Diario de León
Publicado por
ALFONSO GARCÍA
León

Creado:

Actualizado:

En los últimos años se han «recuperado», como nunca posiblemente, muchos nombres que conforman la historia de esta tierra. Aunque el protagonista de la auténtica historia, mal que les pese a los que se autoestiman imprescindibles —el cementerio está lleno de personas imprescindibles, observó García Márquez—, es el pueblo, sabio sin duda, quien nunca suele rechazar a aquellos cuyas vidas tienen tanto de ejemplar. Más en estos tiempos.

Entre estos personajes en proceso de conocimiento y reconocimiento, un jesuita (Pardavé, 1865-La Habana, 1943): Mariano Gutiérrez-Lanza Díez, «leonés ilustre, humilde y sabio, hoy olvidado». La referencia entrecomillada es de Luis Enrique Ramos Guadalupe, reconocida autoridad en Ciencia y Técnica —especialmente en Meteorología— de la Academia de Ciencias de Cuba. Autor de diversos artículos y monografías, uno de sus ejes de trabajo es el Observatorio del Colegio de Belén de la capital cubana, uno de cuyos directores fue el jesuita de Pardavé. Gracias a algunos leoneses que no llenan la boca de tópicos y palabrerías, Ramos Guadalupe ha preparado, y enviado al parecer, un libro sobre nuestro insigne personaje, sin duda el mejor soporte para conocer la importancia de su labor de entrega a la ciencia y su difusión. Sólo falta que, pasada la crisis económica, que también afecta al sector editorial, podamos conocer en su verdadera dimensión la figura de nuestro paisano.

El hecho más conocido del leonés fue la permanente información meteorológica para aconsejar a los pilotos Mariano Barberán y Joaquín Collar, que, a bordo del avión Cuatro Vientos , preparado para la ocasión, realizaron el primer vuelo trasatlántico, sin escalas, entre España y América (Sevilla-Camagüey). Corría entonces el mes de junio de 1933. El logro supuso una verdadera fiesta.

Miembro de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, Gutiérrez Lanza estudió e hizo notables aportaciones en el ámbito de los cambios climáticos, los desastres naturales causados por huracanes y terremotos, sobre el famoso cometa Halley y un largo etcétera que excede las intenciones de este espacio.

La verdad es que, sin la repercusión impuesta por los tiempos, le rindieron homenaje en 1935 los gobiernos de España y Cuba por la intensidad práctica de su trabajo, y le honraron con sus más altas condecoraciones.

Sin duda, uno de los reconocimientos más gratos fue el recibido por los emigrantes de la Colonia Leonesa en La Habana al nombrarle ese mismo año presidente de honor de la sociedad, por las atenciones a sus paisanos de la isla. Bueno es que sus paisanos actuales conozcan su dimensión científica y humana.

tracking