Diario de León
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Se abre la veda para la busca y captura del voto. Hay mucho ruido y por tanto muchos comentarios, unos inclinados hacia la derecha y otros inclinados hacia la izquierda. Todo hasta aquí normal, cada cual pone la carga de subjetividad que le indican sus «emociones». Yo como es evidente pondré la mía tratando de acercarme a la objetividad que se, no conseguiré. Estamos ya en plena «precampaña» electoral y es un buen momento de hacer balance de los partidos que gobiernan: el PSOE y U.-Podemos.

Otro día será el turno del PP y de su gemelo Vox… Reñidos pero «unidos». Las municipales de mayo serán el termómetro del «Sanchismo» y ellas determinarán si ha hecho los deberes o los ciudadanos le dicen, que no los ha hecho. Para estas municipales no estará en la lista de salida «Sumar», Yolanda Díaz será aún parte de U. Podemos y con ellos hará campaña. Luego, ya en las generales, si la izquierda a la izquierda del PSOE no se une, los problemas para Sánchez aun serán mayores.

El PSOE de Sánchez, llamado «Sanchismo» sobre todo por sus opositores: ha decepcionado a muchos socialistas por su aparcamiento en el «centro-izquierda», lugar inapropiado para esta ideología. Tiene Sánchez cosas buenas: intenta proteger y lo consigue a la mayoría social, mayoría que ha sido la reserva del voto del PSOE. Se ha tenido que manejar en condiciones poco propicias por la pandemia y la guerra de Ucrania fundamentalmente, y en cierta medida las ha podido controlar.

Sus mejores logros lo han sido en materia: de igualdad, la reforma laboral, el salario mínimo interprofesional, los erte, la subida de las pensiones, la ley de memoria, los fondos europeos… que han dado mucha tranquilidad a esa mayoría social. A reconocer sin lugar a dudas y que tendremos en cuenta cuando se nos requiera en las urnas. Sin embargo el mayor desgaste de Sánchez y con él el PSOE tiene nombre y apellidos: su constante coqueteo con los diputados de ERC y/o Bildu que no dudo han conseguido su acta en las urnas y que son partidos legales aunque Bildu no reniega de su pasado criminal.

Esto no supondría un mayor desgaste porque gobernar en estos tiempos no es fácil y más teniendo como oposición un PP en constante confrontación y un Vox demasiado nostálgico del pasado franquista.

Este coqueteo ha supuesto y está suponiendo un tremendo desgaste y de ahí que las polémicas medidas impulsadas por el gobierno de Sánchez que parecen «concesiones al independentismo» pero que no lo son. No hay concesiones al independentismo, o al menos no las ha habido. Sí las ha habido aunque en otro orden y con tajada económica.

Además el PP no ha querido apoyar al Gobierno en temas de Estado como debe hacer la oposición y como hizo Sánchez con Rajoy. Estas supuestas concesiones tienen nombre: la sedición, a la que convierte en desórdenes públicos agravados; la ley de malversación con penas para corruptos que roban para «si» o que roban para «otros», lo cual a mí me es indiferente, pues el que roba para otros me puede parecer gilipollas pero al fin y al cabo es un ladrón y reducir la pena me parece un verdadero atraso en nuestra forma de repartir justicia, si acaso endurecerla aún más; la que a mí me parecía una buena ley, la ley del solo si es si, no me lo parece tanto por la intransigencia de el Ministerio de Igualdad de convertir a niños, en «mayores» con capacidad para resolver un tema trascendental de su vida que puede tener consecuencias futuras y que debiera trasladarse a un momento de sus edades en la que demuestren que tienen esa capacidad intelectual lista para discernir lo que quieren ser en el futuro sin tener que pedir cuentas a la sociedad por haberle dejado tomar una decisión cuando no tenía capacidad para tomarla. Con esta puntualización por mi parte, el rigor máximo para los agresores sexuales, sin rebaja de penas, sino más bien endureciéndolas.

Estas tres leyes o reformas o como quieran llamarlas, preocupan a los votantes socialistas y rebajan el nivel de popularidad de Sánchez y de todo cuanto le rodea y desgasta por lo mismo al propio PSOE que «no remonta», más bien sus expectativas van a la baja. Por otra parte, la actitud de algunos «barones» de todos conocidos (léase Page, Lamban e incluso Vara) no beneficia en nada con sus declaraciones contrarias a la toma de decisiones de Sánchez.

Reconozco que estoy algo confuso con lo de: «voy a proteger a la clase media trabajadora». Me parece un concepto sociológico en función de los ingresos. Si lo dice porque es mayoritaria, pues le falla el concepto de solidaridad de los valores progresistas. A mí, me interesa más la clase baja y los «sin clase».

Ha intentado hincarle el diente a los grandes pero, solo ha quedado en eso, un intento. Su figura toma mayor dimensión cuando sale de España donde ha conseguido objetivos importantes y algún que otro fracaso, esto estimula su egocentrismo y lima su figura. Se maneja, muy bien en inglés y luce… luego en los despachos pues hace lo que puede.

La izquierda a la izquierda del PSOE debe recapacitar de que: «el liderazgo de Yolanda Díaz es prometedor, pero no se puede sumar sin Podemos, Más País…». Montero, Iglesias, Belarra o sea Podemos, deben recapacitar y saber que solos no van a ninguna parte. Todos los dirigentes de Podemos han perdido «popularidad» y carisma y no han tomado el cielo, están en tierra, ya no atraen. Caminan hacia la desaparición. Deben ver que la izquierda a la izquierda del PSOE tiene que ser liderada con alguien que en la actualidad tenga carisma y esta no está en Podemos. Deben bajarse del carro, ponerse el mono y a trabajar por un partido de izquierdas que todas las encuestas dicen que debe liderar Yolanda Díaz con su proyecto: Sumar. Confío en que se integren en esta plataforma sin exigencias ni personalismos.

Podemos y otros partidos de izquierda a la izquierda del PSOE deben ir unidos a las generales, se deben aparcar «egos» y ponerse de lado y si cae algo pues cae, pero caer algo por imposición es un grave error. Sumar solo puede ser eficaz si consigue una alianza con todos los partidos de izquierdas.

Exigir a Díaz puestos preferentes en las listas electorales de la futura coalición es ir a otro fracaso. No conseguido este objetivo, han pasado a promocionar a Belarra como alternativa a Yolanda Díaz. Belarra reclama que: «La unidad es más importante que la candidata», que «Puede que con Podemos no alcance, pero sin Podemos no se puede». Son apreciaciones muy pretenciosas.

Evidentemente la unidad no está de su parte y esto no es «juego de tronos» señora Belarra, usted debe ver como vemos muchos que la realidad pide a YD, no a Iglesias, Montero, o usted misma. Se da por hecho que entre Podemos y Yolanda Díaz no habrá entendimiento y que irán cada uno por su lado a las próximas elecciones. Las encuestas dejan claro que ocurrirá si no van juntos y estas concluyen en que si Podemos y Sumar acuden divididos a las elecciones perderán 25 diputados. Solo alcanzaran según los sondeos 32 diputados, frente a los 57 que obtendrían si concurren juntos y que les pondría en tercer lugar con un 18,7% de los votos. Lo dicen las encuestas. No es mal objetivo.

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