay que uniformizar más, sino integrar mejor los territorios singulares como El Bierzo con una descentralización renovada.

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