Diario de León
Publicado por
Eduardo López Sendino, Vicesecretario de UPL
León

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Día luminoso de invierno, día esplendoroso con el frío habitual en la Región Leonesa, me levanto y la primera noticia que veo es que las Cortes de Castilla y León han acordado por mayoría absoluta que la Región Leonesa puede separarse de la Región Castellana y constituirse en comunidad autónoma, y ello con el beneplácito de las Cortes Generales que por la misma mayoría absoluta están de acuerdo en que la Región Leonesa se constituya en la comunidad autónoma número 18 del Estado Español, todo ello conforme el deseo de los leoneses manifestado en la multitud de mociones presentadas en las diversos ayuntamientos y pedanías, y al mismo tiempo corrigiendo el agravio comparativo histórico que en el proceso de constitución de las autonomías se produjo con la Región Leonesa, como consecuencia de los dictados de quienes no fueron capaces de reconocer los derechos históricos ni las ambiciones de todos los leoneses.

No faltaron las fatuas voces de quienes consideraban que ello supondría una desmembración del Estado y de quienes veían peligrar su sillón, semejante al juego de las sillas cuando suena el silbato y hay que ocupar los nuevos sitios.

Inmediatamente se precipitaron a mi mente los sucesos posteriores que culminarían con una mejor vida y futuro para todos los leoneses: la constitución de la comunidad autónoma supuso la descentralización de los órganos administrativos entre toda la Región Leonesa, la constitución de las correspondientes consejerías con el trasvase de funcionarios desde la actual comunidad autónoma a la nueva comunidad, permitiendo esta descentralización no solamente un protagonismo de las tres provincias sino al mismo tiempo la consolidación de la nueva comunidad autónoma que permitió conseguir que fuera atractiva para la instalación de empresas viendo cómo el polígono de Torneros, los polígonos de Zamora y Salamanca se llenaban de empresas y la recuperación del declive demográfico se produjo, aparte de lo que supuso que los leoneses en su conjunto decidieran con sus propias normas sobre su futuro.

Aquella recuperación nos devolvió a nuestros hijos, que volvieron a trabajar en su tierra, la población ya no estaba tan envejecida, los parques se llenaron de niños, y los colegios rebosaron de alumnos que, orgullosos, estudiaron la historia del Reino de León y de la Región Leonesa a lo largo de los siglos, algo que les fue hurtado a sus padres.

Por otra parte las partidas presupuestarias de los fondos estatales permitieron una financiación adecuada de todos aquellos proyectos inversores que eran demandados desde hace décadas por las tres provincias.

Los leoneses con orgullo pudieron mostrar de forma oficial lo que era la ¡18 comunidad autónoma!, dentro del marco constitucional y, como antes decía, con la aprobación no solo de las Cortes estatales sino también de las Cortes autonómicas vigentes.

Después de todos estos pensamientos de repente me desperté sobresaltado dándome cuenta de que todos los sucesos que había “vivido” no eran más que un sueño, pero a pesar de que los sueños, sueños son, en muchas ocasiones se hacen realidad y son premonición de lo que acontecerá, y no me cabe duda de que al final el sueño será la realidad.

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