Diario de León

El Gobierno deshonroso que odia a la Policía

Publicado por

Creado:

Actualizado:

El senado de la antigua Roma es un paradigma de lo que se puede esperar de la clase política que vive profesionalmente de ello. Poco ha cambiado la cosa en dos mil y pico años. Aunque pensándolo bien, hay alguna diferencia. Para los romanos, una muerte decente lavaba la vida indigna de un soldado o de un magistrado. No le deseo ese aprieto a nadie, por supuesto, pero es una metáfora traída a propósito. ¿Lavará el tiempo y las enciclopedias la indecencia de quienes ocupan las bancadas del poder en estos días?

Corruptelas, mentiras, infamias, maldades, deslealtades, engaños, vilezas, bajezas, ruindades… Se agotan los sinónimos y no alcanzan.

Verbigracia, un Gobierno que pacta con los herederos directos de los terroristas etarras para mantener el poder a cualquier precio. Denigrante. Y lo es aún más cuando la sangre de las víctimas humilladas está caliente y 300 crímenes sin resolver claman justicia desde los cementerios.

Lo que mal empieza, mal suele concluir tarde o temprano. Cambiar la historia con relatos de blanqueamiento diseñados a la carta es en el fondo un trabajo estéril porque, como dijo Lincoln, puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, pero no puedes engañar a todo el mundo durante todo el tiempo. Un hecho que se pone claramente de manifiesto en la operación larvada, que de momento ha caído por su propio peso, para intentar lavar la imagen del FRAP, la banda terrorista que después de ETA, los Comandos Autónomos Anticapitalistas, el Grapoy los GAL, más asesinatos cometió en España. Es muy difícil, mucho, ocultar los muertos del tiro a quemarropa en la cabeza.

Cambiar la historia con relatos de blanqueamiento diseñados a la carta es estéril porque, como dijo Lincoln, puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo

La última paranoia gubernamental ha venido hace unos días de la mano del Ministerio de Igualdad. Desde el gabinete de la calle Alcalá han lanzado una campaña institucional en la que se acusa implícitamente a las FFCCS de racistas por cumplir la Ley Orgánica 4/2000 de derechos y libertades de los extranjeros en España, a la que lógicamente están obligados en un Estado de derecho.

Así, que los agentes identifiquen a ciudadanos que puedan hallarse ilegalmente en nuestro país, a los que puedan ser miembros de una mafia que trafique con esas personas o, entre otra variadísima casuística, a los foráneos sobre los que recaigan sospechas de algún delito tipificado en el Código Penal es, a juicio del Gobierno, “discriminatorio”. Por ello, desde el departamento ministerial animan a denunciar a los policías por estas prácticas “segregacionistas” y ofrecen el asesoramiento legal de su Dirección General. ¿Cabe mayor demencia? Todo el mundo sabe que son los propios cuerpos de seguridad, a través de sus unidades altamente especializadas, los que recogen e investigan cualquier denuncia de xenofobia o de racismo.

Cuando pasen unos años, y la perspectiva haya hecho su trabajo, nos daremos cuenta del verdadero nivel de indignidad política en la que estamos inmersos. Y no es una cuestión de posicionamiento político. En absoluto. La gangrena moral afecta a una gran parte del abanico ideológico.

En el imperio romano una vida indigna se blanqueaba con una muerte decente. Si hoy entendemos ese concepto de “muerte” como un arrepentimiento tardío por el mal causado a propósito, prácticamente ninguno de los miembros de este Ejecutivo, por acción u omisión, salvará el juicio de las enciclopedias clásicas…, ni siquiera el de la Wikipedia. Está probado que la historia no absuelve a dictadores, arcaicos o contemporáneos, ni a trampistas con disfraz.

tracking