Diario de León
Publicado por
Manuel Moreiro
León

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El equipo del color del merengue (o el del azul y granado, o el del rojo y blanco; así en adelante para ustedes, queridos seguidores de nuestra prensa diaria) ha entrenado con normalidad esta mañana en su ciudad deportiva, con las sensibles bajas del defensor lateral por la izquierda y la del cerebro en el centrocampo, pero los servicios médicos del club determinan que ambos futbolistas se recuperarán para el trascendental partido, el del siglo, a disputarse en un mes y medio.

El resto de bajas médicas son las consabidas desde hace más de dos semanas, nunca deseadas. ¡Qué lata! El ariete titular del equipo se mostró antier con ciertos problemas estomacales, causa que hace temer por su participación de inicio en el próximo encuentro (dentro de tres días) frente a un rival segundón, con la finalidad de continuar la racha victoriosa que laurea al equipo más en forma del actual panorama futbolístico nacional, ídem europeo.

Hay mucha fe puesta en ello. Parece ser que el estilete blanco, o blanquirrojo, o granañil, eyectó en la tarde de ayer deposiciones fecales blanditas, y como verdes. Buf, qué mala pinta. El metegoles sin igual en el mundo del fútbol es flamante Balón de Oro, aspirante al premio futbolístico The Best, evidenciando clara voluntad de hacerse en breve con el galardón The very very best in the world , sin renunciar jamás al The most handsome.

Los compañeros del equipo, corifeos del héroe que comparten idéntica vestimenta, le animan a seguir brillando y así les muestre lo del saber estar sobre la cancha, dominar el juego a ras y ganar todo y todos los partidos. Deporte y rasga. Yo me lo guiso, yo me lo como.

Los hinchas del club del fútbol con presupuesto de unos mil millones y fichajes de la sidealidad, cuando menos del orbe conocido y manejado, relamen la miel en sus labios por ganar y por volver a ganar. Trofeos y medallas, preseas y poder, que es lo que vale.

El equipo, ya dijimos, juega dentro de unos días, y hace otros días que cerró su último partido. El míster, loco por la comba, muestra su humano orgullo de dirigir al elenco tan suculento y tan fino; tan selecto. No piensa cambiar de club salvo que —ley de vida— el futuro le lleve a otro gran club, claro. El jugador de la raza y de la casta divinas es venerado por unos y adorado por otros entre los incondicionales del club lábaro del deporte rey.

Ganar, ganar y ganar. Ovacionado que fue por la forofada cuando su comparecencia ante la Ley (¿?), parez que por causas de fraude fiscal ante la Hacienda patria. Se paga una cantidad pactada, se levanta la sesión. Él no sabía. El héroe semidiós del plantel de las camisetas granazules, albas, blanquirrojas, anda in albis en esas cuestiones, visto que sin él el fútbol deambularía en taparrabos.

El presidente y muñidor de las cosas varias de este noble deporte del balompié presume en diplomacias procurando el colegueo por generar una competición que sea únicamente entre los equipos futboleros selectos de la vieja Europa, los elegidos por el altísimo, mostrando músculo crematístico, largueza de miras, empoderamiento de sus gentes y clara voluntad, sin temblores, de establecer el supremacismo futbolero entre similares, aquellos (ellos) los designados por Fortuna, escribidores que son de la Historia más grande nunca exhibida en lo del juego (¿grupal, colectivo? —¿cuándo el delantero por el centro se las vio de arquero, de central diestro, de centrocampista de cierre?—.

El premio a cada puesto, a dó está?). Dirigente tiogilito, titiritero de los hilos con la genuflexa prensa, con la gobernabilidad política/social, hasta con las gentes del bien, o del mal. Las finales competitivas, todas ellas, deben suceder entre estos equipos de la Europa reinante en lo del futébol (con alguna intrusión de equipo iberoamericano de parecido nivel —si lo hubiere— para las cuestiones ya del Mundo de la pelota al pie). Las competencias deportivas (¿?) todas, también. Queridos y admirados oyentes, televidentes, amados lectores, les mantendremos informados sobre la evolución médica y futbolera del pivote blanquirrojo, granazul, blanquimorado, así como de sus affaires con la prensa extranjera y del lapso de sus administradores y asesores para con el Fisco patrio. Cáchis. Despiste y gol. Ovatio sin límite. Por cierto, hoy han tenido lugar estos tres partidos entre equipos de la Primera División, estos cuatro de Segunda y cinco más de la Liga Federación. Sus resultados han sido… Encomiando la ejemplaridad y el talento de tanto futbolista de arte y de parte que, a chitón, tiene por costumbre y vida ir de tapado, pasando desapercibido al gentío tifosi de la pelota al pie.

Igualmente a los clubes del fútbol —y de todo deporte— que rinden tanto o más de sus posibilidades económicas y/o sociales, vaya, de su presupuesto. Agradeciendo su existencia.

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