Diario de León
Publicado por
José María Prieto Serra, escritor
León

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Tenemos a un presidente de Gobierno absolutamente increíble. Increíble en los dos significados más importantes de este término. Increíble, debido a la nula credibilidad que tiene, a lo mentiroso que es, por naturaleza, e increíble por esa opción que el propio ciudadano hace suya cuando quiere decir que algo es inaudito y ridículo. Pues bien, otra prueba más de que todo lo anterior es cierto, la tuvimos en la entrevista que se dignó conceder este personaje al programa Espejo Público de Antena 3.

Haciendo de profeta, cómo no, y por tanto anunciando profecías sobre el futuro político de España y después de contradecirse diciendo que el PSOE, después de todo eso, hizo el gran anuncio del día. España caminará políticamente con el PSOE en el poder y con el espacio Yolanda Díaz. ¿Qué será eso del espacio Yolanda Díaz? Él, naturalmente lo sabrá, faltaría más, pero es que además lo da por supuesto; es decir ahora voy a poner nerviosa a la derecha y voy a crear algo que solo yo, como inventor, sé lo que es.

Estamos llegando a unos límites que sobrepasan cualquier previsión hecha con sentido común, pero que son seguidas, esa previsiones, por el rebaño que le rodea. Este personaje, se siente vencedor de la pandemia, de la crisis, de la previsión de crecimiento para nuestro país y hasta de la guerra de Ucrania.

Por supuesto ni una palabra, ni media, sobre las ayudas prometidas y paseadas por los medios de comunicación, de las ayudas prometidas, digo, a las pobres gentes de la isla de La Palma. ¿Ya se nos ha olvidado, verdad? ¿Qué le hace falta a este ser, para que diga una cosa y la cumpla, especialmente cuando se refiera a aportar ayuda, a compartir proyectos o a ser una persona valorada en el exterior como el cree que debe serlo? Aún no se da cuenta. Pero todo tiene su fin, incluso la estancia de este mentiroso en la Moncloa.

La aparición de Alberto Núñez Feijóo, ha sido como cuando aparecía John Wayne para despejar el camino de indios. O mejor. El malo se sentía muy incómodo con Wayne cuando se sabía que ganaría. Pues eso está pasando aquí, salvando las distancias. De repente ha aparecido aclamado y vitoreado Feijóo y, amigo mío, las cosas han cambiado.

La primera y pueril reacción del malo, ha estado muy clara. Unir a Feijóo, con la extrema derecha. Claaaaro. Era lógico. Y entonces aparece él, con una cosa que se llama «espacio Yolanda Diaz». Aquí en León disfrutamos de algo que se llama Espacio León que sí se ocupa de procurar bienestar al ciudadano, pero espacio Yolanda Diaz me da que no es igual.

Pero seguimos. El presidente es muy mentiroso pero no es tonto. Siente que se avecina una tormenta y comienza a prepararse y a pensar a quién va a echar la culpa, (por supuesto, ya lo sabe) de esa tormenta. Y, ya ha comenzado, como digo a unir al PP de Feijóo, con la extrema derecha. Difama que algo queda. Era muy fácil. Y, por supuesto definir al PP como el partido de la corrupción.

¿Que no menciona usted, presidente mentiroso, a la corrupción en Andalucía en tiempos de Chaves y Griñán? Ni falta que hace. Usted dice que «no es no» y ale, a otra cosa. Oiga, ¿y Bildu, y Unidas podemos, y ERC y todos esos, no son extrema izquierda? Ah, perdón que «no es no».

Comprenderán ustedes, queridos lectores que esto se podría convertir en una lucha sin cuartel eterna. Pero no, ya digo que ha aparecido John Wayne-Núñez Feijóo, y tenemos un ambiente donde se respira, honradez, verdad, ilusión, verdad, dedicación, verdad, entusiasmo, verdad, sentido común, en fin.

Hasta el «nada mentiroso» CIS, está pronosticando la que se avecina.

Y todo esto, por la descomunal ambición de poder que tiene el Presidente mentiroso y por su férreo deseo de no salir de Moncloa. Ocurre que ya hemos pasado el ecuador de la presente legislatura y hasta muchos de sus propios partidarios comienzan a poner en duda las ideas que emanan de esa cabeza privilegiada, de ese Presidente mentiroso, que no nos merecemos pero que seguimos soportando.

El espacio Yolanda Díaz está extrañando hasta la propia Yolanda Díaz y así, la verdad, es muy difícil ir a ninguna parte. (Digo yo que eso debe pensar, aunque no lo diga, la propia Yolanda Díaz)

Suele decirse, quizá por una tradición mal nacida que los otoños en el panorama político suelen ser «calientes», pretendiendo demostrar el movimiento que se producía en los cuarteles generales de los partidos. Ahora vamos cara al verano y al otoño le vemos algo lejos aún. Pues los nubarrones, anuncian una primavera-verano que nos va a proporcionar entretenimiento. Y sino al tiempo.

De todas formas me quedo pensando ¿qué será eso del espacio Yolanda Díaz?

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