Diario de León
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León

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Como si estuviésemos disfrutando de una película de ficción, los acontecimientos que estamos viviendo, serían realmente interesantes, si no fuesen reflejo de la desesperada realidad, que están viviendo muchos países y muchos ciudadanos.

Cuando en noviembre se anunciaron las primeras vacunas, el mundo asistió esperanzado al fin de la pandemia, ante las promesas políticas de la llegada de vacunas para todos, con horizontes temporales que nos llevaban al verano, para conseguir la ansiada inmunidad de rebaño.

Lo que está sucediendo con el proceso de vacunación, está poniendo en riesgo serio ese escenario y con él, las esperanzas económicas de recuperación de las maltrechas economías. El presidente de la Reserva Federal americana afirmaba en su última intervención, que la recuperación a niveles anteriores a la pandemia del covid se aleja en el tiempo.

Y lo dice el presidente del banco central de la primera economía del mundo y la que menos ha caído en los países occidentales en 2020, con un -3,5%, mientras que Alemania se dejó un 5% y España un 11%. Estos datos demoledores, sirven para puntuar la gestión de los responsables políticos de esos países.

En Europa y en concreto en España, empiezan a aumentar la voces que afirman que el sector de ocio y turismo, va a perder el verano de 2021, algo que no estaba en ninguna previsión. De la Semana Santa ni hablar, porque a efectos económicos, está totalmente desahuciada.

Lo que está sucediendo con el proceso de vacunación, está poniendo en riesgo serio ese escenario y con él, las esperanzas económicas de recuperación

La ultima semana del mes de enero ha sido especialmente dura para la presidenta de la Comisión Europea, ante la impotencia para obligar a la farmacéutica AstraZeneca a cumplir con el contrato firmado, para el suministro de vacunas a la Unión Europea.

Amenazas cruzadas y decepción generalizada son el resultado de los últimos enfrentamientos. Reino Unido, en esta guerra declarada, ha querido poner su afán patrio y de superioridad, para demostrarle a la Unión Europea, que estar fuera, en este asunto tan relevante, les está beneficiando, por el poder que ejercen sobre la farmacéutica y la fábricas que están en su territorio.

La Unión Europea no está consiguiendo ni la garantía de poder disponer de las vacunas que se fabrican en territorio comunitario. La preocupación en aumento, hasta llegar a la desesperación, se está extendiendo en muchos países europeos, por el aumento de cepas y el mayor contagio al que puede llevarles, si no se cumplen los planes de vacunación previstos.

Los países que están consiguiendo las vacunas, en mayor número y menor tiempo, son aquellos que han decidido pagar por ellas hasta 5 veces más de su precio establecido. Esos privilegiados, unos están vacunando a su población de forma masiva y otros ofrecen viajes de lujo a turistas que lo puedan pagar, para vacunarse.

A partir de aquí empiezan las certezas de que esta guerra por la vacunas, entra en el terreno de lo moralmente reprobable y por ello la convierte en una guerra sucia, a todas luces. Claramente, para quienes creen ciegamente que el fin justifica los medios, aquí no hay nada sucio, se trata de listos y tontos.

Para los ingenuos que creímos que la vacunación sería un proceso limpio y ordenado, como nos lo «vendieron los políticos», la realidad de la jungla en la que se mueven los intereses políticos y económicos, nos han vuelto a recordar que somos unos ilusos.

Afortunadamente, el virus no tiene una mortalidad tan alta y la vacuna una eficacia tan probada, como para que la gente incluso matase por conseguirla, porque ante el lamentable espectáculo que estamos viendo, seguro que tendríamos el escenario apocalíptico que a todos se nos viene a la cabeza.

La buena noticia es que seguirán apareciendo más vacunas y tratamientos, que la crisis de abastecimiento es de corto plazo, como sucedió con las mascarillas y los respiradores a comienzos de la pandemia del año pasado y que por tanto, debemos proteger nuestra salud e intereses económicos, más tiempo del inicialmente previsto.

Una vez más, no podemos esperar que el sistema nos proteja, por si no lo habíamos descubierto ya.

Los mercados financieros se están resintiendo ligeramente, pero nada comparable con marzo del año pasado, porque descuentan que esto es temporal y que la vacunación llegará a todos, aunque a distintas velocidades y para algunos, tras vender el alma al diablo, aunque posiblemente ya era del diablo anteriormente, por lo que ya no tienen nada que perder.

El resto cuidemos la salud, el patrimonio y el alma. Sobre todo esta última que es la que vivirá para la eternidad.

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