Diario de León

¿España está siendo rescatada por el BCE?

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¿España está siendo rescatada por el BCE? Una pregunta que bien pudiera ser una afirmación, pero ha de ser el manirroto de Pedro Sánchez quien ha de clarificar si lo correcto está en la pregunta o en su afirmación.

La verdad es que no nos hemos sorprendido por lo que relata Juan T. Delgado en su crónica económica del domingo 7 de agosto.

Hace tres años y medio, el 20 de marzo de 2019, escribíamos un artículo en esta misma tribuna titulado Estabilidad en el que decíamos que «Pedro ‘Dedazos’, déspota y con ideas y planteamientos económicos retrógrados, quiere devolvernos al pasado. Más gasto, más déficit, más deuda, más impuestos y más paro. Es fácil adivinar el final: inestabilidad económica y recesión. La ‘fiesta’ la pagarán los de siempre, las clases medias, especialmente funcionarios, asalariados, autónomos y pequeñas empresas». El 22 de mayo de 2020 lo recordábamos en otro artículo titulado España en quiebra ; volvíamos sobre el tema el 17 de abril de 2021 en el artículo titulado ‘Crisis de deuda’; e insistíamos como nueva advertencia el 15 de enero de 2022 con el artículo titulado España, de mal en peor. Los malos augurios parece que se confirman.

Juan T. Delgado escribe que «las cuentas de Fráncfort no engañan. El BCE lleva dos meses tejiendo una red de seguridad para evitar que la economía española se la pegue. También la italiana y la griega, en el foco de los inversores desde que la institución que preside Christine Lagarde certificó el fin de una larga era de ayuda financiera y monetaria.

España soporta uno de los mayores niveles de deuda pública de la Eurozona y es un mal ejemplo ante sus socios con problemas enquistados como el paro juvenil o el desequilibrio de las cuentas de la Seguridad Social

Si los Tesoros de España o Italia no están pagando más por colocar su deuda se debe, en buena parte, a la actuación silenciosa del BCE. Esa acción explica por qué las primas de riesgo han vuelto a niveles ‘aceptables’ tras repuntar hasta cotas preocupantes hace apenas mes y medio. Ante la imposibilidad de gastar más fondos en deuda, el banco central está aprovechando el único resquicio que le permite la UE: la reinversión del dinero que ha destinado a la compra de bonos en los últimos años, con los distintos programas desarrollados. Según la última actualización, publicada esta misma semana, el BCE ha acaparado más deuda española por dos vías. La primera la avanzó Vozpópuli: desde el 1 de junio al 31 de julio, invirtió 5.914 millones de euros en bonos de nuestro país… La institución está usando la liquidez que obtiene con la deuda vencida de otros estados, fundamentalmente del norte de Europa. El ‘modus operandi’ es el siguiente: en vez de reinvertir en bonos alemanes u holandeses canaliza los fondos hacia los títulos de países del sur. La prueba está en que, además de España, se han beneficiado de esta estrategia Italia, Grecia y Portugal. En total, los cuatro países han recibido un ‘manguerazo’ de casi 18.000 millones. Todos los movimientos se han llevado a cabo reinvirtiendo fondos del Programa de Compras de Emergencia frente a la Pandemia (PEPP, según sus siglas en inglés), constituido en marzo de 2020 para afrontar la crisis de la Covid.

Pero el BCE ha aprovechado también —y aquí está la novedad— la flexibilidad que le proporciona otro programa: el Public Sector Purchase Programme (PSPP). Éste fue constituido en 2015 para afianzar la recuperación tras la crisis financiera de 2008 y permitía adquirir tanto deuda pública como privada. Sólo en el mes de julio, el BCE reinvirtió 1.727 millones de euros en bonos españoles y otros 2.256 millones en italianos. El dinero procedía, básicamente, de la desinversión en deuda alemana (3.649 millones) y holandesa (3.065 millones)…

Ambos programas ya han sido dados de baja. Sin embargo, la institución de Fráncfort se reservó la posibilidad de seguir moviendo el dinero en circulación. Este factor es clave para entender cómo el BCE está protegiendo a las economías más vulnerables en un periodo de transición como el actual, desde la etapa de intervención masiva en el mercado al nuevo escenario sin ayudas y con los tipos de interés al alza…

El BCE está dando sus últimos pasos con sigilo. No conviene publicitar la intervención en los mercados de deuda, entre otras cosas, para no alterar a los grandes inversores, demasiado sensibles con el panorama que se avecina en otoño, por los niveles inaguantables de inflación y el riesgo de desabastecimiento energético…

El último boletín económico de la institución, difundido estos días, refleja la preocupación creciente en Fráncfort de cara a los próximos meses… El banco central hará todo lo que esté en su mano para suavizar el batacazo. Ahora bien, hasta en su Boletín Económico reitera que los Gobiernos del euro también deben hacer sus deberes…

El mensaje parece teledirigido al Ejecutivo español. Pedro Sánchez y los ministros del área económica deben darse por aludidos por varios motivos. España soporta uno de los mayores niveles de deuda pública de la Eurozona y es un mal ejemplo ante sus socios con problemas enquistados como el paro juvenil o el desequilibrio de las cuentas de la Seguridad Social. Para colmo, el Gobierno está elaborando unos Presupuestos Generales del Estado con un techo de gasto récord. El BCE está dando ejemplo de paciencia y flexibilidad. Pero tiene un límite».

Mientras unos hacen los deberes, otros se quitan la corbata, cogen el Falcon y se van de vacaciones.

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