Diario de León

TRIBUNA

Elecciones en Astorga: el relato de los hechos

Publicado por
Victorina Alonso Alcaldesa en funciones de Astorga
León

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S on muchos los ciudadanos y ciudadanas de Astorga y de sus pedanías que me piden que explique una serie de acciones descalificaciones e insultos, que, incluso en periodo electoral, han lanzado contra mí determinados personajes ligados a mi propio partido, y que han sido claves para explicar los malos resultados de las elecciones. En atención a ellos, y también por respeto y afecto a quienes nos han votado, quiero realizar un relato de los hechos, tal como los he vivido:

—Hace 4 años, ante las malas perspectivas electorales que se barruntaban en Astorga para el Partido Socialista, la secretaria de Organización y el entonces alcalde, me pidieron que me presentara a la alcaldía. También se me rogó que lo mantuviera en secreto. Así lo hice, pues empeñe mi palabra. A nadie se consultó de la ejecutiva, ningún militante de los 36 afiliados supo nunca nada. No se me permitió elegir a los concejales, cuya lista se me impuso, siguiendo las mismas pautas de todas y cada una de las elecciones anteriores.

Ganamos las elecciones para disgusto de algunos que habían hecho suculentas apuestas sobre nuestro fracaso. Tras los comicios, se intentó que pactase con el PP e incluso se me vetó cualquier acuerdo con el Pal-ul. Luego continuaron las «sugerencias» en otras líneas de gobierno. No admitimos pactos, no quisimos guerras ni tampoco injerencias. Empezaron los problemas. Durante toda la legislatura se ha pretendido manejar la labor de gobierno indicando de forma directa o indirecta el camino a seguir, especialmente en temas relacionados con turismo. Se me presiona también en materia de obras; no lo acepto, porque en primer lugar defiendo los intereses de Astorga. Y a medida que me niego a ser manipulada crece el malestar con parte de mi grupo político.

He podido equivocarme en múltiples ocasiones de mi vida, seguramente he tomado decisiones que no fueron acertadas, pero las he tomado bajo mi responsabilidad y siempre he asumido las consecuencias... Por ejemplo, he querido luchar por un Parque de Bomberos, en contra de la opinión de algunos de mi grupo, y no ser sumisa con una Diputación sumida, además, en el desgobierno y la corrupción. He apoyado a quien creía que lo necesitaban. He procurado ser justa en las contrataciones y adjudicaciones.

La guerra contra mí, que antes era soterrada, se vuelve abierta. Se comienza a desestabilizar la Junta de Gobierno y a los concejales principalmente a través de Juan Simón, que siendo concejal de Deportes y teniente alcalde, tomaba decisiones contrarias a la buena marcha del Ayuntamiento, que no solo me afectaban a mí como responsable última, sino también a algunos funcionarios contra los que desató una guerra irresponsable y absurda.

Después vino la ofensiva final. De una manera indecente, con nocturnidad, alevosía y juego sucio, prepararon sin conocimiento de la secretaria General —cargo que ostentaba en aquel momento quien esto suscribe— una candidatura fantasma.

Me reuní con el candidato y le confirmé que iba a presentarme tal como estipulan las normas del Partido Socialista. Hablé también con el secretario Provincial, el secretario de Organización, y el secretario autonómico y recibí su apoyo. Al comprobar luego que esa candidatura fantasma era obra de buena parte de la Ejecutiva, maquinada a mis espaldas de forma antidemocrática, presenté mi dimisión como secretaria general. Se nombró entonces una Gestora, tal como determinan los estatutos del partido en situaciones similares.

Una vez confirmada como candidata oficial me pongo a la tarea de elaborar una lista para las elecciones municipales, reuniendo a personas de mi partido e independientes, hombres y mujeres cualificados por su gestión profesional y su visión social; una candidatura de altura profesional y ética.

En precampaña y durante la campaña, se empiezan a publicar una serie de escritos firmados por algunos miembros de la ejecutiva disuelta y algunos militantes y simpatizantes suyos; textos difamatorios, ofensivos e insultantes hacia el Partido Socialista, la alcaldesa, el secretario provincial Tino Rodríguez, y a todos y cada uno de los miembros de la candidatura.

A ninguno de estos escritos hemos querido contestar, confiando en que sus autores se darían cuenta de la deslealtad y el daño que estaban haciendo a las personas, a la ciudad y a ellos mismos. Por respeto a la ciudadanía astorgana, no hemos querido entrar en una campaña barriobajera de insultos y falsedades, sino explicar datos de la gestión y del programa electoral.

De nada sirvió el silencio. Los escritos se fueron recrudeciendo durante toda la campaña hasta el punto de afectar, a mi modo de ver, al resultado de las elecciones que se perdieron para el Partido Socialista. Y para una ciudad. Nada les ha importado salvo sus intereses.

Queridos vecinos, queridas vecinas, a quienes he podido explicaros esta situación os ha extrañado que no la haya hecho pública. No he querido contarle a nadie los problemas que existían confiando en que así, quizá, podrían arreglarse. Como cuando uno sabe que su hermano ha cometido un error o tiene problemas graves y prefiere buscar soluciones guardando y sufriendo en silencio la situación Eran mis compañeros de toda una vida al servicio de la ciudad.

Y los otros, los que sabéis solo una versión, debéis conocer esta otra.

Si ha habido falta de democracia ha sido por parte de estos señores. Si se ha jugado sucio ellos han montado el juego.

Y todo ¿por qué? me preguntáis muchos de vosotros. ¿Intereses? ¿Envidias? ¿Ambición? ¿Pactos previos? Tampoco mi valía es tanta como para derrochar esta tremenda energía contra mí.

Alguno me ha dicho que, según relata Joaquín Carro el correveidile oficial, su desproporcionado y agresivo ataque está relacionado con la mala gestión, y ponen de ejemplo que no se ha aprobado el Plan General de Urbanismo, ni el Pliego de las Basura, ni se ha conseguido el Parque de Bomberos… Pero creo que todos conocéis que esos problemas se arrastraban de la legislatura anterior y, algunos de ellos, los tenía que haber gestionado precisamente el concejal Sr. Carro. Además, en los escritos enviados a la prensa nunca se habla de gestión, solo se ofende, descalifica o difama.

Problemas ha habido muchos, heredados unos, nuevos otros, No ha sido fácil resolverlos todos; la nueva legislación, la situación de la Diputación de León, la mala práctica de una oposición del PP que casi desde la mitad de la legislatura estaba apoyada por personas que se dicen socialistas, que invocan la democracia. Pero ni socialistas, ni demócratas. Confío en que se den de baja cuanto antes de un partido —el Partido Socialista— cuyos lemas son la honradez y la solidaridad.

Este es mi relato, muy resumido. No tendré problemas en ampliarlo si en algún momento es necesario. Sólo quiero que quede constancia de cómo han sido los hechos, de mi permanente posicionamiento en defensa de los intereses de Astorga, anteponiéndolos a los de otros, y de mi gratitud a todos los que confiaron y confían en mí.

Y ahora mi objetivo es pasar esta página y trabajar por una ciudad magnifica y noble, trabajar por Astorga.

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