Diario de León
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Andrés Mures Quintana
León

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Cayetana Álvarez de Toledo-Giraud Peralta-Ramos es una escritora, periodista, tertuliana radiofónica, ensayista brillante, intelectual reconocida y ex portavoz del grupo popular en el Congreso desde hace pocos días. Una muerte anunciada, ya que la indómita marquesa no encaja-encajaba ni poco ni nada con este Partido Popular de Pablo Casado y su alter-ego Teo García Egea, que poco a poco se ha ido convirtiendo en una continuación de lo que significó en su momento el tándem Mariano-Soraya. Su nombramiento (julio 2019) fue festejado en su día por todo lo alto y considerado un éxito de altura de Pablo Casado. No obstante hubo alguna mente preclara que atisbó que el perfil de la hispano-gala-argentina (posee las tres nacionalidades) no encontraba costuras ni en el partido del que había sido diputada en tres ocasiones, ni en el escenario que a día de hoy presenta la cámara de la soberanía popular. Hay bastante de cierto en esta reflexión. Aunar el perfil, biografía y trayectoria de algunos de los sujetos que pululan por el hemiciclo (Rufián, Garzón, Iglesiás-Coletas, los Bildus, Errejonín) o de las estrellas del feminismo radical (Lastra, Montero, Yolanda, Calvo) con Cayetana, puede parecer una burla. La marquesa, a más de brillante, destila un aroma cosmopolita que no resiste comparación con el que emana de Vallecas. En su día, Álvarez de Toledo fue alumna destacada del New College adscrito a la Universidad de Oxford. Su tesis doctoral (atento Sánchez) sobre el virrey Juan de Palafox obtuvo una mención cum laude de manos de John Elliott, hispanista por excelencia y eximio catedrático de una de las universidades más prestigiosas del planeta. Si repasamos los curriculums de los diputados actuales, nadie o casi nadie puede hacerle sombra a la ex portavoz popular, cosa fácil de creer, porque el nivel de la Cámara hace ya muCayetana Andrés Mures quintana ANALISTA POLÍTICO Y EXPERTO EN RELACIONES INTERNACIONALES chos años que descolgó el listón de eficiencia y capacidad al nivel del suelo. La señora Álvarez de Toledo ha errado el tiro, y por momentos ha olvidado dónde estaba y cuál era su papel. Un partido político se rige por unas reglas, tanto internas (que suelen ser más bien rígidas y estrechas de contexto) como las que de forma sobreentendida establecen su relación con todos los entes que delimitan el establishment y pululan por el escenario político. En cuanto al régimen interno, no hay más que recordar aquella frase célebre siempre atribuida a otro animal político como era Alfonso Guerra: «el que se mueve no sale en la foto». En estos días, aparte del episodio de Cayetana, conviene traer al terreno de los hechos consumados las purgas que ha habido en los últimos tres años en Podemos, siempre a cargo de los peones de brega (Mayoral y del Olmo) que Iglesias-Coletas tiene a su retortero, y donde le redondean la faena de destrucción masiva la conyuga Montero y ese extraño monaguillo que oficia de Raputín, el tal Echenique. Conociendo estos antecedentes, Cayetana se ha dejado llevar más por su ideario (excelso sin duda) que por la reglamentación que impone la pertenencia, ya sea ésta a un partido político, a una secta religiosa o a una cofradía sevillana. La tesitura, la andanza y el final, siempre se amoldan a un guión previamente escrito, y al que hay que someterse so pena se saltar por los aires, como ha sido el caso. Podemos preguntarnos, no obstante, quién puede quebrar estas normas preestablecidas. Respuesta fácil: si nos ceñimos al terreno de la política, puede plantar cara al sanedrín dirigente alguien con fuerza necesaria que siempre está respaldado por votos y por triunfos. Ahora mismo, nadie en el Partido Popular puede esgrimir esta excelencia excepto Núñez Feijóo, máxime después de su rotundo triunfo de hace unas semanas. Él ha sido el artífice principal (junto a Egea) de que Cayetana haya cogido impulso hacia la estratosfera. Resultaría interesante saber si la entrevista de Javier Casquero a la ex portavoz en El Pais del domingo 16 de agosto fue el detonante de la caída en desgracia. Muy posiblemente sí; por lo que dijo a lo largo del interrogatorio del periodista, por las respuestas firmes y cortantes y, sin duda alguna, por el medio escogido, nada sospechoso de regar con agua bendita al Partido Popular. Y qué consecuencias tendrá la salida de Cayetana (probablemente también del círculo popular); pues parece que lo que se pretende, en palabras del propio Casado, es “centrar” el partido. Esto ya lo ensayó en su día Mariano, y seguimos preguntándonos a día de hoy en qué consistía tamaña pirueta. El escenario político en España ofrece perfiles desalentadores. Hay un Gobierno absolutamente tirulato que es incapaz de todo punto de mantener una línea de actuación coherente. A excepción de Margarita Robles titular de Defensa, el resto compone una extraña orquesta que desafina a cada pieza de principio a fin, a lo que contribuye en buena medida el director de la banda. Imaginar por una momento que Montero-Marizú Farruquita (Hacienda), Montero doña Irene, la simpar Celáa, Yolanda, Castells, Garzón, Ábalos de Caracas, etcétera, pueden salvar este barco, es hacer juegos malabares con la imaginación desbordada. Desgraciadamente España camina con paso firme por la senda del caos, tanto por el carril social como por el económico, y el horizonte se vislumbra con ribetes de catástrofe. Si a esto añadimos que la oposición por un lado está encorsetada y pusilánime y por otro anda dando bandazos como pollo sin cabeza, tenemos justamente el esquema ideal del desastre anunciado.

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