Diario de León

El futuro del planeta depende de la educación económica y financiera

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El día de la educación financiera siempre es un buen momento, para recordar la importancia de la necesidad del conocimiento permanente de una ciencia que se llama economía y que tiene como objetivo, abordar el reto de la gestión eficiente de los recursos escasos. El resto de días del año, también deberíamos tenerlo muy presente.

Aunque gestión eficiente de los recursos, parece un tema de rabiosa actualidad, realmente ya era así para el hombre de las cavernas. Que los recursos son escasos es una realidad a la que se enfrentan las distintas generaciones y las sociedades en su conjunto, a lo largo de la historia. Hablar de gestión de recursos, siempre conlleva poner al lado, que necesidades se quieren cubrir. A partir de aquí comienza un debate interesante en las familias, las empresas y los gobiernos. La experiencia nos demuestra, que la gran mayoría de las personas siente que no tiene cubiertas sus necesidades, independientemente de cual sea su nivel de vida o el del país en el que vive. El reto al que todas las personas nos enfrentamos, sobre todo a partir de que nos independizamos económicamente del núcleo familiar, es como conseguir ingresos y a qué destinarlos. Las capacidades, valores, talentos y aspiraciones, junto con nuestros conocimientos económicos, serán determinantes en la toma de las decisiones.

Quienes toman decisiones de forma ineficaz, durante mucho tiempo, al margen de que sean personas físicas, empresas y gobiernos, están abocados a situaciones económicas de importantes y graves consecuencias, para ellos o para los que se ven afectados por dichas decisiones. Así como a la inversa, a modo de circulo virtuoso, o círculo vicioso en el otro caso.

Los 17 objetivos de desarrollo sostenible tienen directa o indirectamente implicaciones económicas y financieras

Los 17 objetivos de desarrollo sostenible para ayudar el planeta, tienen directa o indirectamente implicaciones económicas y financieras. A fin de cuentas hablamos de gestionar recursos, es decir, materia, por tanto hay que tener unos conocimientos económicos mínimos, para saber que hacer cada uno de nosotros de manera sostenible, en el que el derroche, el despilfarro y el consumo irracional, no deben tener cabida. Si hablamos de gestión de recursos comunes, ya podríamos hablar de indecencia e inmoralidad, la mala gestión de los recursos.

¿Cómo va a ayudar al planeta quien gasta de forma constante más de lo que ingresa, como un hábito constante en su vida? ¿O quien no paga sus deudas? ¿O quien teniendo capacidad productiva, sólo gasta y no aporta nada a la sociedad? ¿Cómo puede ayudar al planeta el estudiante que no valora el gasto que supone su formación, para revertirlo en algún momento a la sociedad y con ello seguir formando a nuevas generaciones? ¿Cómo puede ayudar al planeta el buscar beneficios constantes, sin importar como se consiguen o a qué se destinan? ¿Cómo puede salvar el planeta, una persona egoísta que sólo piensa en lo que se puede llevar y no en lo que puede compartir?

El objetivo 18 debe ser, salvar el planeta, pero sin destruir al ser humano. Una especia amenazada de extinción, si no la cuidamos y protegemos, empezando por nosotros mismos, para después hacerlo con todos los demás, hayan nacido o estén en camino de nacer, pero con generosidad y sin egoísmos.

Para hacer todos los cambios que necesita la sociedad en su afán del salvar al planeta, y por ende a todos los que lo componemos, la parte financiera será decisiva. Porque la pregunta es ¿cómo y quien va a pagar todo esto?. La respuesta es que de una manera u otra, todos los vamos a pagar.

El gran aliado que tiene el planeta es el mercado de capitales, como financiador de proyectos sostenibles, a través de la evolución del ahorrador pasivo a inversor activo. Por ello, ahora más que nunca, el ahorro llevado a la inversión a través de activos financieros, bien sean bonos o acciones, de emisores públicos o privados, supondrán un gran espaldarazo para que en las próximas décadas, veamos una mejora sustancial en la sostenibilidad del mundo.

La educación económica y financiera, en su vertiente más humanista y sostenible, es la asignatura pendiente, que se abre paso poco a poco, como todo lo trascendente para la humanidad, pero que cada día tiene más personas involucradas y comprometidas, entre los padres, abuelos, educadores, amigos, familiares o profesionales, que con su actitud socialmente responsable, son conscientes de la necesidad de mejora en este campo. Para avanzar en su camino, tienen materiales didácticos, que pueden ayudarles en esa tarea, en www.fundacionmariajesussoto.com.

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