Diario de León
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Podemos decir que los leoneses lo que queremos es que se reconozca una identidad propia que hemos mantenido a lo largo de la historia. No somos ni castellanos ni castellano-leoneses. Hay una identidad con unos rasgos diferenciales que consideramos esencial mantener. Para poder trasladarla al conjunto de los españoles es fundamental que esa identidad se traslade al plano político que es el que siguen en general los diferentes medios de comunicación.

Hay que considerar que cuando se adscribe León al actual marco autonómico se hace con la oposición de los leoneses. Incluso Martín Villa llega a reconocer ese hecho cuando dice que «el tema no es tanto de sentimientos». Había planificado crear un «centro fuerte» que contrarrestara los movimientos independentistas en Cataluña y en Euskadi. En ese sentido despreció lo que pudieran pensar los leoneses (incluso aquellos que militaban dentro de su propio partido). Los cargos políticos de UCD se vieron presionados para evitar cuestionar el principal proyecto de Martín Villa como ministro de Administración Territorial, el Estado de las Autonomías. Sin embargo, cuando UCD fracasa esos cargos se ven liberados de esa presión e intentan dar una marcha atrás. Así proponen en la Diputación de León una votación rechazando la integración en Castilla, votación que se gana por 20 votos frente a 4. Martín Villa tras ello nunca volvió a aparecer en la escena política leonesa tras esa votación.

Las consecuencias de todo ello se muestran hoy con toda nitidez. Por un lado no sólo no se ha contrarrestado al independentismo sino que este ha ido aumentando. Por otro el proceso de centralización administrativa asfixiante en Castilla y León está llevando a una decadencia social, demográfica y económica indiscutible a la Región Leonesa. El anular esa identidad tiene sus costes económicos claros y desde luego no ha contribuido a fortalecer la unidad de España.

El que un líder que aspira a ser presidente de Gobierno asimile la reivindicación leonesa a la del cantón de Cartagena es insultante. La ignorancia es atrevida. Además se da la circunstancia que su padre nace en un pueblo leonés que se ha posicionado favorable a una autonomía leonesa. La señora Ayuso, que en mi opinión encarna como nadie la chulería madrileña, nos ha llamado «paletos» a los que demandamos el reconocimiento de esa identidad leonesa. Luego para «aclararlo» dice que sólo era a los que votaban UPL. En ese carro de paletos también incluía a los navarros. Desde su óptica netamente centralista igual se olvidaba que UPN tiene una alianza con el PP en Navarra. Igual a sus aliados navarros no les gustaba que les llamen paletos. Pues mire Navarra en el escudo de España tiene el mismo nivel que León y desde luego en ese escudo no vemos por ningún lado al cantón de Cartagena ni a Madrid tampoco.

También dentro del leonesismo creo que hay que buscar evitar procesos de imitación de lo que se puede dar en otros territorios. Así por ejemplo no me gusta nada la expresión del Lexit. No es más que una copia del Brexit con el que no me identifico para nada. Tengo claro que es mucho mejor una Europa unida en su diversidad que una Europa fragmentada. Los procesos son muy diferentes y cuando se tiende a simplificar la propia comodidad lleva a la imitación. Sin embargo ello también puede ser que lleve a que quién rechace el Brexit lo haga por extensión y sin mayor debate con el Lexit. En todo caso genera confusión.

Veo también procesos de imitación en lo que es la referencia al idioma. La demanda de identidad leonesa está en mucha mayor medida asociada al plano social y cultural que al del idioma. Una cosa es demandar el reconocimiento al idioma leonés como valor cultural a no perder y otra el buscar la implantación de algo que no responde a la demanda de la ciudadanía. Ahora mismo en Euskadi tenemos un ejemplo de lo que no habría que hacer nunca. Un profesor de la Universidad del País Vasco con una muy alta cualificación podría perder su trabajo por no acreditar un perfil alto en euskera. La propia universidad califica que es un investigador «insustituible» en «resonancia magnética nuclear». Además su trabajo no es de cara al público sino de análisis de laboratorio. Incluso tiene un perfil medio de euskera. Con todo ello no es admisible que se pierda ese caudal de conocimientos en base a no acreditar ese perfil de idioma. En ese sentido también reclamo una identidad propia que evite que se nos confunda con otras posiciones como la que acabo de describir. Creo que nadie en el leonesismo plantea este tipo de cosas, pero sin embargo puede suceder que desde el exterior se considere que si lo hace y provoque confusión.

La identidad propia ayuda a liderar los procesos, la imitación a seguir lo que lideran otros. Demando que se tenga la suficiente capacidad de iniciativa como para ser capaces de hacer propuestas propias. La España que basa su unidad en el reconocimiento de la pluralidad.

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