EDITORIAL: Una hoja de ruta que debe cumplirse fecha a fecha

El cronograma de las obras del soterramiento de las vías del tren, que hoy publica este periódico, explica por sí mismo unos trabajos que resultan complejos pero que están llamados a cambiar el urbanismo del oeste de León, aunque no sea ya, ni de lejos, como inicialmente se diseñó. Más bien, es lo que se ha podido salvar con los condicionantes presupuestarios de la crisis.

La reciente visita del ministro de Fomento a la capital leonesa dejó varias fechas, entre ellas ésta que hace referencia a la solución técnica que resuelve definitivamente el paso del ferrocarril por la ciudad de León, y que implicará, además de superar el paso a nivel del Crucero, un ahorro importante en el viaje a Asturias, ya que no se tendrá que dar ya el rodeo actual.

A la vista de las fechas, lo que hay que exigir, empezando por Íñigo de la Serna y siguiendo por los técnicos de Adif y de la empresa adjudicataria, es que los plazos se cumplan escrupulosamente. Pueden surgir problemas, pero las soluciones no se pueden demorar semanas. En primer lugar, por la fecha comprometida para finalizar la obra, y también porque no se entendería un nuevo incumplimiento a la vista de los que acumulan otras grandes infraestructuras, como la integración de Feve, el proyecto de la autovía León-Valladolid o la Variante de Pajares, por poner tres ejemplos.

León necesita recuperar el pulso de la obra pública. La hoja de ruta de la integración debe abrir paso a una nueva ciudad que tiene ante sí la última oportunidad de salvar la histórica barrera de las vías del tren.